Balaídos sentencia al Barça de Setién

Al equipo azulgrana no se le da bien el Celta en Vigo y no le queda más remedio que acabar con un gafe celeste que se prolonga desde el 0-1 del curso 2014-15, cuando marcó de cabeza Mathieu, precisamente retirado esta semana del fútbol unas semanas antes de lo previsto en el Sporting de Lisboa por una lesión de rodilla. Pero aquel Barça de Luis Enrique apuntaba alto y acabó logrando el triplete. Y el Barça actual de Quique Setién sigue sin convencer a nadie.

Al conjunto azulgrana le espera un Celta reanimado tras sus dos victorias consecutivas ante Alavés (6-0) y Real Sociedad (0-1). La zona de descenso era una amenaza que sigue cerca, pero el colchón de seis puntos y las buenas sensaciones permiten a la escuadra gallega ver las cosas con más optimismo.

Òscar Garcia Junyent, técnico formado en el Barça como jugador y entrenador, tiene la oportunidad de reivindicarse ante un club que le valora, pero que no acaba de atreverse a darle las riendas del primer equipo. Ni siquiera suele entrar en las quinielas. Y lo hará rodeado de numerosos jugadores que han pasado por el Camp Nou, desde Rafinha Alcántara, cedido en el Celta y con opciones de volver, hasta Nolito, recién llegado del Sevilla, pasando por Murillo, central que vistió de azulgrana la pasada temporada sin apenas minutos, y Denis Suárez, otro con una espina clavada porque en el Camp Nou no pudo explotar su gran calidad.

El Barça llega con tres bajas muy importantes porque rompen el centro del campo: Sergio Busquets está sancionado y Frenkie de Jong sigue lesionado, como Sergi Roberto, quien siempre es una opción en la medular aunque suela actuar de lateral derecho. Ivan Rakitic, que jugaría como mediocentro, y Arturo Vidal, parecen fijos, por lo que a Quique Setién se le plantea el dilema de alinear de inicio a Riqui Puig, el talentoso interior de 20 años del filial que está pidiendo paso con su descaro, o a Arthur, en baja forma física y mentalmente pensando más en ese intercambio con el bosnio Pjanic, millón arriba, millón abajo, que le llevará a la Juventus la próxima temporada y que podría ser oficial este fin de semana. El brasileño llegó hace dos años como el 'nuevo Xavi' y Messi llegó a admitir que tenía cosas del egarense, pero no ha tenido una vida extradeportiva modélica y en el césped no se ha acabado de soltar.

En ataque no se duda de la titularidad del tridente formado por Messi, Luis Suárez y Griezmann, pero ya a nadie debería sorprenderle que Ansu Fati, valiente y con chispa, sentara a sus 17 años al francés, desaparecido en combate, o al uruguayo, sin ritmo todavía tras sus cinco meses de baja. El técnico cántabro debe valorar también que Rakitic, Vidal y Suárez están apercibidos de sanción, como Junior, y en el caso de ver una amarilla serían baja el martes ante el Atlético en el Camp Nou (22:00 horas). Vale la pena meditar el once.

El Celta también tiene seis apercibidos antes de visitar al Mallorca en un partido clave para la salvación: Rubén Blanco, Aiddo, Olaza, Santi Mina, Pape Cheik y Smolov. Òscar, que tiene las bajas de los lesionados Sergio Álvarez, Juncá y Fran Beltrán, también tendrá dudas,porque lo de Son Moix será como una final.

Ni el Bernabéu ni el Metropolitano ni San Mamés ni Anoeta. No hay un estadio en la Liga que le cause tanto terror al Barcelona como Balaídos, una visita al dentista que todos los años le saca una muela al conjunto azulgrana. Con el Toto Berizzo, con Juan Carlos Unzué, con Fran Escribá y con Óscar García Junyent, el Celta lleva

En la

Se acercaba el minuto 90 y el Barcelona se las prometía felices con un 1-2 sin brillo, pero tampoco barro. Simplemente habían faltado puntería para sentenciar antes y contundencia para no abrirle la puerta al Celta, que en las visitas azulgranas a Vigo juega de carrerilla.

Había fallado

El que no erró fue

El Celta, que se aleja del descenso a ocho puntos, lamentó no sacar un botín mayor en la penúltima del partido. Aspas se inventó una asistencia para Denis Suárez y el '6' le puso

La buena noticia en clave azulgrana, por mirar el vaso medio lleno, fue la