Giroud castiga el contradictorio plan de Simeone

El problema del líder es más de resultados que de juego, ya que con casi 30 disparos a puerta es impensable hacerle solo un gol al equipo de Paco López en dos encuentros. Pero la mala racha y el cambio de tendencia están ahí, con solo una victoria en los últimos cuatro partidos ya que el Celta también se llevó un punto del Metropolitano casi sobre el pitido final.

El equipo del minucioso Simeone, uraño cuando encadena ocho victorias seguidas y todos le preguntan por el título y muy sonriente cuando el panorama se tuerce a base de «obstáculos», dispone de una excelente oportunidad para dar un golpe de autoridad en el mejor escaparate posible.

Se trata de dar el primer paso para estar de nuevo entre los ocho mejores de Europa y, de paso, espantar los fantasmas que quizá sobrevuelan más entre los aficionados que entre sus propios jugadores y cuerpo técnico. En cambio, un mal resultado alimentaría las dudas y el debate sobre si el Atlético ha perdido fuelle y padece mal de altura justo cuando hay que estar más fuertes, sólidos y seguros de sí mismos.

Los colchoneros se miden a los 'blues' en el exilio de Bucarest debido a las restricciones impuestas en España a los viajeros procedentes del Reino Unido por la covid-19. Hay que protegerse de la cepa británica, pero resulta que el choque de ida se disputa en terreno neutral y la vuelta en Londres. Curioso, más allá de protocolos internos de cada país y de la UEFA.

El Atlético intentará aferrarse al buen recuerdo del Nacional Arena de la capital rumana, donde Diego Simeone conquistó la Europa League en 2012, el primer título de los siete que lleva con el conjunto rojiblanco. Allí se impuso su equipo al Athletic en una final marcada por los dos zarpazos del tigre Radamel Falcao y a los leones en poco más de media hora de juego.

«Hay momentos con dificultades para todos, no solo para el Atlético. Aquellos que son fuertes en los momentos malos son los que llegan al objetivo», sostiene el Cholo, que ve al Real Madrid a solo tres puntos en el retrovisor, si bien los del Wanda aún tienen un partido menos, el aplazado en casa ante el Athletic de Marcelino García Toral.

Al hándicap de jugar fuera de su estadio el Atlético añade las bajas de Yannick Carrasco, Sime Vrsaljko y José María Giménez, que tuvo que retirarse el sábado del partido contra el Levante por un problema en el aductor izquierdo. Enésima lesión del uruguayo, un central titularísimo para Simeone y entre los mejores de Europa cuando está bien, pero con músculos de cristal. Tampoco está presente el centrocampista mexicano Héctor Herrera, con covid-19, y el lateral inglés Kieran Trippier, sancionado por su federación hasta el 28 de este mesd por incumplir las reglas de apuestas. En cambio, dispone del delantero francés Moussa Dembélé, flamante refuerzo invernal que ya participó algunos minutos ante los granotas tras vencer al coronavirus.

El principal objetivo del Atlético ante el equipo de Stamford Bridge es volver a ser fiable atrás y dejar su puerta a cero después de encajar ocho goles en los últimos cinco partidos. «Hemos vuelto a recibir goles que no debíamos», se lamentaba Mario Hermoso tras caer ante el Levante. Simeone, en todo caso, sale con un equipo muy ofensivo y regresa al sistema 4-4-2.

Por su parte, el Chelsea parece haber recuperado la estabilidad desde que Tuchel se hizo cargo del equipo en sustitución de Frank Lampard. El técnico alemán de 47 años, tres menos que su rival argentino de este martes, sigue sin conocer la derrota desde que se hizo cargo de los 'blues' el 26 de enero. Sin embargo, su reciente empate con el Southampton (1-1) frenó una serie de cinco triunfos.

El estratega que guió al París Saint-Germain a la pasada final de Champons afronta el reto ahora con el Chelsea, quinto clasificado en Inglaterra y cuya fortaleza se pone a prueba con el Atlético. Una buena oportunidad para testar también el nivel de la Liga y de la Premier.

«Pensamos día y noche en marcar y crear ocasiones», aseguró Tuchel tras el tropiezo del pasado fin de semana. «Las estadísticas muestran que no marcamos lo suficiente por la cantidad de toques en el área y por la cantidad de disparos. Es falta de precisión, no de oportunidades», remató el técnico germano.

Tras 250 millones de euros invertidos el verano pasado, superar los octavos de final de la Champions por primera vez desde la semifinal de 2014 sería el precio mínimo para el temperamental, pragmático y versátil tácticamente preparador de Krumbach, Baviera. Estos dos 'outsiders' europeos se han enfrentado hasta ahora en siete ocasiones, con dos victorias por cada bando. El Atlético salió airoso en las semifinales de la Champions de 2014 (0-0 en el Metropolitano y 1-3 en Londres) y en la Supercopa de 2012 (4-1).

Mal resultado y

Es cierto que las bajas, sobre todo en defensa, condicionan la elección de jugadores y dibujos tácticos, pero el Cholo Simeone fue

Dispuso el Atlético de un par de ocasiones pronto, ya que Saúl estuvo a punto de robarle la cartera a un desacertado Mendy y Lemar golpeó en semifallo tras un pase tenso de Suárez que dejó pasar el portero francés, titular para desgracia de Kepa Arrizabalaga, pero dio sensación de inferioridad. Más en el juego y en el dominio que en las ocasiones, ya que tampoco Oblak se vio muy exigido en el primer acto. Apenas intervino para atajar un tiro lejano de Marcos Alonso y desviar un duro lanzamiento de Timo Werner junto al poste que el esloveno defendía. Daba miedo el Chelsea porque tocaba fácil cerca del área madrileña, pero siempre aparecía una pierna para desviar el pase clave. El que más sufría era

Se quejaron los colchoneros al colegiado Felix Brych de las faltas tácticas de los británicos para frenar los intentos de contragolpe. El que más las padeció fue

No cambiaba apenas el guion del choque tras el descanso. Mismas trazas. Posesión del Chelsea y algún aguijonazo del Atlético. Apareció Joao Félix para domar un balón y luego dibujar un remate en escorzo más plástico que efectivo. Pero fue