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Zidane saluda a Hazard tras relevar al belga durante el partido ante el Galatasaray. Murad Sezer (Reuters)
Análisis

Zidane tiene deberes pese a salvar la cabeza

La falta de puntería y la fragilidad defensiva siguen atenazando a los blancos, que solventaron un 'match ball' en Estambul pero necesitan mayor consistencia

Óscar Bellot

Madrid

Miércoles, 23 de octubre 2019, 16:07

Zinedine Zidane salvó la cabeza en Estambul pero sigue teniendo una larga lista de tareas para enderezar al Real Madrid. Superaron los blancos el 'match ball' ante el Galatasaray con un esfuerzo mancomunado y comienzan a salirles las cuentas para estar en octavos ... de la Champions, segundos del Grupo A con cuatro puntos, dos más que el Brujas y tres por encima del cuadro otomano, al que recibirán el 6 de noviembre en el Bernabéu. Un choque de nuevo vital ya que de lograr el triunfo, sacarían de la ecuación a los turcos y se jugarían el tipo con el conjunto belga, goleado por los parisinos este martes en el Jan Breydel y con una complicadísima visita al Parque de los Príncipes en la siguiente jornada. Dependiendo de los resultados de esos duelos, la escuadra de Chamartín podría certificar el pase en la penúltima fecha, cuando oficiará de anfitrión del PSG, o en la última, en casa del Brujas.

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Clarificado el panorama en su competición fetiche con una victoria balsámica que contiene la crisis y aleja el fantasma de un posible retorno de José Mourinho al banquillo, Zidane tiene una semana limpia de partidos tras el aplazamiento del clásico al 18 de diciembre para resolver las carencias que siguen atenazando a su equipo antes de confrontar al Leganés el próximo miércoles en el coliseo de Chamartín.

Eso es lo que ganó el marsellés en la caldera del Ali Sami Yen: tiempo, que no tranquilidad. La sombra del portugués impulsó a un vestuario que cerró filas con el técnico de las tres 'orejonas' en cadena pero sigue amenazando, aunque suena también para el Borussia Dortmund. Sergio Ramos puso el primer dique de contención en la rueda de prensa previa al encuentro ante el Galatasaray y sus compañeros respondieron a la llamada del capitán con sacrificio sobre el césped.

Courtois, Kroos y Valverde, fortalecidos

En Estambul se vio un batallón concentrado y solidario, dotado de mayor empaque en la medular gracias a la vuelta de Kroos y la presencia de Valverde. El germano, soberbio y autor del gol del triunfo, se ha convertido en el director de orquesta, con Modric cada vez más episódico en sus apariciones, mermado por las lesiones y el peso de la edad. Pisa cada vez con más frecuencia el área con 2,3 tiros por partido y es junto a Benzema, Bale y Casemiro, el único que ha repetido en la faceta anotadora.

El uruguayo demanda la condición de intocable cada vez que salta al verde. Su despliegue físico, potencia y determinación llenan de vitalidad a un centro del campo que adolece de falta de energía en su ausencia. A Zidane le entusiasma y tiene un peso creciente en el equipo, perdiendo a medida que pasan los partidos la timidez que siempre le acompañó desde los tiempos en la cantera de Peñarol. Titular en cuatro de los seis últimos encuentros, con tres victorias y un empate como saldo, los blancos se cayeron en los dos restantes, sin minutos en el empate frente al Brujas y suplente en la derrota contra el Mallorca.

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La exuberancia del charrúa y la eficacia del alemán se contaron entre las buenas noticias en Estambul del Real Madrid, al que mantuvo con vida Courtois antes del gol de Kroos. Dos grandes paradas a sendos remates de Andone y una tercera en respuesta a Belhanda dieron oxígeno al equipo de Zidane ante un rival menor. «Nos ha salvado», admitió el técnico tras una actuación redonda del belga. «Sé el portero que soy, nunca dudo de mí mismo», reivindicó el cancerbero, que venía de encajar doce goles en 24 remates este curso.

Atasco

El providencial papel de Courtois expuso la fragilidad defensiva del Real Madrid. Varane y Sergio Ramos sufrieron, aunque mantuvieron su expediente casi inmaculado en la Champions: sólo una derrota con el francés y el andaluz en el eje de la zaga tras 37 partidos formando dupla en la competición.

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Los blancos han concedido catorce goles en doce partidos (1,16 por duelo) y siguen atascados en ataque, principal hándicap respecto a los tiempos de esplendor. Han anotado 19 dianas en 12 choques, un promedio de 1,58 por encuentro, inferior incluso a la pírrica media de 1,83 tantos por enfrentamiento de la pasada campaña. En el Ali Sami Yen remataron 27 veces, 13 de ellas entre los tres palos, su mayor registro a domicilio en la Champions desde el curso 2003-2004, y sólo hicieron un gol. Desde que empezó la campaña suman 210 remates con una bajísima eficacia: 11,05 por cada tanto. «Creamos mucho y marcamos poco», resumió Marcelo.

«Creamos mucho y marcamos poco»

Marcelo

La falta de puntería es un mal endémico desde la marcha de Cristiano Ronaldo, cuya voracidad opacaba tantos males. Sólo Benzema aporta con asiduidad. Hazard sigue dando pinceladas de su enorme calidad pero ni a puerta vacía pudo festejar su reciente paternidad con la que hubiese sido su segunda diana de blanco. Sí repitió asistencia tras la que dio ante el Granada pero su equipo demanda más del ex del Chelsea.

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Sacar su mejor versión es otra de las labores de Zidane, que tras atender a la meritocracia con Valverde empieza a dar carrete a Rodrygo. El brasileño, cuarto madridista más joven en debutar en la Champions, respondió como si fuera un veterano en Estambul. Tiene desparpajo como Vinicius y le supera en eficacia. Aunque sigue compatibilizando el primer equipo con el Castilla, su clase reivindica empresas mayores.

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