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Después de dos batacazos consecutivos sufridos en el último segundo frente al Bayer Leverkusen y el Cádiz, el Atlético de Madrid se juega este martes su continuidad en Europa en una auténtica 'final'. El presente y el futuro del equipo de Diego Pablo Simeone, aunque ... también esté pendiente del Leverkusen-Brujas, pasan por Do Dragao contra el Oporto. El vigente campeón de Portugal ya está clasificado para octavos de la máxima competición, pero aún aspira a la primera plaza y tiene ganas de revancha tras ser el eliminado por los rojiblancos en su estadio en la última jornada la pasada temporada (1-3).
El Atlético también ganó al Oporto hace casi dos meses en el Metropolitano en la primera jornada de la presente edición de la Champions (2-1, gracias a un gol de Griezmann en el 101'), en la que ha sido la única victoria de los colchoneros en el Viejo Continente este curso. Este martes estará seguramente obligado a la segunda, ya que aunque para garantizarse al menos la Europa League le valdrá con hacer lo mismo que haga el Leverkusen, se da por hecho el triunfo de los alemanes en su estadio ante los belgas. Por tanto, el Atlético solo puede jugar para ganar en Do Dragao y evitar un fracaso aún mayor que el de la Liga de Campeones, en este caso nunca conocido en la era Simeone. Desde que hace más de una década el argentino dirige al Atlético, los rojiblancos nunca se han despedido de Europa a las primeras de cambio, tras disputar tan solo la fase de grupos.
Cuando cayó el Atlético en la Champions 2017-2018 se agarró a la Europa League y se adjudicó el segundo título continental, al igual que ocurrió anteriomente en la 2009-2010 con Quique Sánchez Flores en el banquillo. Ahora, con Simeone en el disparadero, más cuestionado que nunca, el objetivo de asegurarse el descenso a la Liga Europa es obligado, después de haber perdido prestigio y alrededor de 20 millones de euros por su prematuro adiós en la Champions. La conquista de la Europa League paliaría en parte ese varapalo deportivo y económico, pero eso aún queda muy lejos y no es realista pensar en ello cuando, en situación tan poco fiable futbolística y anímicamente, al ansioso Atlético le quedan 90 minutos para, ya que depende de sí mismo, responder por fin en un partido vital y no estrellarse en Do Dragao.
Sin Morata, Joao Félix
CCuando aún están rumiando los rojiblancos el tremendo golpe recibido por el increíble y cruel final de la quinta jornada tras el penalti fallado por Carrasco con el tiempo cumplido ante el Leverkusen y tampoco se han recuperado de la derrota en la última jugada del encuentro ante el Cádiz, llega este duelo de tantísima trascendencia, que el Atlético pudiera afrontar sin Álvaro Morata, aunque entró este lunes en la convocatoria. El máximo goleador del equipo en la Liga -empatado con Griezmann a cinco dianas- no ha marcado un solo tanto en esta Liga de Campeones, aunque el Atlético ha logrado solo cuatro este curso en Europa.
El Oporto ha alcanzado ya la decena, gracias a las últimas goleadas del equipo dirigido por Sergio Conceiçao al Leverkusen (0-3) y al Brujas (0-4). Víctima de un edema en el tobillo derecho tras un pisotón frente al Cádiz, si se confirmase, la ausencia de Morata podría abrir la puerta de la titularidad a Joao Félix después de que el portugués haya sido suplente en los últimos ocho encuentros.
Cada vez más distanciado del Cholo, para el exdelantero del Benfica, gran rival del Oporto, este duelo debería ser su oportunidad para dar un verdadero paso al frente y reivindicarse, cuando resuenan tambores de guerra entre el joven futbolista luso y el entrenador, en la picota por sus continuos cambios de alineaciones y sistemas y su habitual convervadurismo. Sus jugadores también están confundidos y en una peligrosa dinámica perdedora. Para el Atlético, este choque tendría que significar un punto de inflexión. Do Dragao dictará justicia.
Sin alma, sin fútbol y sin capacidad de reacción hasta un pequeño arrebato de orgullo que tuvo con las sustituciones a partir de la hora de partido, el Atlético de Madrid consumó su debacle en Europa. Fuera de las competiciones continentales a las primeras de cambio, los rojiblancos firmaron en Do Dragao un fracaso aún mayor que el de la Champions, sin precedentes en la era Simeone. Un fiasco de proporciones imprevisibles que marcará el presente y el futuro de un equipo perdedor que va a la deriva. El triste Atlético regresó en Oporto al pasado de hace más de una década, ya que antes de la llegada del técnico argentino ahora puesto en la picota, hace 12 años también fue eliminado tras la fase de grupos, en la Europa League. Esta vez el desastre ha llegado en la máxima competición europea que los colchoneros han cerrado con una sola victoria y tres derrotas, la última de ellas, en lo que era una auténtica 'final', tras ser ridiculizado por el Oporto.
Do Dragao hizo justicia y el milagro tampoco llegó en Leverkusen en el duelo de los alemanes ante el Brujas, cuando el Atlético no dependía de nadie para al menos asegurarse la tercera plaza y el descenso a la Liga Europa. Él mismo se sepultó con una actuación lamentable e indigna de su nombre. El Atlético fue hasta la última media hora un equipo carente de actitud, juego e intensidad al que el Oporto, sin hacer un gran partido, sacó los colores. Con su falta de concentración, la defensa de los rojiblancos fue de feria y el Oporto pudo conseguir una goleada de escándalo si no hubiese sido por Oblak, que tuvo que responder con hasta cinco paradas de mucho mérito, y por lo mucho que perdonaron los lusos.
El Atlético volvió a ser un conjunto mediocre que encajó un gol poco después del pitido inicial y ya no se levantó de la lona, lastrado por la negra tarde de Savic y Giménez, un centro del campo inútil y un ataque que hasta la segunda parte no tuvo ocasiones y deambuló sin rumbo. Sin el lesionado Morata y este vez con un tridente formado por Correa, Griezmann y Joao Félix. El delantero portugués volvió a ser titular gracias a la baja de Morata, pero tras su pobre rendimiento solo duró una hora en el campo y se marchó ofuscado.
Oporto
Diogo Costa, Pepé (Rodrigo Conceiçao, min. 89), Fábio Cardoso, Marcano, Zaidu (Wendell, min. 53), Otávio (Borges, min. 89), Grujic, Eustaquio, Galeno (Folha, min. 89), Evanilson (Toni Martínez, min. 81) y Taremi.
2
-
1
Atlético
Oblak, Molina, Savic, Giménez, Reinildo, De Paul, Witsel, Saúl (Carrasco, min. 60), Correa (Pablo Barrios, min. 85), Griezmann y Joao Félix (Cunha, min. 61).
Goles: 1-0: min. 5, Taremi. 2-0: min. 24, Eustaquio. 2-1: min. 95, Marcano, en propia puerta.
Árbitro: Daniele Orsato (Italia). Tarjetas amarillas a Grujic, Reinildo, Savic, De Paul y Fábio Cardoso.
Incidencias: Partido correspondiente a la sexta y última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Do Dragao de Oporto. Casi lleno, con 2.500 aficionados del Atlético.
Aparte de Griezmann, su sustituto, Cunha, y el de Saúl, Carrasco, al menos provocaron que el Atlético intentase rebelarse después de tantísimo despropósito en la primera mitad. Sobre todo por parte de una defensa que de nuevo hizo aguas y acumuló error tras error, desbordaba por la velocidad de un Oporto que se jugaba el liderato de grupo y logró su objetivo con una evidente superioridad frente a un Atlético destrozado.
Por momentos el equipo de Sergio Conceiçao bailó al Atlético, del que quiso tirar Griezmann, cuyo gol fue anulado en el minuto 68 por falta previa de De Paul y tuvo alguna ocasión más, como también Correa y Carrasco, sin pegada. Sin embargo, Diogo Costa también quiso emular a Oblak para mantener su portería a cero, hasta que Carrasco, a un minuto del final, casi marcó un gol olímpico que no se puede calificar del honor con este Atleti.
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