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La Champions 2018-2019, la de las sorpresas, ha sido también pródiga en héroes inesperados. Lo fueron futbolistas como Ziyech o Tadic en ese Ajax que enamoró a Europa e hizo retrotraer la memoria a los insolentes 'ajacied' que abanderaba Johan Cruyff allá por ... los años setenta. Lo fue Lucas Moura para el Tottenham en las semifinales, donde tumbaron el sueño de los neerlandeses de sacar el billete a Madrid. Y lo era ya Divock Origi desde que dos tantos suyos junto a otros dos de Georginio Wijnaldum completasen una de las mayores gestas de la historia de la Champions al voltearle al Barça un cruce de semifinales que los azulgranas tenían muy encarrilado con el 3-0 de la ida. Este sábado, en el Metropolitano, el belga añadió otra muesca a su revólver para reclamar un sitio en la magna historia del Liverpool, campeón de Europa por sexta vez gracias a un tempranero gol de penalti de Mohamed Salah y otro del '27', que firmó su tercera diana en esta Champions que siempre le tendrá como uno de sus protagonistas, aunque el 'Man of de Match' de la final terminó recayendo en Virgil van Dijk.
0 - Ningún jugador ha podido regatear a Virgil van Dijk en ninguno de sus últimos 64 partidos con el Liverpool en todas las competiciones. Acero. #UCLFinal pic.twitter.com/UYeJEzgkSK
— OptaJose (@OptaJose) June 1, 2019
De justicia es el premio para el holandés, que sucede en el palmarés a Gareth Bale, elegido en Kiev tras aquel doblete que dejó desolado al Liverpool, con su exuberante central a la cabeza. El neerlandés es la piedra angular de la resurrección del Liverpool, por mucho que los focos suelan apuntar al temido tridente conformado por Mohamed Salah, Roberto Firmino y Sadio Mané. Fue su fichaje en el mercado invernal de la campaña 2017-2018 el que le dio a los 'reds' el sostén defensivo que precisaban para que el 'rock & roll' de Klopp no desafinase.
Imperial y atlético, el de Breda se ha consagrado como un valladar defensivo para un equipo que sólo tiene el ataque en la cabeza. Su despliegue volvió a ser capital para frenar las acometidas del Tottenham en busca de la remontada, permitiendo la elevada presión con la que Klopp volvió a asfixiar a su rival. Mejor jugador de la última edición de la Premier, el ex del Southampton ha devuelto con creces la confianza del técnico, que para rebajar la presión con que llegó a Anfield a causa de su elevado coste -85 millones de euros que le convirtieron en el central más caro del mundo-, le recordó que en la vida «todas las cosas buenas cuestan un montón de dinero». En su caso, las libras invertidas han salido rentables.
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