El City traslada a Europa su dominio en la Premier

Reubicado en Budapest por las restricciones de entrada en Alemania para luchar contra la propagación de nuevas variantes de la covid-19, este partido parece casi un aperitivo para el gigante inglés. Sus diez puntos de ventaja en la Premier League y una fase de grupos casi perfecta con 16 puntos de 18 posibles, trece goles marcados y uno solo encajado colocan al City como uno de los favoritos de la competición.

Una posición que no ha sonreído especialmente a Guardiola, quien desde los dos títulos conquistados con el Barcelona (2009 y 2011), ha sufrido regularmente, con Bayern o City, duros fracasos, con polémicas decisiones estratégicas como en la eliminación en cuartos de final frente al Lyon en la pasada edición (1-3). Pero el músculo exhibido este año por su equipo, que lleva 18 victorias consecutivas contando todas las competiciones, hace pensar que quizá ha encontrado la fórmula y que no tiene ninguna necesidad de cambiarla.

Vivo todavía en cuatro competiciones y enfrentado a un calendario infernal, el técnico español podría guardar alguna sorpresa en el once titular contra los alemanes, que no alcanzaban estas alturas de la máxima competición continental desde sus gloriosas noches de finales de los años setenta del siglo pasado. «Ahora, con un partido cada tres días y viajes, voy a tener que hacer rotaciones en el equipo. Es imposible seguir este ritmo», reconoció Guardiola tras la victoria en campo del Arsenal por 0-1 el domingo.

Pero su plantilla parece más rica y coherente que en los años anteriores, con dos o tres jugadores por puesto, lo que aumenta su paleta de opciones. Algunos afirman que el City de la temporada 2020-21 es menos brillante que el equipo campeón de Inglaterra en 2018 y 2019, poniendo como ejemplo el triunfo sobre los 'gunners' donde en el último cuarto de hora se dedicó más a gestionar el resultado que a buscar el definitivo 0-2.

Este «pragmatismo» se traduce sobre todo en más victorias por un gol de diferencia -6 en el campeonato doméstico en 25 jornadas, los mismos que en toda la temporada pasada- y menos triunfos por tres goles de ventaja (4 frente a 14). Pero también podría ser el elemento que faltaba y que permitirá al City de Guardiola superar la barrera de los cuartos de final, contra la que se ha estrellado en los últimos años.

No obstante, el español sabe que hay numerosos obstáculos y que no todo dependerá de sus decisiones. «Por supuesto que estamos orgullosos de lo que hemos hecho hasta ahora, pero solo estamos en febrero. Aún no ha llegado la primavera», la estación donde se conquistan los títulos, señaló el técnico hace unos días. El catalán sabe también que la buena racha de su equipo terminará algún día. «Es ahí donde esperaré una reacción de mi equipo», avisó.

El City, fiel a su estilo, se hizo acreedor del balón desde el primer momento, con el Mönchengladbach acumulando hombres en el centro del campo en el intento de cortocircuitar la circulación inglesa. Como era previsible, el conjunto de Guardiola dominaba y dominaba, aunque este

La profunda y excelsa plantilla 'citizen' permite lujos como tener de inicio en el banquillo a futbolistas como De Bruyne, Mahrez, Agüero o Ferran Torres y no por ello perder ni un ápice de superioridad ante el ordenado Gladbach. Se trataba de una cuestión de paciencia. Mientras el City presionaba muy arriba, tratando de empujar a su rival hacia su propio terreno, los pupilos de

Al toque horizontal y las posesiones larguísimas del City les faltaba el acierto en el último pase y un toque de verticalidad para derribar la

Ya con el marcador a favor de obra, el plan de Guardiola cobró aún más sentido. Bien es verdad que el

El que tuvo el 0-2 fue Gabriel Jesus. Se durmió sin embargo el brasileño, dudando entre el disparo y el pase, y Elvedi estuvo rápido al cruce para bloquear finalmente el remate. Más de una hora tardó el equipo alemán en ejecutar su primer disparo, con un remate acrobático de Pléa, al estilo escorpión, a centro de Zakaria. Fue el aviso que necesitaba el City para sacudirse el exceso de autocomplacencia. Se estiró el conjunto inglés, centró Cancelo, prolongó en el segundo palo Bernardo Silva y puso la rúbrica