La experiencia del maestro Mourinho y la pegada de la Roma superan a Xabi Alonso

En el bando italiano planteamiento rácano de inicio, a la espera de alguna contra que permitiese explotar sus buenos recursos de ataque. La suplencia del talentoso Dybala dice mucho de la apuesta por la solidez en detrimento de la inspiración. Pese a todo, Ibáñez tuvo la más clara adelantándose a cualquier rival tras el saque de una falta y rematando de cabeza para el lucimiento de Hradecky. Fue lo más destacado de una primera parte a la que le faltó fluidez en la medular.

Tras la pausa, la Roma metió una marcha más a través de sus carriles, especialmente con Spinazzola por la izquierda y el golpeo a balón parado de Pellegrini como herramienta. Fue un inicio esperanzador pero se diluyó en mitad de la disputa. El Leverkusen volvió a asumir el peso del partido con el balón pero careció de mordiente mientras que la Roma aguardó paciente a su ocasión, que llegó en una contra bien conducida por Bove. Abraham remató a la media vuelta y Hradecky evitó el gol, pero dejó un balón suelto que el propio Bove no desperdició.

Golpe duro para el equipo alemán, al que le costó reaccionar a pesar de los cambios. Tuvo un empate que hubiera sido oro en las botas de Frimpong, pero con Rui Patricio ya vencido Cristante despejó bajo palos y le dio al maestro Mourinho la primera victoria ante el alumno Xabi Alonso, al que le queda una bala en Leverkusen.