El Atlético deja escapar vivo al Manchester United

Ante esta gris realidad en el ámbito nacional, una esperanza sigue iluminando el curso atlético, la de la máxima competición continental. Con ciertos apuros, pero el conjunto de Simeone consiguió el pasaporte para la fase eliminatoria y ahora se cita en octavos con el Manchester United, otro club con un delicado panorama en Inglaterra. Los 'Diablos Rojos' son ahora mismo cuartos en la Premier, en plaza Champions, pero amenazados por un Arsenal con tres partidos menos y a solo cuatro puntos de distancia. Además, los pupilos de Rangnick ya dijeron adiós a la FA Cup y la Carabao Cup, por lo que también contemplan la competición europea como vía para alegrar una campaña decepcionante.

Será por tanto un choque en horas bajas, el primero entre los dos clubes en la máxima competición continental. Atlético y United solo se midieron una vez y fue en los octavos de final de la Recopa de Europa 1991-92, con una contundente victoria rojiblanca en el Vicente Calderón (3-0) y empate a uno en Old Trafford que sirvió a los hombres dirigidos por el legendario Luis Aragonés para asegurar el pase a cuartos. Eran los tiempos en los que Ferguson todavía estaba fraguando con paciencia y sabiduría un equipo campeón, que a partir de la temporada siguiente dominaría con puño de hierro el remozado campeonato inglés pero que por aquel entonces llevaba sin tocar la gloria desde los tiempos de la trinidad que en los sesenta formaron Charlton, Best y Law.

El propósito en el United pasa ahora por seguir aquellos pasos, tras casi una década sin grandes trofeos. Llegaron fichajes de relumbrón, primero Bruno Fernandes, luego Jadon Sancho, el discutido Varane y el retorno de Cristiano Ronaldo, capaz de ilusionar de nuevo a la afición de Old Trafford. Sin embargo, la sensación es que no faltan los nombres, principalmente en ataque, pero sí un rendimiento colectivo satisfactorio, condicionado por un centro del campo con poca capacidad de creación y una defensa que deja dudas. Ahí pretende pescar el Atlético, impulsado por su triunfo ante Osasuna el fin de semana pero tocado con la baja del capitán Koke y bajo la amenaza de Cristiano, una pesadilla durante su etapa en el Madrid que se prolongó luego con aquella eliminatoria contra la Juventus, a la que el portugués guio con un 'hat-trick' que sirvió para levantar el 2-0 del Metropolitano.

Vuelve el luso a territorio colchonero pero se encuentra a un Atlético muy diferente al que se midió en mil y una batallas. Frente a un ataque plagado de figuras como el propio Cristiano, Rashford, Sancho o Bruno Fernandes, resulta más necesario que nunca un regreso a las esencias 'cholistas'. Savic es seguro en el centro de la defensa pero Giménez, el a priori otro central titular, deja más dudas después de sus problemas físicos en el Sadar, que le obligaron a dar el relevo a Felipe en la segunda parte. La ausencia de Koke por una lesión muscular supone un duro golpe para Simeone, que ante el bajo rendimiento ofrecido por De Paul en las últimas semanas podría optar por Herrera para acompañar a Kondogbia en un doble pivote que dificulte el juego de Bruno Fernandes entre líneas. Llorente y Lemar apuntan a los carriles y arriba Joao Félix gana enteros tras su buena actuación en Pamplona, con Luis Suárez y Correa, los otros dos goleadores en el feudo rojillo, disputándose el puesto restante.

Sensación agridulce. Es un tópico pero describe a la perfección el estado de ánimo en el Atlético tras un empate a uno frente al Manchester United que sabe a muy poco después de lo visto sobre el césped del Metropolitano. El conjunto de Simeone sometió por momentos a un rival cargado de nombres pero impotente durante gran parte del duelo ante una fenomenal presión colchonera. El Atlético mordió, se adelantó muy pronto a través de un recuperado Joao Félix y rozó el 2-0, pero perdonó y dejó escapar vivo al rival, que se lleva una igualada de oro a Old Trafford después del tanto del joven Elanga en el tramo final. Un goleador inesperado para un resultado improbable a tenor del juego. Cosas del fútbol.

Salió intenso el Atlético, con una presión asfixiante ante cada posesión de balón inglesa. Fruto de esta actitud ofensiva no tardó en generar apuros entre la tropa de Rangnick, que respiró con alivio cuando Lindelof fue abajo para sacar un remate de Giménez en el corazón del área. No era capaz el United de respirar en el inicio y Joao Félix lo probó de rosca sin que el balón cogiera la dirección pretendida. Primero avisó el portugués y a la segunda ejecutó. Llegaba en forma tras reivindicarse en Pamplona y tardó apenas siete minutos en prolongar su estado de gracia. Hay que decir que medio gol fue el centro de Lodi, pero el gesto técnico del testarazo respondió a la expectativa generada por el pase y el balón se coló en la portería de David de Gea, de regreso a casa, tras impactar en el poste derecho del arco inglés. Escenario idílico para el Atlético, frente a un rival en horas bajas. Apenas segundos les duraban las posesiones a los 'Diablos Rojos', con una clase magistral de Kondogbia en la recuperación.

Apenas con cuantagotas aparecían los grandes atacantes del United, a pesar de que el conjunto inglés se fue estirando, con un Atlético más replegado pero incisivo a la contra. Pese a todo, sin talento creativo en el centro del campo y con posesiones muy alejadas del área colchonera, el equipo de Rangnick era pura impotencia, desaprovechando sus muchos recursos ofensivos. Todo salía en el plan de Simeone. Las dudas en la defensa mantenían al United permanentemente al borde de un ataque de nervios. Demasiado riesgo en las imprecisiones de Varane y Maguire, dos flanes.

Un segundo gol podía ser catastrófico para los mancunianos y el Metropolitano lo sabía, animando como lo hacía el Calderón. Apenas un remate muy desviado de un desesperado Cristiano como respuesta, escaso bagaje para un equipo de semejante talla, reducido a muy poca cosa en la primera parte por el buen hacer de un Atlético que mereció irse con mayor ventaja al descanso y bien pudo hacerlo con un centro de Lodi que entre Vrsaljko y Lindelof, de rebote, enviaron al larguero.

De la pausa regresó el Atlético redoblando esfuerzos. Volvió a arrinconar al rival en su área aunque en un guion similar al del primer acto, al United le costó desperezarse pero lo fue haciendo poco a poco. Subió un punto la intensidad y el encuentro entró en una fase dura, plagada de tarjetas amarillas. Fue antes de que Rangnick agitara el árbol con un triple cambio. Algo necesitaba tocar el alemán con los rojiblancos ya maduros por el esfuerzo. Mientras, Simeone metió a Griezmann y Joao Félix se fue entre aplausos. Cristiano malgastó una bala de falta entre el jolgorio general pero el jarro de agua fría lo arrojó al respetable el menos esperado. Elanga, un canterano sueco, aprovechó el fenomenal pase de Bruno Fernandes para ajusticiar ante Oblak. No merecía semejante castigo el Atlético, que a pesar del golpe tuvo arrestos para rozar el 2-1 en un disparo de Griezmann ante el que se interpuso de nuevo el maldito larguero. Se tuvo que conformar finalmente con el empate, que sabe a muy poco, pero las sensaciones del equipo de Simeone invitan al optimismo en Old Trafford.