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El Real Madrid afronta una situación crítica que pone en el alambre la continuidad de Zinedine Zidane como técnico. La derrota frente al Shakhtar Donetsk compromete la superviviencia del trece veces campeón de Europa en la Champions, torneo en el que fue hegemónico de ... la mano del marsellés durante el trienio dorado pero en el que deambula desde la conquista de la 'decimotercera' en Kiev. Estas son las claves de un desplome que ha activado el gabinete de crisis en la 'casa blanca'.
Siete remates a puerta para irse de vacío frente a un Shakhtar que anotó dos goles con cuatro disparos entre los tres palos dan cuenta del apagón ofensivo del Real Madrid en la capital ucraniana. Es un mal endémico desde que se marchó Cristiano Ronaldo y seguramente la principal rémora del conjunto de Zidane, que ha pasado de marcar 2,63 tantos por duelo en la primera etapa del francés como timonel a promediar 1,82 en la segunda. Solo Benzema se ha rebelado contra esa anemia que atenaza a los blancos desde la fuga del luso, que tenía escuderos de lujo como el lionés o Bale y suplentes del calibre de Morata, mientras el '9' predica ahora en el desierto.
El muro que erigió el Real Madrid el curso pasado fue la viga maestra sobre la que cimentó su asalto al título de Liga. Concedió 43 goles en los 51 partidos disputados entre todas las competiciones, a razón de 0,84 por enfrentamiento. Pero el candado ha saltado por los aires en lo que va de campaña, en la que Courtois ha encajado 21 goles en 15 encuentros. El cancerbero ha cometido algún error pero son muchas más sus paradas de mérito, lo que expone la falta de fiabilidad de la arquitectura defensiva, que va mucho más allá del trabajo de la zaga y alcanza también a una presión discontinua y un repliegue demasiadas veces lento y desordenado.
La columna vertebral que alcanzó el cielo en Europa apenas ha sufrido cambios. Al once le han salido canas sin que el relevo esté listo para asumir galones. Solo Mendy y Valverde han roto el 'status quo', mientras apuestas de futuro como Asensio, Vinicius, Rodrygo, Militao o Jovic combinan luces y sombras. Tampoco Odegaard se ha afianzado, aunque el noruego acaba de retornar y las lesiones le han frenado. Se necesita al menos un refuerzo por línea, con Alaba, Camavinga, Haaland o Mbappé como objetos de deseo, pero la crisis económica derivada de la pandemia bloquea los fichajes.
Zidane dijo, tras perder en Kiev, que era hora de sacar el carácter y el orgullo. Pero lo cierto es que los rostros abatidos de sus jugadores no invitan al optimismo. Acostumbrado a remontadas imposibles en el pasado, el Real Madrid solo ha sido capaz de ganar un partido en el que ha ido perdiendo este curso. «Cuando el rival se pone por delante perdemos la confianza», resumió Modric. Faltan líderes que llamen a la rebelión en escenarios adversos, lo que hace de cada ausencia de Sergio Ramos un drama. El Real Madrid ha sucumbido en ocho de los diez últimos duelos de Champions que ha afrontado sin su capitán, una estadística aterradora.
El cuadro de Zidane ha pasado de ser el monarca del continente a convertirse en un miembro más de la corte. Apenas ha ganado diez de los 21 choques disputados en la Champions desde que retuvo su corona en Kiev hace dos años y medio, con ocho derrotas y tres empates en las otras once paradas de lo que se ha convertido en un valle de lágrimas cuando se asoma a esa competición. Firmó ocho campañas consecutivas alcanzando como mínimo las semifinales, pero ahora amenaza con una caída ignominiosa a la Europa League o una eliminación definitiva, si bien sigue dependiendo de sí mismo incluso para pasar como primero de grupo.
Los malos resultados están deteriorando el escudo protector que le da al francés su lustroso palmarés. Sigue teniendo el apoyo del núcleo duro del vestuario, con Sergio Ramos a la cabeza, pero su gestión comienza a sembrar dudas en el seno del club, donde se cuestiona el poco protagonismo que da a los jóvenes. Generan recelo las rotaciones, por más que en su descargo haya que anotar las 22 lesiones de 17 futbolistas que ha sufrido desde que comenzó la temporada. Sus grandes registros de la primera etapa han caído notablemente en la segunda. De un 69,7% de victorias en los 149 partidos jugados entre su ascenso en enero de 2016 y su adiós tras la final de Kiev se ha pasado a un 57% desde que retornó en marzo de 2019. Ahora pierde un 21% de los encuentros, cuando antes solo claudicó en un 10,7%. Sigue teniendo crédito, pero los pleitos ante Sevilla, Borussia Mönchengladbach y Atlético marcarán su futuro.
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