P. RÍOS
BARCELONA
Jueves, 9 de julio 2020, 12:35
No tiene muchas cosas que celebrar el Barça esta temporada, eliminado de la Copa del Rey en cuartos de final por el Athletic y de la Supercopa de España en semifinales por el Atlético. Ni siquiera colocarse a un punto del Real Madrid ... ha sido valorado como una auténtica medida de presión al líder antes de su partido ante el Alavés, este viernes a las 22 horas. No hay esperanzas de que el máximo rival pinche no una, sino dos veces en los cuatro encuentros de Liga que le quedan. Tampoco existe una confianza ciega en que el equipo azulgrana sacará adelante sus tres choques ante Valladolid, Osasuna y Alavés porque, precisamente, lo único que no transmite es seguridad. Y menos lejos del Camp Nou, pues se desplazará a Pucela y Vitoria.
Publicidad
Con la Liga de Campeones mejor no ilusionarse todavía porque el Nápoles va como un tiro, preparando ya el pulso de vuelta de los octavos final tras el 1-1 de San Paolo, con rotaciones y sin presión por los resultados porque como campeón de Coppa ya tiene una plaza confirmada en la próxima Liga Europa y apenas tiene opciones de aspirar a pelear por una posición de Liga de Campeones.
En ese contexto un poco deprimente, una sensación aumentada por el habitual juego soporífero de la 'era Quique Setién', los seguidores y socios más pasionales del club azulgrana celebraron el hecho de enviar a Segunda al vecino de la ciudad, el Espanyol, con el gol de Luis Suárez (1-0). Lógico desde un punto de visto de rivalidad histórica, pero muy pobre en el escenario deportivo actual.
Quique Setién fue quien peor parado salió del derbi. Se animó demasiado por el buen partido del Barça ante el Villarreal sin tener en cuenta que pocos equipos son tan atrevidos como el de Javi Calleja. Lo normal es que unos entrenadores copien a otros y si es evidente que el equipo azulgrana no tiene velocidad ni fluidez con el balón ante conjuntos ultradefensivos, para qué probar otra cosa. Rufete, técnico circunstancial del colista, colocó un 5-4-1 cerrando espacios y lo del Barça en el Estadio de la Cerámica quedó en un brote verde anecdótico. Y las palabras del entrenador cántabro en la rueda de prensa anterior al partido, presumiendo del buen juego de su escuadra y criticando a los medios de comunicación por resultadistas que no supieron apreciarlo, parecieron un mal chiste.
Más información
Tras el choque ante el Espanyol fue más modesto al reconocer: «Hemos sido incapaces de crear ocasiones en la primera parte a un equipo que se ha defendido muy bien y que a la contra nos ha podido hacer daño». «Tras el 1-0 nos faltó control, quisimos buscar el segundo y dejamos espacios atrás que nos pudieron costar caro», lamentó. En definitiva, que ni fútbol ofensivo ni fútbol control. Intentó jugar con cuatro delanteros juntos tras el descanso, pero la expulsión de Ansu Fati en el minuto 49 por juego peligroso acabó al instante con su plan.
Publicidad
Luis Suárez, por lo menos, sí tuvo algo que festejar. Logró su gol oficial 195 con el Barça y se coloca ya en solitario como tercer máximo realizador de la historia del club por detrás de Leo Messi (630) y del leonés César Rodríguez (232), por encima de Ladislado Kubala (194). Pese a su lesión, con evidentes síntomas de que sus rodillas no están finas del todo, suma 15 goles en esta Liga, a sólo dos de Benzema (17) en un Pichichi en el que manda Leo Messi (22) pese a su falta de puntería tras el confinamiento.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.