El Real Madrid recupera crédito en Europa

Con su victoria ante la Dea, los blancos pusieron fin a una racha impropia de su jerarquía en el principal torneo de clubes: cuatro partidos consecutivos de eliminatorias sin conocer el triunfo como local. El 'maleficio' se quebró el martes en el Alfredo Di Stéfano, donde el Real Madrid encontró argumentos para creer en que una campaña marcada por las lesiones, el ruido generado por la continuidad o no de figuras señeras y el poco filo de sus delanteros puede acabar con fiesta por todo lo alto.

«Vamos a intentarlo. ¿Por qué no? No lo veo imposible. Estamos aquí para eso. Lo vamos a intentar. Va a ser difícil, pero lo vamos a pelear», proclamó Zidane cuando se le preguntó si es posible ganar la Liga y la Champions. «Vamos a pelearla por supuesto. Y en Liga a pelearla también. La queremos», corroboró Lucas Vázquez, uno de los soldados predilectos del marsellés que repartió una nueva asistencia a Asensio para que el balear cerrarse la goleada contra el conjunto de Gian Piero Gasperini.

Declaraciones que dan buena cuenta del optimismo que se ha abierto paso en Valdebebas tras un pleito en el que la vieja guardia tiró una vez más del carro, con mención especial para la aportación de la estelar pareja que conforman Modric y Kroos, el liderazgo de Sergio Ramos y la fiabilidad de Benzema, y del que salió relanzado Vinicius.

El brasileño vivió su primera gran noche europea y solo le faltó el gol para coronar una actuación sobresaliente. Recordando a aquel descarado meritorio que aterrizó en Chamartín para convertirse en bandera del afán de Santiago Solari por revitalizar a una escuadra que carecía de frescura, el carioca desbordó una y otra vez por la banda izquierda con un enorme desparpajo. Su falta de puntería impidió que facturara uno de los tantos del año al término de una acción 'maradoniana', pero fue el factor desequilibrante que precisaba el Real Madrid para abrir en canal a un adversario menos fiero de lo que pintaba por el buen hacer defensivo de los blancos. El penalti que se cobró por derribo de Toloi, convertido por Sergio Ramos, fue un premio merecido por su tenacidad. «Soy un jugador con una personalidad tremenda, fallo y en la siguiente voy a por el gol. Creo que él pensó que no iba, pero voy siempre. Lo mejor que hago es que fallo una y en la próxima voy otra vez», señaló el '20'.

En permanente sospecha por sus problemas en la definición, Vinicius recuperó la chispa que tanto necesita un bloque que no tiene más versos sueltos. Con Hazard como enfermo crónico, las burbujas del ex del Flamengo aportan un elemento diferencial apreciado por sus compañeros, que le tienen por un alumno aplicado, aunque todavía sin la fortuna necesaria para que explote todo su potencial. «Trabajo todos los días con todos los jugadores, y con el míster también. Siempre estoy entrenando las cosas que tengo que mejorar, pero creo que estoy evolucionando bien y que voy a ir mejor en cada partido», comentó un futbolista que ha provocado cuatro penaltis desde que aterrizó en España, más que cualquier otro jugador del Real Madrid en ese periodo.

Pero, más allá de individuales, el avance del Real Madrid en la Liga de Campeones refrendó la actuación coral de un equipo beneficiado por la ductilidad táctica de su estratega. Zidane desactivó al Atalanta con un sistema de tres centrales y dos carrileros poco habitual en el francés pero que dio rédito frente a una de las escuadras con mayor pegada de Europa.

Cierto es que el cuadro lombardo no tiene el pedigrí de otros, pero no lo es menos que se presentó en el Di Stéfano con la mejor serie de triunfos a domicilio de la Champions: cinco consecutivos. Sin ir más lejos, venía de abatir a dos campeones de Europa como el Ajax y el Liverpool esta misma temporada. Los 'reds' serán precisamente uno de los posibles contrincantes del Real Madrid en la antepenúltima ronda de la máxima competición continental. A cinco partidos de la gloria, y pese a sus indudables carencias, los blancos se sienten ya capaces de cualquier cosa. De casta le viene al galgo.