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Daniel Panero
Sábado, 3 de febrero 2024, 20:41
El Barça logró este sábado un triunfo fundamental en Mendizorroza. El conjunto azulgrana se impuso al Alavés en un partido en el que fue superior y en el que Xavi retomó el 4-4-2 de seguridad que tanto le funcionó la temporada pasada. Los ... goles de Lewandowski, Gündogan y Vitor Roque, que fue expulsado por una polémica segunda amarilla que será recurrida por el Barça por «injusta», según la calificó Xavi, validan la reacción de la que tanto habló el técnico catalán ante Osasuna y dan tranquilidad de cara a una semana en la que los culés tendrán días de descanso.
Cuando las cosas no funcionan, hay que hacer cambios. Es ley de vida y con esa idea planteó Xavi el partido contra el Alavés. El entrenador del vigente campeón de Liga desterró el 4-3-3, recuperó el sistema que tanto utilizó el curso anterior y sorprendió con Christensen como mediocentro. El danés debía ser el equilibrio junto a De Jong y liberar así a Pedri y Gündogan para que pudieran encontrar espacios entre líneas. Esa era la teoría en un plan que parecía no tener fisuras, pese a que el Alavés avisó con dos balones a la espalda de Cancelo. La novedad, esta vez sí, le salió bien a Xavi. El nuevo dibujo permitió al Barça tener un jugador más en la génesis de la jugada e instalarse rápidamente en campo contrario, allí donde debía ganar el partido.
Y es que con menos responsabilidades defensivas, Pedri y Gündogan pudieron campar a sus anchas. El canario caía una y otra vez al perfil izquierdo para generar superioridades y el germano era el encargado de nutrir a los dos puntas. Así comenzó el Barça a desequilibrar a su rival y así se gestó el tanto que inauguró el marcador. El ex del City recibió con espacio, levantó la cabeza y puso a Lewandowski con el balón en los pies en el área, su lugar favorito en la tierra.
Alavés
Sivera, Tenaglia (Hagi, min. 78), Rafa Marín, Duarte, Javi López, Guevara, Blanco (Benavídez, min. 78), Guridi (Simeone, min. 64), Sola, Rioja (Rebbach, min. 64) y Samu Omorodion (Panichelli, min. 88).
1
-
3
Barcelona
Iñaki Peña, Koundé, Araujo, Cubarsí (Iñigo Martínez, min. 83), Cancelo (Héctor Fort, min. 46), Gúndogan (Vitor Roque, min. 59), De Jong, Christensen (Oriol Romeu, min. 83), Pedri (Fermín López, min. 75), Lamine Yamal y Lewandowski.
Goles: 0-1: min. 22, Lewandowski. 0-2: min. 49, Gündogan. 1-2: min. 49, Samu Omorodion. 1-3: min. 63, Vitor Roque.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Amonestó a Samu Omorodion y Sola y expulsó a Vitor Roque en el minuto 72 por doble amarilla.
Incidencias: Partido correspondiente a la 23ª jornada de Liga, disputado en Mendizorroza ante 19.480 espectadores.
El polaco firmó una vaselina inapelable e hizo bueno el plan de Xavi, que afirmaba con la cabeza sabedor de que las cosas marchaban. Quizá, quién sabe, podía tener un día tranquilo. Esa sensación se le pasó por la cabeza solo un segundo. Para el Barça esta temporada no existe la tranquilidad y se demostró una vez más en una recta final de la primera mitad, en la que el equipo de Luis García se vino arriba y casi empata con un remate de Guridi que Iñaki Peña salvó en la línea de gol.
Tras la reanudación, la locura. El Barça perdió el control y eso degeneró en un intercambio de golpes en el que le salieron cara y cruz a partes iguales. Lamine Yamal ganó un balón largo y Pedri y Gündogan hicieron el resto en una asociación que finiquitó el germano con una volea a la carrera. Acto seguido el Alavés devolvió el golpe con un centro lateral de Sola que Samu Omorodion, muy activo toda la tarde, cazó con un cabezazo inapelable que devolvía al partido a un escenario similar al que había en el descanso.
Ese nuevo guion no era el mejor para un Barça que tenía ventaja y que, por tanto, tenía más que perder. Lo sabía Xavi, que se afanó en convencer a los suyos de que enfriaran el duelo a través de la pelota, pero no era el día. Ya no. Gündogan, con problemas físicos, dejó su sitio a Vitor Roque y ahí volvió el vértigo. El punta brasileño ha caído de pie en la Ciudad Condal y lo demostró de nuevo en Mendizorroza. Fue salir y besar el santo. En apenas cuatro minutos supo caer entre líneas, internarse en el área y definir con la tranquilidad de un jugador que ha nacido para estar en ese hábitat. El Tigrinho entró tan desatado que en apenas cinco minutos vio dos tarjetas, la segunda muy dudosa, y dejó a los suyos con diez de cara a un tramo final en el que ya no hubo más sobresaltos. El Barça, esta vez sí, reaccionó.
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