El Atlético celebra sus 120 años con una gran remontada

No fue preciso que el Atlético recurriese a la épica para sobreponerse a un grave error defensivo a balón parado que permitió que el Mallorca se adelantase con su único remate a portería de la primera parte. Cuando agonizaba ese período en el que el equipo de Diego Pablo Simeone ejerció un dominio estéril, sin llegadas claras, una primera asistencia de Griezmann la aprovechó De Paul para fusilar y recuperar la alegría en el Metropolitano, tan acostumbrado a sufrir. Sin embargo, en la efemérides, aunque el VAR anuló un penalti a Molina en el minuto 39, no hubo agonía ni incertidumbre, porque Morata hizo justicia con un golazo de cabeza al regreso de los vestuarios y cuando Aguirre reaccionó y dio otro aire a tan defensivo Mallorca, el oficio rojiblanco resultó determinante.

Cuando el Mallorca quiso dar un paso al frente con Kang-in Lee, para intentar al menos poner a prueba a Gbric, titular por la lesión de cervicales de Oblak, un córner acabó con un pase en largo de Griezmann a Carrasco para que el belga, desde campo propio, iniciase una cabalgada sin freno. Hasta que se plantó ante Rajkovic, dribló con clase y sangre fría al portero serbio y puso el 3-1.

Ya había tenido el Atlético más oportunidades para cerrar antes el encuentro, pero los colchoneros no tuvieron entonces pegada, empeñados en los disparos de media distancia centrados a portería. Sin embargo, con una ambición y un fútbol muy superiores al de los bermellones, los rojiblancos que recurrieron a los colores de su primera equipación oficial certificaron su dominio con una goleada contundente, con autoridad y momentos de buen juego.