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Raúl regatea a Cañizares para cerrar la final de la Champions entre el Real Madrid y el Valencia. Michel Euler (AP)
Los capotazos de Raúl en Saint-Denis celebran sus bodas de porcelana
Aniversario

Los capotazos de Raúl en Saint-Denis celebran sus bodas de porcelana

El Real Madrid se anotó el 24 de mayo del año 2000 ante el Valencia la primera final española de la Champions, con goles de Morientes, McManaman y del '7'

Óscar Bellot

Madrid

Domingo, 24 de mayo 2020, 00:52

Quiso el azar que dos de las tres finales de la Liga de Campeones con íntegro sabor español hasta la fecha se celebrasen un 24 de mayo. Ambas con un mismo ganador, el Real Madrid. La primera, disputada en el Stade de France, en Saint- ... Denis, dejó para el recuerdo una lección táctica de Vicente del Bosque, goles de Fernando Morientes, Steve McManaman y Raúl González que anegaron el sueño del Valencia de levantar la 'orejona' y los capotazos del '7' para dar un toque taurino a la octava coronación del rey de Europa. Una faena que este domingo festeja sus bodas de porcelana.

Pocos podían presagiar en la 'casa blanca' que aquel convulso curso 1999-2000 se rubricaría con la gloria suprema. El Real Madrid había deambulado en Liga antes de que Lorenzo Sanz fulminase a John Benjamin Toshack a mediados de noviembre, harto de la mala marcha del equipo y de las astracanadas del técnico. «Es más fácil ver un cerdo volando sobre el Bernabéu a que yo rectifique», espetó el galés, en abierto desafío al vestuario y la directiva. El dirigente entregó las llaves a Vicente del Bosque, vieja gloria del club como futbolista que había vivido un par de periodos de interinidad como preparador del primer equipo mientras se desempeñaba en la cantera. Y el salmantino terminó obteniendo en la periferia parisina el premio que diecinueve años antes le había negado el Liverpool cuando concurrió vestido de corto al Parque de los Príncipes con el 'Madrid de los García'.

El Deportivo había alzado cuatro días antes la primera y única Liga de su historia, con el Real Madrid en una ignominiosa quinta posición tras Barcelona, Valencia y Zaragoza. El conjunto que dirigía el argentino Héctor Cúper vivía una época de esplendor que le llevaría a dos finales consecutivas de la Champions, con futbolistas de la talla de Santiago Cañizares, Miroslav Djukic, Gaizka Mendieta o Claudio 'El Piojo' López. El Valencia se deshizo en semifinales del Barça, con un arrollador 4-1 en la ida en Mestalla. El Real Madrid había disfrutado de una noche mágica en Old Trafford que dejó un taconazo para la posteridad de Fernando Redondo y el pasaporte sellado para la antesala de la final, en la que sucumbiría el Bayern, con un gol decisivo de Nicolas Anelka en el Olympiastadion de Múnich.

De París a Lisboa

Se perfilaba un duelo equilibrado. Pesaba la mayor experiencia del Madrid, vestido de negro aquel día, pero en su contra jugaban las heridas de guerra de sus dos centrales de mayor jerarquía, Fernando Hierro y Manolo Sanchís, convidados a última hora tras contemplar casi todo el partido desde el banquillo a causa de sus maltrechos cuerpos. Del Bosque envidó con Iván Campo, Aitor Karanka e Iván Helguera. Defensa de tres centrales que había causado algún que otro disgusto aquella campaña. Michel Salgado y Roberto Carlos como carrileros, Redondo y McManaman en la sala de máquinas y un tridente arriba conformado por Morientes, Raúl y Anelka.

Pocas ocasiones en el abarrotado Stade de France hasta que Michel Salgado colgó un balón que cabeceó a la red Fernando Morientes en el minuto 39. El Valencia acometió con más corazón que cabeza en busca del empate, pero en el minuto 67 McManaman doblaba la renta del Real Madrid con un remate de tijera desde fuera el área. Raúl, burlando a Cañizares, sentenciaba en el minuto 75.

Sanchís alzó la 'orejona' en París como dos años antes había hecho en Ámsterdam gracias al gol de Pedja Mijatovic. Y Raúl cumplió su ritual de torear con una bandera española mientras la afición del Valencia digería a duras penas la pérdida de un trofeo que volvería a escapársele un año después, entonces ante el Bayern. Catorce años después, otro 24 de mayo, el Real Madrid levantaba la 'décima', esta vez en Lisboa y ante otro adversario español, el Atlético. Pero esa ya fue otra historia.

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