Por la mínima y pidiendo la hora, pero misión cumplida para el Atlético, que ganó a Osasuna, recuperó el liderato, selló el récord de 14 victorias consecutivas entre todas las competiciones y se alzó con el título honorífico de campeón de invierno tras concluir la primera vuelta. La última vez que lo consiguió, en el curso 20-21, se proclamó campeón de Liga.
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Pese a la revolución en el once de Vicente Moreno, que puso en liza un bloque con mucho soldado secundario, se lo puso difícil a un Atlético que sigue invicto en su feudo. Decidió la riña una jugada de estrategia dibujada mejor incluso en el césped que en la pizarra y rubricada por Julián Álvarez. La victoria fue corta pero justa, incontestable.
Atlético
Oblak, Nahuel Molina, Le Normand, Lenglet, Galán, Giuliano (Llorente, min. 73), De Paul, Barrios, Gallagher (Lino, min. 46), Griezmann y Julián Alvarez (Correa, min. 78).
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Osasuna
Sergio Herrera, Rubén Peña (Moncayola, min. 63), Boyomo (Aimar, min. 63) Catena, Herrando, Bretones, Rubén García (Arnaiz, min. 86), Torró (Areso, min. 63) Ibáñez, Moi Gómez y Raúl García (Budimir, min. 78).
Gol 1-0: min. 55, Julián Álvarez.
Árbitro: Isidro Díaz de Mera (Comité Castilla-La Mancha). Amarilla a Giuliano, Lino, Vicente Moreno y Simeone.
Incidencias: Partido de la 19ª jornada de Liga, última de la primera vuelta, disputado en el Riyadh Metropolitano ante 64.981 espectadores.
De más a menos el primer acto de un Atlético que salió lanzado y terminó impreciso, precipitado y asimétrico, huérfano en ataque por su banda izquierda porque Gallagher no tiene ese perfil. Todo lo contrario que los rojillos, superados en el cuarto de hora inicial, pero capaces luegos de equilibrar la contienda, de parar una y otra vez el juego y de evitar así que los colchoneros se pudieran manejar con ritmo, velocidad y continuidad.
La cita arrancó con dos faltas casi seguidas a Griezmann nada más recibir de espaldas, prueba inequívoca de que los navarros querían evitar a toda costa que el francés pudiera girarse. La presión de los madrileños era intensa, lo que les permitía recuperar el balón enseguida. A los siete minutos, se le anuló un gol a Griezmann, a instancias del VAR, por rematar con el codo un centro tenso de Nahuel. Fue una jugada rapidísima, pero precisamente para estas cosas se implantó la tecnología, no para tonterías.
Poco después, excelente combinación entre Griezmann y el eléctrico Giulano que no supo definir Julián Álvarez en posición inmejorable. Tuvo otra ocasión clarísima el exdelantero del City, de esas que no suele perdonar, pero no acertó a cabecear con fuerza el pase sutil de su colega De Paul. En ambas jugadas se lució Sergio Herrera. Parecía entonces que Osasuna podría salir goleado del Metropolitano.
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De forma paulatina, empero, decreció el Atlético y respiraron los visitantes, a quienes ya no quemaba tanto el balón. Incluso asustaron en un centro que Herrando cabeceó sin tino a portería vacía porque Oblak había salido a por uvas. Y poco más antes del descanso, más allá de otro remate de Julián a puerta, tras una acción embarullada, que por tercera vez abortó Herrera.
Llegados a este punto, el resultado, la dinámica y el hecho de que buena parte de los titulares aguardasen aún en el banquillo de Vicente Moreno, beneficiaba sobre el papel a los pamploneses. Pero ocurre que este Atlético tiene fe, es pujante, casi infalible ante su parroquia y con una profundidad de plantilla enorme.
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Se reanudó el pleito ya con Samu Lino en lugar del inglés, con más trabajo que desborde. Con el extremo brasileño, bien asociado con Galán, el Atlético ya era punzante por todos los frentes, incluidas las acciones de estrategia. En una de ellas descerrajó a su enemigo. Córner forzado por Giuliano, inasequible al desaliento, saque en corto, caramelito de Griezmann y dejada de Lenglet para que Julián defina tras controlar con el pecho.
Respondió pronto Moreno con un triple cambio, tres titulares dentro como Moncayola, Aimar y Areso y cambio de sistema con cuatro en el fondo. Pero la tarde ya estaba empinada para su tropa. El Atlético juntó líneas atrás para tratar de sentenciar al contragolpe. Para eso entró Llorente en lugar de Giuliano, exhausto de tanto correr. En el tramo final, justo cuando Osasuna alistó a Budimir, Correa reemplazó a Julián. Nada cambió. Moreno sigue sin vencer a Simeone, su equipo encadena siete choques sin triunfos y el Atlético vuelve a la cabeza.
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