Bruno Soriano, durante un partido con el Villarreal. Jorge Guerrero (Afp)
Villarreal

Bruno Soriano ve el final de su calvario después de 30 meses

Su último partido fue el 21 de mayo de 2017 en Mestalla y desde entonces problemas en la rodilla tras una operación en la tibia le tienen parado

Sábado, 2 de noviembre 2019

Bruno Soriano es una leyenda del Villarreal y no sólo por el número de partidos disputados (416, en los que ha marcado 31 goles). No abandonó al submarino ni cuando se hundió y terminó en Segunda en 2012. «Era mas complicado tener opciones para volver ... al grupo estando en Segunda. Arriesgaba, pero sabía que pronto iba a estar en Primera, como así fue. Hicimos un año bueno también después del ascenso», afirmó con gesto risueño en 2014. Llegó a ser el otro Sergio Busquets en la selección española. Durante años era lo más parecido para suplir al hombre clave del sistema de Vicente del Bosque. Y con la ventaja de ser zurdo.

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Siempre citado, pocas veces tuvo minutos con La Roja. Fiel a su carácter humilde, prefiere estar lejos de los focos mediáticos. Sólo llegó a ser 10 veces internacional con la absoluta tras estar en 2012 en la prelista y no ser llamado a la fase final. Tímido y tan práctico como sencillo en su juego de centrocampista puro, finalmente fue a la Eurocopa 2016. «Sabe estar en el momento ideal, conceder ritmo o pausa al juego. Aquí siempre que ha venido lo ha hecho muy bien», le definía el técnico salmantino. Cuando jugó asumió liderazgo para aportar como siempre: pidiendo el balón, tocándolo más que nadie y sin fallar apenas un pase. Del Bosque no se atrevió a recuperar el doble pivote que le funcionó de modo soberbio en el Mundial. «Lo hemos pensado, debo decir. Pero no creo que lo hagamos de momento». Después se arrepintió.

Pocos se cuidaban tanto como el capitán 'groguet' para alargar su carrera todo lo posible, pero Bruno Soriano vivió un punto de inflexión en la última jornada de la 2016-17 en Mestalla, en la que el Villarreal ganó al Valencia en Mestalla (1-3) con el centrocampista sobre el césped durante los 90 minutos, lo que certificó la presencia de su equipo en competiciones europeas para la siguiente campaña. Aquel 21 de mayo de 2017 no imaginaba el calvario que estaba a punto de comenzar por una lesión. Primero tuvo que afrontar la «extirpación de un osteofito» junto a la tibia. En principio su baja iba a ser de tres meses. Después una molestia en el tendón rotuliano que le impedía entrenar con el equipo y avanzar en la recuperación. Y el equipo se desplomó. «No haber tenido al jugador es una de las cosas que nos ha afectado», explicó Fernando Roig. que llegó a decir públicamente que con la vuelta de Bruno no necesitaban fichar, pero poco después llegó Iturra al equipo.

Líder del vestuario

Aunque no haya jugado, no ha perdido su influencia en la caseta. Este febrero, cuando el equipo veía cerca un posible descenso y después del regreso de Javi Calleja tras fracasar Luis García Plaza como revulsivo, Bruno pidió hablar ante los periodistas para lanzar un mensaje como líder del vestuario... y de paso informar cómo estaba su situación. «No voy a entrar en todos los detalles porque estaría tres horas hablando. No quería salir cada para explicar mi lesión. Me operé hace año y medio, las cosas se han complicado poco a poco. Estaba ya casi a punto de entrar en una convocatoria y no quería frustrar a nadie, y cuando estuviera para jugar hacer una rueda de prensa. No hay fecha. Me puse plazos, no salió como esperaba... cinco, seis, siete meses... me frustraba más y al final me lo quité de la cabeza porque era absurdo. No podía dormir y tenía pesadillas», comentó Bruno.

Aquel día quiso dar las «gracias» por la confianza del presidente y recordó que «en diez años» no se había lesionado. «Imagínate cómo estoy. Estoy luchando para estar cuanto antes con el equipo. No es agradable estar en la grada y no poder ayudar. Todo el mundo se está portando genial, Roig, Llaneza, mi familia, los técnicos... El Villarreal es mi vida», agradeció en febrero emocionado por seguir en el club que apenas está a unos kilómetros de Artana, la localidad en la que nació. En verano, cuando visualizaba la vuelta tras la pretemporada, volvió a pasar por el quirófano para ser operado de la rodilla izquierda, en concreto de su tendón rotuliano, por el doctor Sakari Orava en el hospital NEO Mehiläinen de Turku (Finlandia).

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Acaba contrato en 30 de junio de 2020 pero eso ahora mismo no le importa. Sólo quiere volver a jugar. A sus 35 años. Sin prisa, porque ya en dos ocasiones las cosas se torcieron cuando sentía que podía volver. Muy cerca tiene a su amigo Santi Cazorla, que tras una experiencia similar volvió al máximo nivel. Por eso, aunque ya se le ha visto trabajando en solitario sobre el césped, tiene la intención de aumentar cargas de trabajo para reintegrarse de forma progresiva en el grupo en noviembre. Javier Calleja no oculta que esta vez las cosas van bien y que espera que en breve hubiera buenas noticias.

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