El Betis se disfraza de Barça para golear al líder

El extremo francés no se presentó el jueves a un entrenamiento. El club tardó una hora y media en localizarle, momento en el que alegó malestar estomacal. Sin examinarle se emitió un comunicado revelando una gastroenteritis, el parte médico habitual desde tiempos de Ronaldinho en casos de desmadres nocturnos. El viernes ya se intuyó que había castigo, porque el técnico le hizo trabajar al margen del grupo, aunque quedaba la duda de si se trataba por las secuelas de esa supuesta enfermedad. Pero no entró en la lista de 18 por decisión de Ernesto Valverde, quien no quiso aumentar la polémica en rueda de prensa, aunque se le entendió todo.

«Cada uno puede interpretar lo que quiera. Yo no pierdo la paciencia con él, pero ha venido otras veces y ha jugado. Esta vez no va convocado y ya está. ¿Reconducirle? Las cuestiones internas son internas. Esto es un equipo y debemos tirar hacia adelante todos», señaló Valverde, quien descartó una cesión o un traspaso en invierno. «El talento de Dembélé es muy especial y cuesta de encontrar. A los mercados de fichajes vamos a reforzarnos. El club hizo una gran inversión por él y esperamos sacar provecho de ella», explicó.

La indisciplina o pecado de juventud de Dembélé, cuya apatía ya le impedía tener el cariño popular que merece su talento, coincide con la irrupción emotiva de Malcom, cuyas lágrimas al celebrar su gol ante el Inter han conquistado a la afición. El brasileño tiene una gran oportunidad ahora de adelantar al francés. Y sin Coutinho, que estará de dos a tres semanas de baja, podría ser incluso titular en el tridente ofensivo ante el Betis junto a Luis Suárez y Messi. si Leo juega de inicio.

«Veo bien a Messi, seguro, ya ha perdido el miedo a caer, al forcejeo. Si está en la lista es que no hay riesgo, pero entendemos que debemos ser cautelosos con los jugadores que vienen de lesiones, como pasa también con Umtiti», señaló Valverde. El Barça ha disputado cinco partidos sin Messi , con cuatro victorias (Inter, Madrid, Cultural y Rayo) y un empate (Inter). En Vallecas y Milán el equipo ya añoró su capacidad para definir. El equipo ha crecido como colectivo en su ausencia. Y en el caso de Umtiti, muy bien lo tendrá que hacer para desbancar a Lenglet, que ha ofrecido un gran rendimiento.

Además de Dembélé y Coutinho, tampoco formaron parte de la convocatoria los lesionados Vermaelen y Samper, mientras que Denis Suárez sigue sin entrar en los planes de Valverde. El central Chumi vuelve al filial, pero no Aleñá, que se queda entre los 18.

En el Betis, con dos días menos de descanso que el Barça tras jugar el jueves ante el Milan, son baja Javi García y Francis, pero vuelve Boudebouz a una lista de 19. Son los dos equipos con más posesión de la Liga y en el Camp Nou podrán reivindicarse tres canteranos de La Masia como Bartra, Tello y Sanabria. Quique Setién admitió la dificultad de arrebatar el balón al Barça «porque ellos llevan 25 años jugando así y nosotros sólo año y medio», pero no renunciará a su filosofía.

Que el vigente ejercicio liguero nada tiene que ver con el pasado, en el que se levantó el título de forma brillante y aplastante, quedó claro en el Barcelona hace semanas. De un plumazo, el equipo de Ernesto Valverde parece haber perdido la solidez defensiva del año de su estreno. La derrota ante el Betis encajando cuatro goles no es sino un ejemplo más de que hay algo que no carbura.

Más allá de que el planteamiento del Betis fuese perfecto, que el guión firmado por los de Setién rozara la brillantez, el Barça no está fino, no es el del año pasado y los rivales lo saben. Sirva un dato para ejemplarizar lo expuesto: el Barcelona ha encajado ya más goles en lo que va de Liga que en toda la pasada temporada. Y lo peor es que son equipos como el Rayo, el Leganés, el Girona o el propio Betis los que más fácil han encontrado el camino del gol ante el equipo azulgrana.

El líder caía de forma estrepitosa ante un Betis magistral, mostrando un fútbol excelso y sin complejos que terminó recibiendo el reconocimiento de la grada azulgrana. Ni la vuelta de Messi pudo evitar la sorpresa en el Camp Nou. La segunda derrota culé en Liga venía marcada por un hito histórico para los verdiblancos. No ganaban al Barça en su estadio desde hacía 20 años. Y llegó de la mano, sobre todo, de dos imberbes como Junior y Loren.

La grandeza de este equipo, y por ende de su entrenador, radica en la confianza ciega en el guión futbolístico aprendido. Setién ha inoculado a su Betis, como ya lo hiciera en Las Palmas, el juego que él admiraba. Claro está que tiene jugadores para hacerlo y esto ayuda una barbaridad.

No se achantó con la presión del Barça ni con los primeros errores cometidos, aguantó, insistió en su modus operandi y se salió con la suya.

Debió estar prevenido el equipo culé, pero cayó en la trampa. Las contras del Betis se convirtieron en un arma letal. Sobre todo, las que caían en la banda de Junior. El joven futbolista hizo del carril zurdo una autopista y de Sergi Roberto un auténtico sufridor en cada una de sus galopadas.

El primer gol lo fabricó este costasoleño al que el Betis sacó del ostracismo. Corría el minuto 20 de partido y el cuadro andaluz se había comido la presión local. Dominaba la posesión el Barça, pero las ocasiones eran para el Betis. Ter Stegen evitaba el gol de Tello sacando una mano antológica, pero nada podría hacer con el pase a la red de Joaquín en otra jugada que iniciaría Junior por su banda.

El Barça, que venía mostrando una solvencia notable en las últimas jornadas, dejaba una imagen irreconocible ante un Betis que venía penando en Liga. Apenas había logrado sumar un punto de los últimos 12 disputados. Pero se reencontró con su mejor versión en el Camp Nou, donde el Barça firmó su segunda derrota de la temporada.

Salió con el ánimo de remontar el equipo culé y con un Messi decidido a remontar el choque, pero más allá del gol de penalti, nada pudo hacer el rosarino en el que fue su partido de vuelta tras varias semanas en el dique seco.

Tal y como ocurriera en el primer asalto, el Barça salió mordiendo, pero todo quedó en fuegos de artificios, pues las ocasiones de verdad llegaban del lado visitante. Antes de que Messi recortara distancias, Tello volvió a rozar el gol, pero la gloria sería para Lo Celso que se aprovecharía de una de las pocas cantadas que se le recuerdan a Ter Stegen. El fallo del portero alemán fue clave porque frenaba la ilusión de los suyos por remontar y volvió a dar ánimos a los béticos para firmar una victoria histórica.

De hecho, serían las jugadas individuales las que marcarían el tramo final del choque. Porque si en el primer gol del Barça, fue el error de Ter Stegen el que secaba el ímpetu local, sería la expulsión de Rakitic la que dejaba fuera de juego al Barça pese a haberse colocado con un 2-3 a falta de 10 minutos. El gol de Canales, otra vez tras jugada de Junior, emborronaba el tanto logrado por Vidal minutos antes. El doblete de Messi, VAR mediante, quedaría ya para la anécdota.