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Lastrado por la pérdida de puntería de su tridente ofensivo, si el Liverpool quiere ir lejos en la Liga de Campeones, Mohamed Salah, Roberto Firmino y Sadio Mané deben recuperar su filo contra el Leipzig este miércoles en la vuelta de octavos en Budapest.
En ... el partido de ida, también disputado en Hungría debido a las restricciones sanitarias, os 'reds' tomaron ventaja al ganar 0-2 a domicilio. Pero estos dos goles llegaron con algo de suerte por unos errores defensivos aprovechados por Salah y Mané.
La vuelta se jugará también en el Puskas Arena de Budapest y, tan extraño como pueda parecer, es casi un alivio para el Liverpool, que no consigue nada bueno en Anfield. Acaba de perder seis veces consecutivas en el campeonato inglés, algo nunca visto en 129 años de historia, dejando a adversarios modestos como Burnley o Fulham marcharse con los tres puntos.
Y si la defensa del Liverpool ha tenido su parte de culpa en esta serie negra, el ataque tampoco se salva de la quema. En las seis derrotas, cuatro fueron por 1-0, y, al margen de un penalti de Salah en la derrota contra el City (1-4), el Liverpool no ha marcado en Anfield en 2021.
Antes considerado como un triángulo de oro, el tridente conformado por Mohamed Salah, Roberto Firmino y Sadio Mané se parece hoy más al triángulo de las Bermudas, donde se han hundido las ambiciones del Liverpool y sus esperanzas de conservar su título de liga inglesa. Mientras el egipcio parece tener algo más de puntería que los otros dos con 24 goles esta temporada, Sadio Mané solo ha hecho 11 y Firmino 6 (más 7 asistencias). Los tres jugadores tampoco muestran la fluidez ni la conexión de otras temporadas, reforzando la idea de un final de ciclo.
El desgaste es comprensible tras años de tirar de la cuerda tanto física como mental. Sin contar las selecciones nacionales y los viajes que implica, Salah ha jugado 190 partidos en tres años y medio con los 'reds', Sané 205 en cuatro años y medio y Firmino no menos de 281 encuentros en cinco años y medio, mientras se acerca a sus 30 años.
En un sistema de juego tan exigente como el de Jürgen Klopp, el bajón parecía inevitable, sobre todo teniendo en cuenta que para un equipo que ganó la Champions en 2019 y una liga inglesa en 2020, la plantilla del Liverpool parece bastante ligera en esos puestos. La lesión de la que acaba de reponerse Diogo Jota, quien estaba destinado a aportar frescura delante, ha sido un imprevisto. Pero, la cesión de Takumi Minamino al Southampton en enero y la venta en pretemporada de Rhian Brewster al Sheffield United solo dejan a Divock Origi y Xherdan Shaqiri como alternativas para dar descansos a un trío visiblemente fatigado, pese a algunos destellos intermitentes.
Los malos resultados también parecen haber afectado a sus mentes. «No es que no hagamos ocasiones porque los jugadores no tienen capacidad. El problema es la toma de decisiones», había explicado Klopp tras la derrota en Anfield contra el Burnley, la primera de la serie de seis. «La diferencia entre un buen jugador de fútbol y un muy buen jugador de fútbol, es la toma de decisiones», añadió.
Y esta triste constatación se aplica al Liverpool, que sin el filo de su tridente ofensivo, se convierte rápido en un equipo del montón. Y, sin embargo, su destino europeo en esta temporada depende en gran parte del talento y el éxito de Salah, Firmino y Mané.
El Liverpool selló el pasaporte para cuartos de final de la Liga de Campeones sin exigencias. El bloque de Jürgen Klopp volvió a imponerse al Leipzig en el Puskas Arena de Budapest, que ya fue escenario de la ida a causa de las restricciones contra la cepa británica del coronavirus, con el mismo resultado que hace tres semanas. Un gol de Salah en una jugada bien trenzada por Thiago y Diogo Jota antes de que el portugués soltase un pase estupendo para que el egipcio fusilase a Gulacsi y otro de Mané a centro de Origi solventaron un choque al que el Leipzig acudió con valentía pero poca dinamita para poner en apuros a los 'reds'. El conjunto británico sigue aferrándose así a la máxima competición continental para
Un primer periodo con bastante ritmo tuvo como protagonistas a los porteros. Alisson abortó la primera oportunidad del Leipzig de recortar distancias y meterse en la eliminatoria con una gran parada a disparo de Dani Olmo que coronaba una gran contra del equipo de Julian Nagelsmann. Los 'toros rojos' confiaban en su gestión de las transiciones para meterle el miedo en el cuerpo a los 'reds', que sin Van Dijk carecen de ese imponente factor corrector que les permitía soltarse arriba con la convicción de tener las espaldas bien cubiertas. Pero
El Liverpool salió con personalidad y se hizo con el mando gracias a una presión intensa.
Liverpool
Alisson, Alexander-Arnold, Phillips, Kabak, Robertson (Tsimikas, min. 89), Fabinho, Wijnaldum (Milner, min. 82), Thiago (Keita, min. 72), Mané (Oxlade-Chamberlain, min. 89), Jota (Origi, min. 72) y Salah.
2
-
0
Leipzig
Gulacsi, Mukiele, Upamecano, Klostermann, Adams, Sabitzer, Kampl (Sorloth, min. 46), Forsberg (Kluivert, min. 60), Dani Olmo (Haidara, min. 72), Nkunku y Poulsen (Hwang, min. 60).
Goles: 1-0: min. 70, Salah. 2-0: min. 74, Mané.
Árbitro: Clément Turpin (Francia). Sin amonestados.
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Puskas Arena.
Acuciado por la renta adversa, Nagelsmann dobló el nueve tras el paso por la caseta con el ingreso en el rectángulo de Sorloth por Kampl, pero el Leipzig apenas inquietó a un Liverpool bien plantado porque
Diogo Jota volvió a perdonar otro mano a mano al poco de comenzar la segunda parte y Salah falló a puerta vacía tras el rechace de Gulacsi. Los fallos de los delanteros del Liverpool mantenían vivas las esperanzas del Leipzig, que acarició el gol en un testarazo de Sorloth a centro de Hwang que se estrelló contra el travesaño. La escuadra germana le puso ganas pero le faltó acierto ante un Liverpool bien ordenado que olvidó por un día sus problemas domésticos en cuanto sus delanteros desempolvaron la pólvora.
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