Un Atlético con estrella firma ante el Feyenoord el pase a octavos

Y es que toda la suerte esquiva del pasado curso acompañó a los colchoneros en De Kuip frente al planteamiento muy ofensivo del Feyenoord, obligado a dar un paso al frente para no quedarse fuera de la Champions. La intensidad del equipo de Arne Slot mezcló bien con el entusiasmo generalizado en una auténtica caldera. Frente a esta algarada neerlandesa, el Atlético trató de bajar revoluciones a la amenaza a través del control del partido, aunque sufrió con la movilidad de Minteh en el ataque local. Respondieron los rojiblancos con un mano a mano de Morata ante Bijlow, bien resuelto por el guardameta local.

Pintaba a duelo complicado para el Atlético cuando Llorente puso un balón hacia el área, a ver qué ocurría, y sucedió que la falta de entendimiento entre Bijlow y Geertruida acabó con el gol en propia puerta del defensa. La ventaja, que suponía la clasificación provisional para octavos, le sentó de maravilla al conjunto colchonero. Redobló la presión y generó una buena ocasión en un cabezazo de Morata. Sólida versión rojiblanca, sin florituras, pero suficiente para dejar en muy poco al Feyenoord. Apenas un testarazo de Geertruida fácil para Oblak pese a la mayor posesión de balón del vigente campeón de la Eredivisie.

Griezmann pudo encarrilar un triunfo capital con una volea al poste nada más comenzar la segunda parte, aunque el susto no redujo el arreón del Feyenoord tras la pausa. Timber remató blando y Giménez evitó un disgusto tras un error de bulto de Witsel en la salida de balón, pero de nuevo, cuando peor pintaban las cosas para el Atlético, los astros se alinearon para que Mario Hermoso se convirtiese por un momento en Van Basten y enviase un acrobático y quizás inintencionado remate a la red del Feyenoord.

Con el duelo ya cuesta abajo el Atlético permitió demasiado. En el toma y daca pudo sentenciar el partido pero acabó encajando el tanto de Wieffer, en un testarazo muy cómodo tras saque de esquina. Tocó a rebato De Kuip pero por tercera vez apareció la estrella colchonera justo en el momento idóneo. Nahuel Molina botó una falta desde el perfil izquierdo y Santi Giménez completó una noche para el olvido cabeceando hacia su propia portería. Fue el epílogo más significativo para este Atlético con estrella al que le vale un punto ante la Lazio en el Metropolitano para ser primero de grupo.