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Vinicius celebra junto a Bellingham el gol que adelantó al Real Madrid frente al Leipzig. EP
Un Real Madrid sin fuego sobrevive de milagro
Octavos | Vuelta

Un Real Madrid sin fuego sobrevive de milagro

El conjunto de Ancelotti, desnaturalizado y exangüe, resiste a un Leipzig escaso de colmillo y sella un deslucido pase a cuartos de final de la Liga de Campeones

Óscar Bellot

Madrid

Miércoles, 6 de marzo 2024, 23:09

Un Real Madrid desconcertante, sin trazas de su proverbial jerarquía en Europa, sobrevivió de milagro a un Leipzig con más burbujas que mordiente y estará en los cuartos de final de la Liga de Campeones. El conjunto de Chamartín, desnaturalizado por el conservador ... planteamiento de Carlo Ancelotti, ofreció la actuación más deslucida de la que ha sido testigo el Santiago Bernabéu en mucho tiempo y tuvo puesta la soga al cuello hasta el último suspiro.

Un gol de Vinicius, de nuevo ángel y demonio, permitió adelantarse a un equipo mortecino. Pero Orbán, rey de los cielos frente al Real Madrid más terrenal, igualó de inmediato. El Leipzig, ardoroso aunque cándido en el área, apuntó los fusiles y desencadenó un tiroteo. Dani Olmo tuvo el 1-2 en el descuento con una vaselina. Lo evitó el travesaño, último refugio de un Real Madrid desconocido que escapó a duras penas a un Leipzig sin colmillo.

Ancelotti juntó a cuatro centrocampistas natos más otro con alma de delantero como es Bellingham en el once del Real Madrid, a fin de taponar al Leipzig y evitar que desencadenase sus peligrosas transiciones. El italiano armó el bloque en torno a un 4-3-3, lo que llevó a Valverde al costado derecho del tridente ofensivo, con Vinicius en la izquierda y Bellingham ocupando el centro. La idea del técnico pasaba por tocar rápido y subir la agresividad sin balón respecto a lo visto en Alemania.

Real Madrid

Lunin, Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy, Tchouaméni, Kroos (Modric, min. 77), Camavinga (Rodrygo, min. 46), Valverde, Bellingham (Joselu, min. 87) y Vinicius.

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Leipzig

Gulácsi, Henrichs, Lukeba, Orbán, Raum, Dani Olmo, Haidara (Kampl, min. 90), Schlager (Elmas, min. 87), Xavi Simons, Openda (Poulsen, min. 77) y Sesko.

  • Goles: 1-0: min. 65, Vinicius. 1-1: min. 68, Orbán.

  • Árbitro: Davide Massa (Italia). Amonestó a Schlager, Raum, Vinicius, Orbán, Tchouaméni y Kroos.

  • Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu ante unos 80.000 espectadores.

La energía debía ser un factor capital frente al equipo de las bebidas energéticas, aunque lejos de morder al Leipzig como aventuraba Carletto, el Real Madrid ofreció una actuación exangüe frente a un Leipzig animoso en cuanto encontraba un resquicio para lanzarse a la carrera, aunque casi siempre romo.

Jugar a conservar la renta suele ser un mal negocio, especialmente cuando enfrente aparece un rival desprovisto de cualquier tipo de complejos. El Leipzig, bravo por naturaleza, atisbó un adversario manso y enseñó las astas. Hasta tal punto llegó la falta de sangre de su equipo que el Bernabéu, un estadio acostumbrado a enardecerse en las grandes noches, no tardó en responder con sonido de viento al plomizo baile que proponían los blancos. Un latigazo de Openda que perseguía la escuadra y salió tocando el lateral de la red generalizó una silbatina, hasta entonces, mohína. La reprimenda del respetable al descanso debía servir para alertar a un Real Madrid apergaminado que mereció castigo por su carácter lánguido.

Mustio

La mustia faz de su escuadra motivó que Ancelotti interviniese al descanso. El transalpino retiró a un errático Camavinga para dar paso a Rodrygo. El relevo suponía una enmienda en toda regla al planteamiento que había hecho de inicio el técnico, que reconfiguró el dibujo devolviendo la condición natural a sus pupilos. La esperanza del preparador era que el regreso a las esencias devolviese el empuje a un Real Madrid carente de garra, aunque la ofuscación de los blancos era tal que Vinicius se jugó la roja por revolverse contra Orbán.

Se salvó de la quema el brasileño, aunque su equipo andaba empeñado en jugar con fuego. Cierto es que al Leipzig le faltaba fuste para arrimar las brasas, porque de otra forma el asado ya hubiese estado bien pasado a esas alturas de la cena. El encargado de echar agua a la hoguera fue, cómo no, Bellingham, que lanzó una contra eléctrica y cedió a Vinicius el honor de rematar la faena con su decimoquinto gol del curso.

No se dio por muerto el Leipzig, que alcanzó el empate de inmediato. Lo impidió Rüdiger en primera instancia tras disparo de Xavi Simons, pero Orbán, girando el cuello tras cazar un centro de Raum desde banda izquierda, volvió a dar vida a la eliminatoria conectando un testarazo a la esquina.

El intercambio de golpes descamisó el duelo, encendió definitivamente al Leipzig y provocó un tembleque monumental al Real Madrid, que perdió la capa de la experiencia y se asomó al abismo. Un error grosero de Carvajal pudo consumar la tragedia en caso de que el Leipzig hubiese tenido afilado el colmillo. Respondió Ancelotti alistando a Modric con la intención de que el croata pusiese orden en medio del desconcierto, pero el escenario no varió y Lunin tuvo que achicar agua hasta el último suspiro para que el Real Madrid abrochase un pase sin brillo.

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