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P. RÍOS
BARCELONA
Jueves, 2 de julio 2020, 20:41
El Barça vive en un estado de incertidumbre total, sin saber muy bien cómo solucionar los problemas del presente y teniendo que atender a las necesidades del futuro inmediato. Todo ello con la Liga en juego hasta que las matemáticas digan lo contrario y ... con la Liga de Campeones como una opción real en agosto en una edición exprés en la que todavía tiene que eliminar al Nápoles en octavos de final tras el empate a uno de San Paolo. El nuevo formato de la edición de la Final a 8 de Lisboa, si el coronavirus no obliga a cambiar de sede, con partido único en cuartos de final y semifinales, puede ser una ventaja para un equipo que ha sufrido humillantes remontadas en ambas eliminatorias en las dos últimas ediciones en Roma y Liverpool.
Uno de los interrogantes es saber si en dicha competición estará Quique Setién en el banquillo. Cada vez más debilitado, ya sea por sustituir en el minuto 81 del Celta-Barça a un peso pesado como Luis Suárez o por no alinear a un peso débil como Griezmann ante el Atlético, ahora mismo pocos creen en él en el Camp Nou. Tampoco se le considera el culpable de nada porque la temporada viene torcida desde hace meses, ya con Ernesto Valverde en el banquillo, pero la decepción llega por proclamar una idea futbolística cercana a la filosofía de Johan Cruyff y Pep Guardiola que no ha mantenido. Por lo menos sí ha respetado su apuesta en Riqui Puig, el interior que más gusta al entorno purista y que ante un equipo tan físico como el Atlético reivindicó que su problema no es el músculo porque de talento va sobrado.
El técnico cántabro comienza a valorar que puede agarrarse a los canteranos como tabla de salvación más individual que colectiva. Poder remontar en la Liga no depende del Barça y el éxito europeo, si no hay un cambio de entrenador antes, estará en manos de la inspiración de Leo Messi porque a estas alturas poco se puede mejorar a nivel colectivo. Pero Setién está a tiempo de ganarse a la parroquia culé, por lo menos, con su confianza en los jóvenes. No ha mejorado los números de Ernesto Valverde en el banquillo, pero sí puede estar por encima en su fe en la cantera. Y eso en el Barça es mucho, sin olvidar que Valverde fue quien hizo debutar a Riqui Puig, Ansu Fati, Ronald Araujo y Álex Collado en el primer equipo.
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