El Barça da el golpe en el Metropolitano

«No es un partido trascendental para el devenir de la Liga, pero una victoria sería dar un golpe encima de la mesa», reconoció este sábado Xavi Hernández. El técnico del Barça sabe de la importancia de lograr la victoria para distanciarse en la cabeza y para recobrar las buenas sensaciones del inicio de curso. Para ello, los culés tendrá que ser «más efectivos» y deberán lograrlo sin Robert Lewandowski, que no podrá jugar después de que Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) ratificara la sanción de tres partidos al polaco tras su expulsión ante Osasuna.

El partido ante el Atlético es otro examen más para el Barcelona. Los culés se fueron al parón provocado por el Mundial con cinco victorias consecutivas, líderes en solitario y con la sensación de que el proyecto avanzaba por el camino correcto. Todo eso se ha diluido tras dos partidos en los que las dudas han regresado al Barça. Ante el Espanyol, el conjunto culé fue incapaz de cerrar un encuentro que tenía dominado, mientras que frente al Intercity en Copa volvieron los fallos defensivos de la pasada campaña, un mal que parecía solucionado después de ser el equipo menos goleado en Liga.

La baja de Lewandowski será la gran ausencia azulgrana en el Metropolitano, pero no la única, ya que Jordi Alba tampoco podrá jugar tras la doble amonestación que vio ante el Espanyol. Estas sanciones condicionarán el once de Xavi, que podría apostar por una minirevolución para afrontar con garantías el choque. Balde volverá a una defensa en la que Koundé podría ejercer como lateral diestro.

Con la dinámica opuesta

El momento del Atlético es totalmente diferente al del Barcelona. Los rojiblancos se fueron al parón inmersos en una crisis sin parangón. Lejos de la lucha por la Liga, fuera de competiciones europeas y con la sensación de haber tocado fondo, la dinámica parece haber cambiado con el nuevo año. El Atlético no es un equipo brillante, pero en los compromisos ante el Elche y el Oviedo ha recuperado algunas de las señas de identidad de Simeone, como la solidez defensiva o la capacidad para aprovechar los errores del equipo contrario. «Todos los partidos los afrontamos como si fuesen una final. No hay partido más importante que el que te toca», aseguró este sábado el Cholo, sabedor de que los suyos siempre han sido más fuertes en el 'partido a partido'.

Para tratar de seguir con esa dinámica, Simeone podrá contar con todos sus futbolistas a excepción de Mario Hermoso, sancionado tras su expulsión frente al Elche. Será la única ausencia en un once en el que volverá el 5-3-2 en fase defensiva, con Carrasco como carrilero izquierdo, y el 4-4-2 con el belga incorporado a la medular para conseguir superioridades. Pablo Barrios, la nueva joya rojiblanca, tendrá una nueva oportunidad en un gran escenario formando la medular junto a Koke y Llorente, mientras que Griezmann y Joao Félix serán los encargados de buscar el gol.

El Barça dio un puñetazo encima de la mesa este domingo en el Metropolitano. El conjunto que dirige Xavi se impuso al Atlético por 0-1 en un partido en el que los culés firmaron un gran arranque, se adelantaron con un gol de Dembélé y administraron con éxito esa ventaja. Los azulgranas ponen así fin a las dudas surgidas tras los compromisos ante el Espanyol y el Intercity, aprovechan el pinchazo del Real Madrid y se colocan líderes en solitario.

Era un partido grande y eso se notaba en el ambiente. Llenazo hasta la bandera en el Metropolitano, gargantas a pleno pulmón y el Atlético de Madrid tratando de apretar a los culés desde el primer minuto de partido, como en los viejos tiempos. Simeone apostó por la guardia pretoriana en defensa e introdujo talento a raudales con Pablo Barrios y Joao Félix, promesa del presente y promesa del pasado. Ellos fueron las novedades en un equipo en el que Llorente y Carrasco cerraban la medular junto a Koke y en el que Griezmann era el encargado de la batuta. Enfrente, Xavi movió fichas y apostó por cuatro centrocampistas para ganar la batalla de la posesión y alimentar a Dembélé y Ansu Fati, falso 9 ante la ausencia por sanción de Lewandowski.

Esas fueron las cartas que ambos jugaron en un partido que muy pronto se iba a convertir en un monopolio del Barcelona a través del balón. El plan de Xavi con Busquets, De Jong, Gavi y Pedri pretendía encerrar a los rojiblancos, reducir las pérdidas de balón que los suyos tuvieron ante el Intercity y machacar al Atlético en una tarea de desgaste. Y así fue desde el primer minuto. Los del Cholo eran incapaces de sortear la presión tras pérdida de su rival y así se gestaron dos avisos que Ansu Fati no acertó a materializar. Algo que no le iba a ocurrir a Ousmane Dembélé. El galo recibió dentro del área el cuero tras una asociación de Gavi y Pedri y fusiló a placer a Oblak para inaugurar el marcador y anestesiar al Metropolitano, que pronto iba a perder los nervios ante la falta de alternativas de su equipo.

Los rojiblancos se habían atrincherado y habían cedido los mandos al Barcelona que, esta vez sí, tenía recursos de sobra para desmoronar el orden impuesto por el Cholo. El plan debía variar y el primer paso fue adelantar filas antes del descanso para ir a buscar a los culés en campo contrario y empezar así un carrusel de ocasiones en el que Llorente disparó al lateral de la red, Giménez pudo empatar tras un testarazo y Griezmann obligó a Ter Stegen a hacer un vuelo sin motor. Fueron los coletazos de un Atlético que despertó tarde, ya por detrás en el luminoso, pero que estaba vivo y se iba a ir al vestuario con la sensación de que algo estaba cambiando.

Ese cambio llegó de forma definitiva tras la reanudación. El Atlético aprendió la lección y salió del paso por vestuarios con una cara totalmente opuesta. Los de Cholo salieron a morder al rival, dispuestos a asfixiar al Barça y evitar que los de Xavi siguieran jugando con facilidad desde atrás. El nuevo escenario le sentó bien a los rojiblancos, que encontraron entre líneas a Barrios, Griezmann y Joao Félix, tres jugadores que desestabilizaron por momentos a los de Xavi y lideraron el arreón de los suyos, estéril ante la falta de una referencia en el área que rematara el mejor juego del equipo.

El partido entró en terreno pantanoso para el Barcelona. La jaula que Xavi había ideado para el mediocampo ya no funcionaba, a los suyos prácticamente no les duraba el balón y tocaba mover piezas para recuperar el cuero y evitar que el Atlético siguiera creciendo. Entraron Ferran Torres, Raphinha y Kessié, el encargado de recuperar el músculo en la medular. Los cambios surtieron efecto y poco a poco el Barça fue apaciguando a un Atlético ahogado en el 'casi'. Casi llega Nahuel Molina en una internada por banda, casi remata Griezmann tras un centro del lateral argentino y casi se estaban quedando sin ideas en la recta final.

Simeone trató de dar con la fórmula introduciendo a Kondogbia, Morata, Lemar y Correa, cuatro futbolistas que, lejos de mejorar la imagen de los suyos, se diluyeron en la inercia de un equipo que sigue encontrar los caminos al gol y que ni siquiera en los últimos minutos fue capaz de aprovechar el empuje del Metropolitano. El Barça se llevó tres puntos de oro que le permiten abrir brecha en el liderato de la Liga y lo hizo en un partido en el que apenas necesitó un buen arranque, un chispazo de Pedri y Dembélé y administrar esa ventaja ante la impotencia de su rival.