Tiempos convulsos a orillas del Vesubio

En octavos de Champions después de hacer una buena fase de grupos, en la que se convirtió en el único equipo capaz de derrotar esta temporada al vigente rey de Europa, el Liverpool, el rival del Barça vaga por la Serie A muy lejos de los puestos de privilegio, esos a los que se había abonado en las últimas temporadas hasta el punto de incluso pelearle el Scudetto a la poderosa Juventus.

Después del subcampeonato en Italia de la temporada pasada, las divergencias entre la plantilla y el presidente del club, el controvertido Aurelio de Laurentiis, han acabado por llevarse por delante a Carlo Ancelotti, que llegó para liderar un ambicioso proyecto en verano de 2018 y que ha dejado el banquillo partenopeo a Gennaro Gattuso, pupilo de su predecesor en el Milan pero en las antípodas en cuanto a libreto futbolístico se refiere. La decisión responde a los vaivenes propios del mandatario, capaz de pasar del juego táctico de Benítez al toque y posesión de Sarri, optar luego por la mano derecha de Ancelotti y finalmente decantarse por la intensidad de Gattuso.

Más allá del entrenador, la plantilla del Nápoles ya no brilla con la intensidad con la que lo hacía el equipo de los Lavezzi, Cavani o Hamsík, pero es capaz de generar peligro incluso a un rival de la talla del Barça con atacantes como el polaco Milik, el belga Mertens o el italiano Insigne. Además de ellos, destacan hombres sobradamente conocidos por el aficionado español como el mediocentro Fabián Ruiz o los ya veteranos José Callejón y Fernando Llorente.

Se da también la curiosidad de que los azulgrana volverán a cruzarse con el central griego Kostas Manolas, un nombre maldito en la historia europea del Barça, pues fue el autor del definitivo 3-0 con el que la Roma remontó el 4-1 del Camp Nou en la eliminatoria de cuartos de final de hace dos temporadas.

Dejando de lado los malos recuerdos, el equipo de Ernesto Valverde parte como gran favorito ante un rival al que ya derrotó por partida doble en pretemporada y en un duelo que podrá resolver en el Camp Nou, pero tendrá que hacer frente también al intenso ambiente de San Paolo, donde la apasionada afición napolitana promete crear una auténtica caldera que ayude a su equipo a seguir soñando en la máxima competición continental.