El peor día de Cancelo

Y es que el Barça jugó un buen partido en el Bernabéu, pero no fue suficiente. Los de Xavi fueron un equipo con muchas soluciones a la hora de salir jugando desde atrás, encontraron espacios entre líneas y hasta tuvieron capacidad de desborde, pero todo ese sacrificio se vino abajo otra vez de forma abrupta. Esta vez no fue Araujo el desgraciado protagonista, como en la Champions, sino Cancelo, que en la faceta defensiva sigue sin ser ese lateral fiable que tanto ha necesitado Xavi en los últimos meses de competición.

El ex del City estuvo constantemente más pendiente de la faceta ofensiva que de sostener una marca en la que la amenaza era Fede Valverde y, sobre todo, Lucas Vázquez. El extremo gallego no es un dechado de virtudes, pero es todo corazón y eso ante Joao Cancelo a veces es suficiente. Le valió para ganarle la partida en el penalti que terminó transformando Vinicius, también le valió para ganarle el sitio en el segundo gol de los blancos al rematar un balón que cruzó el área del Barcelona y, por último, en el enésimo desborde con el que puso el balón al área para el tercer tanto, el que selló la tumba del Barcelona. En las tres jugadas Cancelo reaccionó tarde y condenó a un equipo, el de Xavi, que estaba por delante en el marcador y dejando buenas sensaciones sobre el terreno de juego.

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Los errores individuales aparecieron para el Barcelona el día en el que menos tenían que aparecer, con la Liga en juego. Si Cancelo fue la cruz, todo lo contrario fue Lamine Yamal. Hay jugadores a los que el brillo de los focos deslumbra y hay otros con los que pasa lo contrario. El todavía '27' azulgrana es el claro ejemplo de lo segundo. Cada vez que cogía la pelota aparecía en el Bernabéu un runrún que solo generan los futbolistas capaces de marcar las diferencias. Encaró constantemente a Eduardo Camavinga y de sus botas salieron las mejores ocasiones de su equipo a lo largo de todo el choque.

Su exhibición fue tal que le sirvió para llevarse el trofeo al jugador más valioso pese a la derrota y para que Xavi se saltara las jerarquías retirando antes de tiempo a Lewandowski y Raphinha en lugar de a él. Fue la cara de un Barça que retrató en el Bernabéu muchos de los problemas que le han llevado a ser un equipo irregular esta temporada.