El Atlético y Griezmann retoman su relación a fuego lento

El francés dejó 120 millones de euros en las arcas rojiblancas, 133 goles y 50 asistencias en 257 partidos con el Atlético y una Europa League, una Copa del Rey y una Supercopa de España en las vitrinas del club, pero ese adiós inesperado un año después de renovar a través de un contrato astronómico, con el que en el Metropolitano le demostraron a las claras su condición de estrella en la plantilla, todavía es visto como una traición y duele y mucho a una masa social que a pesar de su regreso, no está dispuesta a rendirse al galo tan fácilmente.

En el club lo saben y a pesar de la enorme alegría en los despachos por haber llevado a buen puerto una operación relámpago en el último día de mercado con la que ya ni soñaban, son conscientes de que deben ir poco a poco con la puesta en escena del jugador. Es por ello que la presentación oficial de Griezmann como nuevo futbolista del Atlético fue poco habitual, a través de una serie de fotos en el Metropolitano y no mediante una rueda de prensa al uso o los tradicionales toques de balón en el estadio ante el público deseoso de ver de corto a la nueva adquisición de su equipo.

Había respeto en el Atlético por la posible reacción de una hinchada pasional y dolida y por tanto dejarán que sea el césped, ya en un partido, el que dictamine. Toda vez que el conjunto de Simeone se desplazará el próximo domingo a Barcelona para enfrentarse al Espanyol en la cuarta jornada liguera, el primer cara a cara entre la que fue y ahora vuelve a ser su afición será ya en Champions, con el duelo frente al Oporto en el Metropolitano que abrirá la fase de grupos en menos de una semana.

Mientras, desde los canales de comunicación oficiales del club se optó por el perfil bajo para reintroducir al francés ante la hinchada rojiblanca. Para empezar el día, el primero de Griezmann en su segunda etapa en el Atlético después de regresar de la convocatoria con la selección francesa, un breve vídeo en el que el jugador camina por el parking de la Ciudad Deportiva Wanda de Majadahonda y dice a la cámara: «Hola atléticos, ya estoy aquí». Ya posteriormente, fotos del atacante de Mâcon saludando a sus nuevos compañeros y especialmente a Simeone, que junto al capitán Koke será su gran valedor, con mensajes apaciguando los ánimos entre el aficionado y poniendo en valor su figura en un equipo campeón, mejor que el que dejó a su partida pero que incrementa aún más su potencial con su retorno.

Ya por la tarde, y con nuevo aspecto incluido tras cortarse el pelo, Griezmann se trasladó al que vuelve a ser su hogar, el Metropolitano, donde posó junto al presidente del club, Enrique Cerezo, sosteniendo su nueva camiseta, en la que lucirá el dorsal '8' que dejó libre Saúl Ñíguez con su marcha al Chelsea, pues el '7' es ahora propiedad de Joao Félix. La instantánea junto al túnel de vestuarios y el escudo atlético del césped, además de la clásica imagen institucional junto al consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, y el director deportivo, Andrea Berta, completaron el despliegue mediático del club, más interesado en que sean el césped y el vestuario los que hablen en favor del fichaje estrella.

Por último, y ya por la noche, el Atlético publicó una pequeña entrevista con el jugador, que reconoció su desvelo por regresar, una posibilidad que le tuvo «diez días sin poder dormir». «Quería volver sí o sí, para mí es el mejor lugar para ser feliz dentro y fuera del campo. Muchas ganas de volver a ser colchonero, que es lo más bonito que me ha pasado en estos últimos años. Lo dejaré todo, como siempre ha sido mi estilo. Teníamos una bonita relación el aficionado y yo y es algo que quiero recuperar», señaló el francés en una declaración de intenciones en pos de la redención.

Lo cierto es que más allá de la tirantez lógica en la grada, a Griezmann le ha cambiado la cara apenas una semana después de su retorno al Atlético. El jugador lánguido del Barça, donde nunca cayó en gracia, parece haber recuperado la sonrisa en solo unos días. La clara muestra de esta metamorfosis la da la versión de futbolista diferencial, aquel que aspiraba hace unos años a sentarse en la mesa de Messi y Cristiano Ronaldo, que se ha visto en esta ventana de selecciones con Francia. Tres goles en tres partidos y una actuación soberbia, de las mejores de su carrera, frente a Finlandia en Lyon, que le sitúa como el tercer máximo realizador en la historia de los 'Bleus'. Buena carta de presentación, aunque será su desempeño de rojiblanco el que le otorgue el perdón y ablande el corazón colchonero, recuperando un antiguo amor convertido en odio.