Noche grande en Anfield. El Real Madrid visita el formidable templo futbolístico de Merseyside, menos intimidante sin aficionados en las gradas que entonen el 'You'll never walk alone' y jaleen con la pasión que caracteriza a la hinchada 'red' pero siempre majestuoso, con el ... objetivo de certificar su regreso a unas semifinales de la Champions tres años después de su presencia más reciente en el penúltimo escalón de la máxima competición continental.
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Aunque los blancos tienen bien encarrilada la eliminatoria gracias al 3-1 logrado hace una semana en el Alfredo Di Stéfano, el duelo se perfila como un ejercicio de supervivencia para la soldadesca de Zinedine Zidane, que acude con las fuerzas muy justas por la sobrecarga de partidos y una racha de lesiones interminable para medirse a un Liverpool que tiene el orgullo herido y aspira a recuperar el rock n'roll que le convirtió en señor del continente hace dos temporadas, a fin de apear al trece veces rey de Europa del camino a la final de Estambul.
La notable racha de resultados (dos empates y once triunfos desde la derrota frente al Levante a finales de enero, el último de ellos en el clásico) ha disparado el optimismo en la 'casa blanca', pero existe también cierto temor a que un desplome físico tire por tierra lo conseguido en las últimas semanas y frustre el sueño del doblete.
La voz de alarma la dio el propio Zidane el pasado sábado. «El equipo está al límite», dijo el marsellés en un alarde de sinceridad que sorprendió por la insistencia y los tiempos, en puertas de otro choque volcánico que quizás convendría encarar con las cartas más tapadas. La exigencia de una temporada sin tregua y llena de contratiempos está siendo brutal y obliga al preparador a manejarse con mucho tiento. Nunca como ahora se había visto forzado a exprimir tanto a sus pupilos y puede terminar pasándole factura en el momento más inoportuno, aunque Jürgen Klopp, técnico del Liverpool, restó trascendencia a las palabras de su homólogo y se mostró convencido de que «el Real Madrid estará cien por cien listo».
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Agotados o no al término de una semana intensísima, los blancos afrontan la vuelta con la moral alta pero prevenidos del elevado peaje que podría acarrear un exceso de confianza. En la retina queda el recuerdo de aquella remontada frente al Barça que facturó el bloque inglés imponiéndose por 4-0 a la vera de The Kop, tras sucumbir por 3-0 en el Camp Nou, para abrirse paso hacia la final del curso 2018-19, en la que alzarían la 'orejona' en el Metropolitano. Claro que más reciente aún fue el intento baldío de levantarle la pasada temporada al Atlético una ronda de octavos que se le había puesto cuesta arriba a los 'reds' en el feudo colchonero con el 1-0 de la ida y que terminó resolviendo en su favor el cuadro rojiblanco en la prórroga.
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Y es que tanto unos como otros tienen precedentes a los que agarrarse en defensa de su candidatura. Pero más allá de las estadísticas que dicen que los británicos doblaron la rodilla las dos veces que tuvieron que intentar compensar en su estadio un 3-1 en la ida en competiciones europeas o que el Real Madrid no cae en cuartos de la Champions desde la campaña 2003-04, cuando claudicó frente al Mónaco de Morientes, Klopp y Zidane saldrán con interesantes novedades en los onces.
El técnico germano, que recordó en la previa que cuando estaba al mando del Borussia Dortmund estuvo a punto de voltearle al Real Madrid un pulso que parecía sentenciado (el conjunto de la cuenca del Rhur se puso 2-0 en el Signal Iduna Park y amenazó hasta el último momento, tras perder por 3-0 en la apertura de los cuartos de final de la Champions 2013-14 en el Santiago Bernabéu) y alabó a Vinicius, bigoleador en el Di Stéfano -«Me impresionó, no me sorprendió. Es un talento increíble», dijo del carioca-, introduce dos variantes respecto al equipo que plantó de inicio en Valdebebas: Milner por Keita en la medular y Firmino en lugar de Diogo Jota en el frente de ataque.
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En el bando visitante Zidane resuelve el crucigrama que abrió la lesión de Lucas Vázquez durante el clásico reconvirtiendo a Valverde como carrilero. El uruguayo salió tocado del duelo con el Barça, pero pese a ello el marsellés ha preferido envidar con el charrúa en detrimento de Odriozola. La discreta actuación del donostiarra el pasado sábado terminó por condenarle. El técnico no le tiene ninguna confianza al ex de la Real Sociedad y su futuro como madridista pinta más que negro. Arriba repiten Asensio, Vinicius y Benzema, el tridente que fagocitó a los 'reds' en Valdebebas.
Por novena vez en las once últimas temporadas,
Sostenido por un Courtois imperial en varios tramos de notable padecimiento y apuntalado por el sacrificio de todos sus hombres en un ejercicio de supervivencia al límite, el Real Madrid abortó todos los intentos del Liverpool de poner al rojo vivo la eliminatoria y
Porque el marsellés volvió a dar la talla con su pizarra en otra cita de altura,
Liverpool
Alisson, Alexander-Arnold, Kabak (Diogo Jota, min. 60), Phillips, Robertson, Fabinho, Milner (Thiago, min. 60), Wijnaldum, Salah, Mané (Oxlade-Chamberlain, min. 82) y Firmino (Shaqiri, min. 82).
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Real Madrid
Courtois, Valverde, Militao, Nacho, Mendy, Casemiro, Kroos (Odriozola, min. 72), Modric, Asensio (Isco, min. 82), Vinicius (Rodrygo, min. 72) y Benzema.
Árbitro: Björn Kuipers (Países Bajos). Amonestó a Casemiro, Robertson y Phillips.
Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado en Anfield a puerta cerrada.
Jugosos planteamientos de dos técnicos con mucho callo que auspiciaron
Los 'reds' recuperaron la agresividad que les caracterizó no hace tanto tiempo, atemperada por las lesiones y el vacío ambiental en un curso convulso. Klopp ordenó
Al frenesí del cuadro de Klopp respondió el Real Madrid con posesiones sosegadas en cuanto tuvo oportunidad, que no fueron demasiadas. Bajar las pulsaciones para acelerar en el momento propicio fue clave en la victoria obtenida una semana atrás en el Alfredo Di Stéfano, donde la destreza del bloque de Zidane con el cambio de marchas reventó a la tierna zaga del Liverpool. La retaguardia 'red' volvió a mostrar sus costuras en Anfield y dio aliento al cuadro visitante tras unos minutos de mucho sufrimiento. Robó Benzema a Robertson y se lanzó a la carrera, pero
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El segundo acto comenzó como el primero, con el Liverpool apretando con mucho ímpetu y el Madrid resistiendo. Firmino lanzó el primer aviso con un remate a bocajarro que Courtois repelió como pudo. Visto que no lograba romper el cerrojo, Klopp se la jugó a la desesperada. Fuera Milner y Kabak; dentro Thiago y Diogo Jota. Cuatro atacantes y un violinista para elevar la apuesta. Se tapó más la cabeza pero descubrió los pies.
Sorprendió Zidane retirando a Kroos y Vinicius para dar entrada a Odriozola y Rodrygo, lo que significaba devolver a Valverde al centro del campo y prescindir de dos de los grandes protagonistas del partido de ida. No se resintió pese a ello el Real Madrid, que tuvo otra oportunidad de matar definitivamente la eliminatoria en un cabezazo picado de Benzema a centro de Militao que no cogió puerta. El Liverpool no se dio por vencido ni en el descuento, pero el Madrid fue de titanio.
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