P. RÍos
Barcelona
Lunes, 10 de febrero 2020, 14:06
Aunque sigue muy vivo en la Liga, a tres puntos del Real Madrid con dos partidos por delante en el Camp Nou ante Getafe y Eibar antes de visitar el Santiago Bernabéu, este Barça de Quique Setién no da miedo a nadie. El domingo rompió ... su dinámica de resultados negativos a domicilio en el Benito Villamarín, pero sin corregir sus errores más recurrentes: debilidad defensiva, falta de concentración inicial, fases de descontrol absoluto, momentos de posesión excesivamente horizontal sin buscar la portería contraria... Sólo mejoró en lo referente a la actitud, que no es poco, y eso le bastó para remontar (2-3) un partido que el Betis llegó a ganar por 1-0 y 2-1. Pero si tras el KO copero ante el Athletic se destacaron las buenas sensaciones por el juego de cara a un futuro esperanzador, después de una victoria importante en Sevilla pasó todo lo contrario: jugando a la ruleta rusa es imposible transmitir fiabilidad.
Publicidad
Quique Setién sigue siendo el más optimista de todos los barcelonistas, como demostró tras el encuentro. «La victoria nos permite sacar tres puntos fuera de casa, que era una asignatura que se complicaba desde hacía tiempo. Hicimos un gran partido en Bilbao, no merecimos la eliminación, y ahora en un campo difícil hemos sacado tres puntos. Eso nos va a dar energía y motivación de cara al futuro. Estoy muy satisfecho con la actitud del equipo, los jugadores nunca bajaron los brazos».
Sin embargo, el Barça necesita mucho más que carácter para asustar a sus rivales. La apuesta futbolística del técnico cántabro, fiel a su aviso de «estar dispuesto a morir» con sus ideas respecto a la arriesgada salida de balón desde atrás, todavía no está interiorizada por todos sus jugadores, pues en el club azulgrana, pese a ser pionero de esa filosofía con Pep Guardiola, y antes con Johan Cruyff, no se practica de forma tan estricta desde la llegada de Luis Enrique en 2014, cuando comenzó a verticalizarse el fútbol ofensivo. Aquel estilo se había viciado, los rivales ya sabían contrarrestarlo y el hoy seleccionador le dio una vuelta de tuerca con tanto éxito que el Barça conquistó el triplete. Pero una vez abandonada la esencia, poco a poco se fue arrinconando la obsesión por el juego posicional ya con Luis Enrique. Y con Ernesto Valverde el fútbol fue ya más convencional. Como se siguieron ganando títulos, nadie se alarmó demasiado, hasta que esta temporada la cosa pintaba tan mal que el club, con varios jugadores instando a ello, destituyó al Txingurri para recuperar aquella filosofía con Quique Setién. El problema es que ya quedan pocos de la vieja guardia que conocían ese fútbol y tampoco ha habido tiempo para entrenarla.
Lo reconoció Sergi Roberto, quien con Setién ya ha sido tercer central y extremo. «El equipo ya lleva más partidos y más entrenamientos con el nuevo entrenador. Necesitábamos un tiempo para adaptarnos. Ahora tenemos una semana sin partido entre semana y eso nos ayudará a poder trabajar más», apuntó.
Setién, además, espera el parte médico definitivo este martes por la lesión de Ousmane Dembélé, que será operado en Finlandia, para saber si el Barça recibe el permiso de la Federación Española de Fútbol (FEF) para fichar un delantero. La baja tiene que ser de cinco meses como mínimo y el caso será examinado con lupa por médicos federativos. Si el club recibe el OK para reforzarse, sólo puede contratar jugadores en paro o de la Liga. Y suenan Ángel (Getafe), Lucas Pérez (Alavés) y Willian José (Real Sociedad).
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.