Un gran inicio del Atlético ante un rival menor, repleto de jugadores bisoños, blanditos y tácticamente desordenados, permitió a los colchoneros consolidar enseguida su puesto en el 'top 8' y evitar sobresaltos en la romántica Salzburgo. Una plácida noche austriaca que recordó a la de los colchoneros en Praga, donde también metieron la directa desde el principio y cumplieron con su obligación sin mayores problemas. Pese a esas derrotas seguidas frente al Benfica y el Lille que hicieron temer lo peor, cinco triunfos seguidos igualan el mejor registro con Simeone en la Champions y cumplir el objetivo con cierta suficiencia.
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Conocidas las ausencias de Pablo Barrios por su expulsión ante el Leverkusen y de Javi Galán, lesionado, Simeone apostó por un once muy reconocible. Cero concesiones al rival porque en Europa los experimentos los carga el diablo. Cinco cambios respecto al equipo que salió ante el Villarreal, apuesta firme por Griezmann y Julián Álvarez en ataque, y mucho equilibrio atrás al ejercer el multiusos Azpilicueta como lateral zurdo.
Salzburgo
Schlager, Dedic, Baidoo, Blank, Terzic (Morgalla, min. 85), Capaldo (Bajcetic, min. 85), Diambou (Kawamura, min. 58), Yeo (Ratkov, min. 73), Gloukh, Nene (Clark, min. 58) y Daghim.
1
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4
Atlético
Oblak, Llorente, Le Normand, Lenglet, Azpilicueta, Koke, De Paul (Gallagher, min. 67), Giuliano (Molina, min. 59), Lino (Lemar, min.8 1), Griezmann (Riquelme, min. 67) y Julián Álvarez (Sorloth, min. 59).
Goles 0-1, min. 5, Giuliano. 0-2: min. 13, Griezmann. 0-3: min. 45+1, Griezmann. 0-4: min. 63, Llorente. 1-4: min. 90+1, Daghim.
Árbitro Anthony Taylor (Inglaterra). Amarilla a Capaldo y Blank.
Más allá de jugadores, el Atlético compareció ambiocioso, muy dominante en todas las facetas. Por encima de todos, lo que ya empieza a dejar de ser una sorpresa, la figura de Giuliano Simeone, llamado a ser un recurso a principio de curso e indiscutible ahora. No es el más técnico, ni el más fuerte, ni el más goleador, pero su intensidad contagia. Fue un dolor de muelas para los austriacos.
A los cinco minutos, el Atlético aprovechó el primer presente del adversario, mas bien amigo. Pérdida en la salida, pase de Julián a su socio Giuliano, que definió de tiro raso cruzado. Antes del cuarto de hora, envío en profundidad de De Paul, galopada del Cholito, salida en falso del portero y asistencia a Griezmann para que el galo la empujase. Es cierto que justo antes de esa diana pudo haber llegado el empate del Salzburgo, aunque el danés Dhagim tiró demasiado flojo y permitió que Oblak se luciese, pero solo había un equipo en el campo.
Ya con 0-2, el Atlético bajó el pistón, no presionó tan alto y dejó hacer a los centroeuropeos. No obstante, cada vez que salía en transición, la sensación era de gran peligro. Así llegó la jugada en la que Griezmann, asistido por Lino, despejó cualquier duda y abrochó la comodísima victoria justo antes del descanso. Coser y cantar. Tras la reanudación, Llorente aumentó la renta y el Cholo fue dando descansos a sus jugadores básicos pensando en lo que se avecina: Mallorca en casa, Getafe en Copa y, sobre todo, ese derbi liguero en el Bernabéu que puede marcar la Liga. El postrero gol de Daghim, una anécdota. El Atlético termina quinto, libra en dieciseisavos pero en octavo asoma un coco en el horizonte.
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