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Daniel Panero
Jueves, 5 de octubre 2023, 17:58
Al Barcelona le alcanzó el miércoles para ganar en Do Dragao al Oporto por la mínima, pero las sensaciones siguen sin ser las de un equipo preparado para pelear de verdad por la Liga de Campeones. El conjunto azulgrana sufrió más de la cuenta, recibió ... hasta 13 disparos a lo largo del choque y echó de menos, una vez más, a los jugadores que siguen ausentes por lesión. Frenkie de Jong, Pedri, Raphinha y ahora también Lewandowski, víctima de un esguince a tres semanas del clásico, están en el dique seco y, por el momento, los culés están muy justitos de cara a lo que viene por delante.
«Es el club más difícil del mundo, ganas 0-1 y se ve el vaso medio vacío. Ganamos y todo parece poco. Venimos de viejos fantasmas, pero ya nos los hemos quitado. Hemos ganado a un rival histórico en su casa, son tres puntos de oro y no hemos encajado gol en ninguno de los dos partidos», destacó la noche del miércoles Xavi Hernández tras la disputa de la segunda jornada de la Champions. El técnico catalán sacó pecho después de un partido en el que los suyos sufrieron de lo lindo para aguantar el empuje de Do Dragao, cuya afición sabía que era un partido clave para el devenir del grupo.
Los culés aguantaron el ímpetu local, sí, pero lo hicieron sin ser dominantes en el juego. El Barça fue sometido durante muchos minutos por un rival que dejó sin efecto la a priori superioridad técnica de Oriol Romeu, Gündogan y Gavi y que fue capaz de desmontar la estructura defensiva ideada por Xavi. Unas veces Ter Stegen, notable, y otras las rectificaciones a la carrera de Araujo y Koundé, muy atinados, evitaron que los azulgranas firmaran una nueva noche europea para olvidar.
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Y es que el Barça demostró estar muy limitado en el apartado físico, un aspecto crucial en el planteamiento que suele poner en liza Xavi con la presión adelantada. Las lesiones de De Jong, Pedri, Raphinha y el último en caer, Lewandowski, que se tuvo que retirar con un golpe en el tobillo, han mermado un fondo de armario que cada día es más escueto. Ante el Oporto a Xavi le costó encontrar relevos de garantías en el banquillo para refrescar el equipo y terminó recurriendo a Fermín López, cada vez más asentado en los planes del entrenador. También a Marcos Alonso y Sergi Roberto, dos futbolistas que tuvieron que variar su posición habitual para que el equipo pudiera sumar cemento en la medular y frenar a un Oporto que terminó protagonizando un asedio en los últimos minutos.
Ante el equipo portugués destacó sobremanera la dificultad que el Barcelona tuvo para mantener la posesión y para romper líneas sin necesidad de recurrir al balón largo. Oriol Romeu y Gündogan firmaron un partido discreto y Gavi terminó multiplicándose y llegando tarde a multitud de acciones. Fue ahí, en ese rol, donde más se notó la ausencia de dos futbolistas capitales como son Pedri y Frenkie de Jong.
Sin ellos, el Barça perdió la brújula y fue incapaz de hacerse con los mandos de un encuentro que se puede ver con el vaso medio vacío, como dice Xavi, o medio lleno, si se tiene en cuenta que los culés ganaron en un estadio complicado sin varios de sus futbolistas fundamentales.
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