El Barça es un enigma

El Barcelona se enfrenta a una temporada extraña. Si el pasado curso el objetivo era convencer a Messi de que el club tenía un proyecto ganador con títulos, en el actual la meta será aprender a vivir sin la figura del 10. El delantero de Rosario ha sido el epicentro de todo el club desde hace 17 años y ahora toca cambiar el paso, hacer una regeneración en la que otros futbolistas asuman los galones y fomentar la aparición de nuevos talentos de La Masia.

Ronald Koeman será el encargado de llevar a cabo esa transición. El técnico holandés inicia su segundo curso en can Barça con el objetivo de mantener firme su apuesta por jóvenes como Ansu Fati, Pedri, Araujo o Mingueza. Ellos irrumpieron la temporada pasada y ahora buscan una consolidación que les convierta en fijos dentro de la rotación culé.

La temporada 2021-2022 será también todo un reto para futbolistas experimentados con importantes trayectorias pero que han vivido bajo el paraguas de Leo Messi. Sergio Busquets, Gerard Piqué, Jordi Alba o Sergi Roberto. Los nuevos capitanes deberán liderar un vestuario que ha sufrido la marcha de su máxima estrella y en el que la presión por ganar títulos va a seguir por mucho que se haya ido el jugador argentino.

Uno de los grandes problemas para Koeman la temporada pasada fue encontrar el sistema en el que cohabitaran todos sus cracks y en el que lograra el equilibrio entre defensa y ataque. El entrenador holandés probó el 4-2-3-1, el 4-3-3 e incluso un 5-3-2 que pasaba a 3-5-2 en fase ofensiva gracias a la incorporación de los laterales. Esta última variante fue la que mejor resultado le dio, pero es una auténtica incógnita si insitirá o no a pesar de la salida de Messi, o si alineará tres jugadores en el medio campo y tres en ataque.

Ante la Juventus y el Salzburgo, los test más importantes que ha tenido el Barcelona a lo largo de la pretemporada, ya se pudo ver la importancia de los laterales en campo contrario con la presencia de Sergiño Dest y Jordi Alba. Ellos serán la llave de Koeman para generar superioridades, al igual que el año pasado, y no le importará modificar el esquema una vez más para lograrlo.

El mayor quebradero de cabeza para Koeman a partir del domingo será suplir los 40 o 50 goles que anotaba Messi en cada temporada. El argentino era un valor fijo y su peso anotador se tendrá que repartir como en su día intentó el Real Madrid con la marcha de Cristiano Ronaldo.

Para ello, el Barcelona ha acudido al mercado y ha fichado gratis a dos jugadores con mucho talento y experiencia en grandes ligas. Memphis Depay y Sergio Aguëro son buenos, bonitos y baratos. El neerlandés, que llegó como una petición expresa de Koeman, ha dejado muy buenas sensaciones durante toda la pretemporada y se ha convertido en uno de los jugadores llamados a marcar la diferencia. El caso del Kun es más complicado, ya que sufre una lesión en el gemelo de su pierna derecha y estará de baja alrededor de diez semanas.

Además de los dos fichajes, Koeman podrá contar con varias opciones para la delantera. Martin Braithwaite, un punta al que siempre le ha transimitido confianza, podrá continuar salvo giro del mercado en lo que queda de agosto, mientras que Ansu Fati y Ousmane Dembélé tratarán de dejar atrás sus respectivas lesiones para sumar en ataque. Entre estos cinco jugadores y, por supuesto, Antoine Griezmann, deberían repartirse el peso anotador de Messi, una tarea complicada, y crucial para que el equipo culé vuelva a pelear por los títulos.