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Lánguido, distraído, sin plan y nefasto en las dos áreas, el Atlético de Simeone sigue su tendencia decreciente, empeñado en darle emoción a la zona de Champions y también a la Liga de la permanencia. Esta vez, resucitó a un Cádiz atento, disciplinado y ... vigoroso que esperó dos errores groseros de su adversario, por decir algo, para noquearle y ganar su tercer partido de la temporada, el primero desde que el 1 de septiembre se impusiera al Villarreal. Los amarillos disfrutaron quizá de su tarde más plácida de la temporada y aún sueñan con seguir entre los grandes. El Celta está a dos puntos y visita el Bernabéu.
Primer éxito de Mauricio Pellegrino y doblete goleador para el veterano Juanmi, igual que en Almería fue el joven Luka Romero el que le clavó dos goles a este Atlético esperpéntico, incapaz de vencer en sus seis últimas visitas entre Liga y Champions. Si no hay milagro ante el Inter, porque en este estado de forma pensar en la remontada es una quimera, el tramo final del curso se les puede hacer eterno a los madrileños y a su entrenador, renovado pero con una cláusula para salir si no mete al equipo en la máxima competición continental. El hecho de que se hable de fin de ciclo, de la salida de unos ocho jugadores en junio, tampoco ayuda.
Cádiz
Ledesma, Iza, Ousou, Víctor Chust, Javi Hernández, Sobrino (Alejo, min. 87), Alcaraz, Kouamé (Samasseku, min. 68), Robert Navarro (Pires, min. 78), Juanmi y Maxi Gómez (Chris Ramos, min. 67).
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Atlético
Oblak, Llorente, Paulista, Witsel, Mario Hermoso, Samu Lino (Vermeeren, min. 71), De Paul (Riquelme, min. 46), Koke (El Jebari, min. 78), Saúl (Nahuel, min. 46), Memphis (Correa, min. 46) y Morata.
Goles: 1-0, min. 24, Juanmi. 2-0, min. 64, Juanmi.
Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Amarilla a Memphis, Juanmi, Sobrino, Nahuel, Morata, Alcaraz, Vermeeren, Llorente y Alejo.
Incidencias: 15.917 espectadores en el Nuevo Mirandilla. 28ª jornada en Primera División.
Pese a la proximidad de la riña sin retorno ante el Inter y a las amenazas de sanción para el compromiso liguero ante el Barça de Paulista, Koke y De Paul, Simeone apostó por un once muy titular en el Nuevo Mirandilla. Un mensaje evidente a sus jugadores para que se centrasen en el aquí y ahora. Pero no hay forma de que este Atlético ramplón, sin nervio, finura y hasta físico, compita lejos de casa. Necesita sufrir aguijonazo para despertar y ni con eso le llega. Tan ausentes están los rojiblancos, que a Mario Hermoso le rompen la bota de un pisotón y el utillero le entrega otra sin los cordones preparados para abrochar y deja más tiempo a sus compañeros en inferioridad. Normal que Simeone se indigne.
En todo el primer acto, solo se acercó a Ledesma mediante un tirito en semifallo de Memphis y encajó un gol más en la única aproximación del Cádiz. Rubén Sobrino centró sin oposición y Juanmi remató a placer al borde del área pequeña. Oblak no sale por arriba ni aunque se le caiga el larguero y entre los tres centrales se lían y dejan al único rematador solo. Un desastre defensivo.
Más ordenado, juntito y sobre enérgico, el Cádiz neutralizó por completo a los colchoneros ya en ese período inicial. Nada que ver este Atlético vulgar con ese equipo veloz y vertical que en los albores de la campaña parecía un serio aspirante a todo. En la Tacita de Plata, ni las correrías de Samu Lino le daban vida a un conjunto del Cholo lento y perdedor en todos los duelos.
Saúl lleva años que no es ni su sombra, en concreto desde su cesión al Chelsea, Koke resulta intrascendente al atacar y sufre en el repliegue, y solo De Paul intenta romper líneas de presión para que ocurra algo. Arriba, Morata sigue en su peor momento del ejercicio y Memphis tiene calidad, pero no se va de nadie en carrera. Está pesado, torpón y protestón el neerlandés. Juega porque no está Griezmann, porque Correa tiene la mente más fuera que dentro del club desde el mercado invernal y porque la plantilla está mal planificada desde los despachos.
Salió algo mejor el Atlético tras el descanso, ya con Nahuel, Riquelme y Correa en el campo después de un triple cambio, pero volvió a las andadas enseguida. A los locales les sirvió un pelotazo largo para anotar el segundo. Paulista midió mal en el salto, como si fuera un cadete, y le dejó solo a Juanmi, que no le pegó bien al balón pero este Oblak es transparente. Se pudo meter aún en el partido el Atlético poco después, pero Ledesma, inmenso, desvió un frentazo de Llorente. Ya estaba el joven Vermeeren en el campo, un supuesto refuerzo invernal que apenas ha participado y está tierno aún con 19 años. Definitivamente, el Cholo también dimitió y dio la alternativa al marroquí El Jebari, una de las joyas de la Academia.
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