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Barcelona
Jueves, 2 de mayo 2019, 16:34
«El Liverpool le hizo el año pasado un 3-0 al Manchester City en cuartos de final de la Liga de Campeones y la Roma nos remontó un 4-1 con un 3-0 en la misma ronda. La eliminatoria está abierta. No hay ... razón para confiarnos». No hizo falta que nadie le recordara a Ernesto Valverde lo sucedido la pasada temporada. Esta vez fue el entrenador del Barça quien se adelantó a todos para lanzar un mensaje de máxima precaución a los jugadores y al entorno minutos después de que su equipo ganara 3-0 al Liverpool en la ida de la semifinal de la Liga de Campeones. La vuelta en Anfield, el martes 7 de mayo, no debe parecerse a aquella noche en el Olímpico de Roma. Puede también que en esta ocasión tampoco fuese necesario el aviso porque todos los barcelonistas, los de dentro del vestuario y los de fuera, comprobaron el potencial del conjunto 'red', que impresionó realmente en el Camp Nou. Sin embargo, Mané, Milner y Salah no aprovecharon sus ocasiones, todo lo contrario que Luis Suárez y Messi, autor de un doblete y de otra actuación prodigiosa para liderar a sus compañeros hacia el 3-0 final. Alcanzó los 600 goles oficiales con el Barça en el mejor día posible.
El Barça tuvo menos posesión de balón que el Liverpool (48-52), Ter Stegen desvió dos disparos que ya entraban y se alió con el poste en un remate de Salah al final que hubiese sido el 3-1, Semedo y Rakitic sacaron dos balones bajos palos... El Barça sufrió como nunca, durante media hora larga de la segunda parte estuvo acorralado en su área. Pero supo competir, pelear y defender, tres de las carencias en las últimas temporadas a estas alturas de la competición. Eso debería ser un elogio y no una crítica, aunque como siempre ocurre con todo lo que rodea al equipo azulgrana son muchos los que critican a Valverde por alinear al combativo Arturo Vidal en lugar del controlador Arthur y al apático Coutinho, de nuevo silbado, por el eléctrico Dembélé. El técnico hizo una lectura del partido correcta y asumió el riesgo de verse dominado en alguna fase del partido a cambio de no perder balones en zona de peligro ante la excelente presión 'red' y de explotar los contragolpes.
El entrenador azulgrana necesitaba al mejor Messi para ese plan y el '10' no sólo se implicó con fútbol y goles, uno con oportunismo y otro con el mejor lanzamiento de falta de su carrera, sino que transmitió a sus compañeros entrega, sacrificio e intensidad. Pocas veces se ha visto al argentino hacer faltas a los rivales en la presión, protestar decisiones arbitrales, dar una vuelta de más sobre el césped tras un duro golpe de Milner porque a veces parece que como no se queja se le puede hace todo el repertorio del faltas. Serio, con la mirada asesina, Leo esperó su momento y cuando llegó lo celebró como un gran capitán: pidiendo a la afición que no silbara a Coutinho en el 2-0 y enloquecido tras el 3-0.
«Si Leo va, detrás van todos«, reconoció Valverde, explicando que »sabemos lo que es Messi, lo que pasa es que no deja de sorprenderte. Todos los jugadores tienen que aparecer y él es el capitán, el que maneja el juego como cree conveniente y normalmente acierta. Cuando lo necesitábamos, con sus conducciones, sus disparos y el respeto que infunde a los rivales nos ha ayudado. ¿15 balones divididos ganados? Tiene un gran nivel de compromiso con el equipo, con el club y con sus compañeros. Era un partido que teníamos marcado y el rival que teníamos delante todos hemos visto el nivel que tiene, un gran nivel físico y técnico. Los jugadores se tenían que meter en esa dinámica y Leo ha sido el primero».
El propio Messi comentó tras el encuentro que « entramos un poquito en el juego de ellos, de mucho ritmo, de partir el partido, de jugar una contra tras otra. Entramos en esa y no estamos acostumbrados. Por eso nos costo y estamos asfixiados. Pero había que sacarlo como fuera. En el primer tiempo fuimos superiores pero en el segundo tiempo nos apretaron y no nos dejaban salir no presionaban alto. Lo supimos soportar y no encajamos».
Y como capitán, reclamó unidad: «Estamos en un momento definitorio, tenemos que estar más unidos que nunca. No es momento de criticar a nadie. De empujar y tirar adelante. Quedan tres finales y lo vamos a sacar todos adelante». Y añadió: «Es feo que despidan a un compañero así. Hay que apoyar que queda poquito«.
Se refería Messi a la vuelta de la semifinal, la hipotética final europea y la final de la Copa del Rey, los tres partidos para los que se va a reservar porque él será uno de los que no jueguen en Vigo este sábado. Con la Liga ganada, Valverde confeccionará un once ante el Celta con suplentes y jugadores del filial. El Liverpool, en cambio, se juega la Premier League en Newcastle. Llegará más desgastado a la gran cita del martes, aunque animado por una sentencia de Jürgen Klopp: «Tenemos que valorar que hemos hecho nuestro mejor partido de siempre en la Champions League»
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