El Atlético y la difícil tarea de desarrollar el fútbol en el país del críquet

El país asiático ocupa el puesto 199 del ránking FIFA y nunca se ha clasificado a un Mundial. Pero no fue siempre todo así. La selección paquistaní estaba en el Top 10 del fútbol asiático hasta los setenta y el fútbol es muy seguido entre las clases medias del país, mientras que videojuegos como el de la franquicia de la FIFA son muy populares. Estos datos hacen que las esperanzas del Atlético sean optimistas con su academia, que abrió el pasado mes de septiembre en esta nación de 200 millones de personas. «Sabemos que el críquet es el deporte principal, pero hay muchos aficionados al fútbol, que siguen la Premier League y la Liga», afirma Visea.

El Atlético busca promover el fútbol -tiene otras academias en Egipto, Rumanía o México-, así como su propia marca en un mercado como el sur de Asia. En noviembre el vencedor de la última Europa League anunció el lanzamiento de una red de academias en India, el gran vecino de Pakistán. En marzo se alió con un gigante del márketing chino para desarrollar su marca en el país de 1.300 habitantes, consumidores potenciales.Durante décadas, el hockey sobre hierba era el deporte más popular en Pakistán, con cuatro títulos mundiales para el país asiático, pero fue superado por el críquet, sobre todo tras ganar el Mundial de esta especialidad en 1992, con Imran Khan, actual primer ministro, en el equipo. Pero si apareciera un talento en el fútbol como Imnran Khan en el críquet, muchas cosas podrían cambiar. Y eso es lo que buscan academias como la del Atlético en Lahore.

Fiza Shahid, de 10 años, ha soñado con convertirse en futbolista desde que vio a sus héroes Leo Messi y Cristiano Ronaldo en televisión, y practicó en su barrio durante años, antes de entrar en la academia del Atlético. Mientras corre en el césped, su padre Muhammad Shahid afirma estar orgulloso de que su hija juegue a este deporte en un país conservador y tradicional como Pakistán.

La apertura de la academia también llega en un momento en que hay mayor seguridad en Pakistán, tras algunos años de atentados. «En el momento en que nos preguntaron sobre venir aquí, teníamos un poco de miedo con todas las noticias que venían de Pakistán», explica el técnico Daniel Limones. Pero la impresión cambió cuando llegó a Pakistán. «Nos sentimos como en España, sin preocupación por la seguridad», añade.