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MIGUEL OLMEDA
MADRID
Miércoles, 15 de agosto 2018, 00:08
A Diego Pablo Simeone se le han acabado las excusas. No vale hablar de que el Atlético compite en otra Liga, la de los pobres, ni lamentar las diferencias económicas que impiden a su equipo incorporar piezas de primer nivel. Este verano Miguel ... Angél Gil Marín ha tirado la casa por la ventana para cumplir todos los deseos del argentino. El Cholo ha fichado lo que ha querido. Su objetivo: ganarlo todo. Su exigencia: ganarlo todo.
Thomas Lemar es la guinda a un proyecto de autor. Simeone lleva casi siete años pintando un mural con brocha gorda. Griezmann aporta las florituras a pinceladas y su compatriota, fichado por 70 millones anticipándose a potencias financieras como el Liverpool y el Arsenal, los toques de color.
El extremo francés brilló en el Mónaco y ahora confía en hacerlo en el Metropolitano, siempre y cuando se adapte a las exigencias de trabajo del 'Profe' Ortega. Antes de tocar hay que correr. Por ahí también tendrán que pasar Rodri, fichado para hacer de Gabi, el lateral derecho Santiago Arias y el extremo Gelson Martins, una flecha para las contras rojiblancas.
Nikola Kalinic sustituye a Gameiro, más recordado por sus fallos ante el portero que por mezclar bien con Griezmann. Su indolente carácter -en el Mundial fue expulsado de la concentración por negarse a jugar los últimos minutos- y los precedentes con un guerrillero croata -Mandzukic- presentan dos posibilidades ante Simeone: se amarán o se odiarán, sin término medio. Sobre el papel, Kalinic ofrece un perfil diferente a Costa y Griezmann.
El francés volverá a liderar la ofensiva rojiblanca después de amagar con una traición barcelonista. El sueldo más alto de la historia del club -por encima de 20 millones de euros netos anuales-, la insistencia de su 'hermano' de mate Diego Godín y el mejor proyecto deportivo de la historia del Atlético tienen la culpa de que se haya quedado.
Con un fútbol que sus jugadores ejecutan de memoria, Simeone ya consiguió que el Atlético compitiese contra cualquier equipo del planeta. Le arrebató incluso una Liga a Madrid y Barça en 2014. Ahora por fin les mira sin complejos, de tú a tú. Las dudas blancas por la marcha de Cristiano y las azulgrana por su descalabro en Champions el curso pasado alimentan el favoritismo rojiblanco. La Europa League de Lyon, la regularidad que les dio la segunda plaza y el gran Mundial de Griezmann y Lucas lo corroboran.
En beneficio del Atlético juega, como cada año, que el bloque apenas ha mutado. La columna vertebral Oblak-Godín-Griezmann sigue en el Metropolitano tras rechazar ofertas mareantes. Están alistados al ejército del Cholo, como Saúl y Koke, veteranos a los 23 y 26 años, respectivamente. Giménez terminó la temporada y el Mundial siendo al fin una realidad con tanto cerebro como corazón y condiciones paral liderar cualquier defensa durante una década.
De la coctelera sale un candidato rotundo a todo, con el acicate de que la próxima final de la Champions se jugará en su feudo. No se puede quejar Simeone, la verdad.
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