El Atlético derroca al rey de Europa

Con el 1-0 de la ida en el Metropolitano, que es un tesoro por la victoria y por la puerta a cero como local, el Atlético mira a los ojos de la bestia en su fortín. El Liverpool supera en 25 puntos al Manchester City de Guardiola, segundo en la Premier, y si la crisis del coronavirus lo permite, está a punto de celebrar su primer título liguero en Inglaterra en tres décadas. El equipo de Jürgen Klopp es una máquina perfectamente engrasada, capaz de acumular 82 de los 87 puntos posibles en su campeonato doméstico, pero su engranaje comienza a dar claros síntomas de agotamiento.

Tras una racha de 44 duelos en la Premier sin caer, el Liverpool volvió a probar el amargo sabor de la derrota con un doloroso 3-0 en su visita al modesto Watford. Ya antes había cedido en el Metropolitano sin tirar entre los tres palos de Oblak y derrotado con muchos apuros al West Ham en Anfield, y después dijo adiós a la FA Cup en octavos con un 2-0 ante el Chelsea en Stamford Bridge y regresó a la senda del triunfo el pasado sábado remontando con sufrimiento al Bournemouth al amparo de su afición. La efusiva celebración de Klopp tras la victoria demostró que también el técnico alemán y su temido equipo son mortales, y los acontecimientos del último mes no han hecho sino alimentar la esperanza atlética.

Mientras, en el Madrid rojiblanco han visto cómo pilares de la importancia de Koke, Morata, Trippier, Joao Félix o Diego Costa han regresado a la actividad para darle al Atlético el salto de calidad demandado. Pese a la exigencia de unas semanas en las que el equipo de Simeone se ha medido al propio Liverpool en Champions y al Valencia, Villarreal o Sevilla en Liga, no conoce la derrota en los últimos partidos y la visita a Mestalla y el duelo frente a los sevillistas en el Metropolitano pudieron haberse saldado con mayor premio que la igualada final. La sensación en el campeonato liguero es que a tenor de los tropiezos de Barça y Real Madrid, el Atlético bien podría estar en la pelea por el título sin el acusado bajón de rendimiento de los meses de enero y febrero.

Dos precedentes acompañan al Atlético en su visita a Anfield. Hace justo un año, se dejó en Turín ante la Juventus el gran 2-0 que había logrado en la ida frente a un equipo que a priori partía como favorito en la eliminatoria. Aquel duelo de infausto recuerdo en el que Cristiano Ronaldo destrozó las esperanzas rojiblancas de llegar a la final del Metropolitano es un claro aviso de los errores que los colchoneros tratan de no repetir ahora. Unos años antes, en las semifinales de la temporada 2015-16, el Atlético logró frente al poderoso Bayern de Guardiola en el añorado Vicente Calderón un valioso 1-0 con gol de Saúl Ñíguez. En idéntica situación a la actual, resistió en la vuelta en Múnich y logró el pase a la que fue su tercera y hasta ahora última final en la máxima competición continental, un recuerdo al que se aferra como ejemplo a seguir.

Con toda su plantilla a disposición por primera vez en la temporada, a Simeone se le abre un amplio abanico de posibilidades en Anfield, pues deberá elegir entre Savic, un fijo en las últimas semanas, y el recuperado Giménez para acompañar al indiscutible Felipe en el centro de la zaga; entre la contención de Marcos Llorente para blindar el centro del campo o el desborde de Correa, y entre Morata o apostar por Diego Costa como titular por primera vez desde su regreso en la vanguardia del ataque. En el Liverpool es baja el portero Alisson, lo que abre las puertas del once al sevillano Adrián San Miguel, héroe en la Supercopa de Europa disputada en agosto ante el Chelsea. A la ausencia del guardameta brasileño se une además la duda del centrocampista Jordan Henderson, capitán 'red', aunque el lateral izquierdo escocés Robertson sí llegará a tiempo. Los Van Dijk, Salah, Firmino o Mané son indiscutibles, y junto a los 56 duelos seguidos del Liverpool en Anfield sin conocer la derrota, amenazan a un Atlético que pese a todo, cree más que nunca en resistir y salir con vida de la guarida del campeón.

El

A diferencia de lo ocurrido en otros muchos estadios de todo el viejo continente en los últimos días debido al coronavirus, los asientos de Anfield estuvieron repletos de aficionados, incluidos 3.000 colchoneros. El 'You'll Never Walk Alone' entonado por la

A partir de ahí, el Atlético

Cada balón se luchaba como un tesoro. No se podía esperar menos de todo un campeón de Europa obligado a remontar y de un Atlético que suele manejarse con comodidad en la épica. Bajo la lluvia, el Liverpool de Klopp trataba de volcar el partido hacia la puerta de Oblak, que comenzó a ejercer de héroe para desviar un remate a bocajarro de Firmino. Lo cierto es que poco a poco el Atlético fue empezando a sufrir de verdad. El equipo 'red' percutía y percutía y al final acabó encontrando el premio en un

Quedaba la duda acerca de cómo metabolizaría el Atlético el golpe y las conclusiones no fueron buenas a tenor de lo visto en la reanudación. Salah no definió en un mano a mano, Mané lo tuvo en una volea que Oblak detuvo con apuros pese a que la jugada estaba anulada por fuera de juego y Oxlade-Chamberlain envió a las nubes otra buena ocasión. El chaparrón era intenso para el Atlético, en consonancia con el clima en la ciudad de los Beatles, y Simeone optó por reforzar su medular

Con Oblak haciendo cada vez más méritos, Joao Félix halló la rendija y armó un disparo que por primera vez obligó a intervenir a Adrián San Miguel. El sevillano dejó dudas despejando como pudo, pero estuvo felino para acabar atrapando un balón rechazado que Correa buscaba con instinto asesino. Pese al pequeño respiro, los apuros rojiblancos siguieron en aumento. El larguero evitó el segundo tanto 'red' en un remate de testa de Robertson y

El tiempo extra no cambió la dinámica, más y más llegadas inglesas. Wijnaldum advirtió y Firmino golpeó. Con 2-0 y la eliminatoria perdida, el Atlético se estiró y aprovechó un