Rakitic rescata un buen punto para un mal Sevilla

La ilusión es máxima en el cuadro hispalense, que busca trasladar a la Champions las buenas prestaciones que está ofreciendo en la Liga, donde los andaluces figuran a tres puntos del liderato, con la bola extra del partido aplazado que tienen frente al Barça, y presumen de ser el equipo menos goleado de Primera, con solo dos tantos encajados en seis choques.

Sin embargo, su estreno en Europa no pudo ser más tumultuoso. El bielorruso Aleksei Kulbakov decretó tres penas máximas en apenas 36 minutos contra el Sevilla, que además se vio en inferioridad numérica durante casi toda la segunda parte por la doble amarilla que vio el punta Youssef En-Nesyri. Pero la escuadra española hizo un gran ejercicio de resistencia y tuvo las dosis de fortuna necesarias para salvar un punto en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El gol, también desde los once metros de Ivan Rakitic, fue el merecido premio para un bloque que se dejó el alma sobre el césped, pese a que sufrió mucho con las embestidas del Salzburgo.

Ahora visita Alemania tras encadenar dos triunfos consecutivos en Liga que han afirmado la moral de la plantilla, aunque cuenta con una baja de envergadura. En-Nesyri cumple partido de sanción por su expulsión frente al Salzburgo y además se retiró lesionado en la última jornada del campeonato doméstico contra el Espanyol. El delantero marroquí estará alrededor de un mes alejado de los terrenos de juego, lo que obligará a Rafa Mir a dar un paso al frente. El delantero murciano viene de marcar en los dos últimos encuentros y confía en mantener la racha.

El brasileño Fernando, con molestias, es duda, por lo que todo apunta a que Lopetegui mantendrá el eje Jordán-Delaney en el centro del campo, con el Papu Gómez y Lamela manejando la batuta ofensiva. Las grandes novedades en la lista son la presencia del delantero del filial Iván Romero y del centrocampista Óliver Torres, todavía inédito esta temporada por problemas físicos.

Por su parte, el Wolfsburgo encara la cita tras encajar el pasado fin de semana su primera derrota en la Bundesliga ante el Hoffenheim (3-1), que ha hecho caer a los lobos al tercer puesto del torneo germano. Pese a ello, el equipo que entrena un viejo conocido de la afición española, Mark Van Bommel, ha protagonizado un notable inicio de temporada que le permite estar a tres puntos del todopoderoso Bayern de Múnich. El técnico neerlandés tiene las bajas del defensa brasileño Paulo Otavio, lesionado en un tobillo, y del zaguero estadounidense John Brooks, que fue expulsado contra el Lille y tiene que cumplir un partido de sanción. Su principal arma es el espigado delantero tulipán Wout Weghorst, autor de cuatro goles y una asistencia en ocho partidos.

Solo un discutible penalti de Josuha Guilavogui, excentrocampista del Atlético que golpeó en la espinilla de forma involuntaria a Lamela después de despejar el balón, evitó la derrota de un flojo Sevilla ante un Wolfsburgo más dinámico que se marchó indignado con el árbitro y en inferioridad porque, adeás esa acción le costó la expulsión por doble amarilla al centrocampista francés. Incluso pudieron vencer los andaluces en el descuento, pero el centro envenenado del Papu golpeó en el poste. Aunque el Salzburgo venció al Lille, el empate deja el grupo muy abierto pero este Sevilla debe crecer si quiere avanzar en una Champions que no perdona. No fue un buen partido del representante español, ni esta vez Julen Lopetegui acertó en los cambios.

El hecho de que todos los equipos del grupo iniciaran la segunda jornada con un punto motivó quizá que los lobos y los hispalenses actuasen con bastantes precauciones. Más preocupados de no fallar que de ir en busca del rival, pero fieles a sus estilos. El equipo de Lopetegui con el objetivo prioritario de gobernar la situación a través de la posesión de balón, aunque fuera con escasa profundidad, y el Wolfsburgo esperando hasta robar algún balón y salir con mayor verticalidad aprovechando la velocidad de sus tres delanteros.

Intentaron intimidar al principio los bajosajones a partir del físico, pero el colegiado búlgaro cortó rápido cualquier signo de dureza y castigó con sendas amarillas a Lacroix por un manotazo a Ocampos y a Steffen por un ligero golpe con el codo a Acuña. Echaron en falta los andaluces algo más del Papu, que no mostró nada de su nivel, y estuvieron imprecisos, pero gozaron de un par de ocasiones en un primer acto equilibrado. Sobre todo, tras un gran centro desde la izquierda que Rafa Mir no pudo rematar en boca de gol porque se le adelantó el lateral. En el conjunto de Van Bommel, tercero en la Bundesliga, sobresalió el suizo Kevin Mbabu, un lateral de largo recorrido con un despliegue físico tremendo, característico en el fútbol moderno.

Se reanudó el choque tras el descanso sin Acuña, lesionado, y con una pésima noticia para los hispalenses porque en su primera llegada los germanos marcaron. Centro desde la banda derecha, barullo para despejar y Navas le deja el balón muerto a Steffen para empujarlo a la red. Duro castigo a la falta de la contundencia de los hispalenses y doble movimiento enseguida de Lopetegui, que pasó a jugar sin un ariete posicional. Se marchó Rafa Mir, gris en su estreno gris como titular en Champions y sin hacer olvidar al ausente En-Nesyri.

Al Sevilla ya no le quedaba más remedio que ponerle más intensidad e ir a presionar más arriba. El riesgo, los contragolpes alemanes. Como el panorama no mejoraba e incluso Bono salvaba el segundo, Lopetegui rectificó y puso en liza para el tramo final a Munir y Romero, los dos arietes que le quedaban. Menos mal que llegó el extrañísimo penalti de Guilavogui y Rakitic no falló desde el punto de penalti