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Roberto D'Aversa salta en la banda durante el Lecce-Hellas Verona que le costó el cargo. Abbondanza Scuro Lezzi (Efe)
Serie A

El Lecce despide a su entrenador por dar un cabezazo a un rival

«Me dejé llevar por el calor y perdí la claridad», señaló Roberto D'Aversa tras agredir a un futbolista del Hellas Verona

Óscar Bellot

Madrid

Lunes, 11 de marzo 2024, 13:28

El Lecce ha anunciado este lunes el despido de quien venía siendo su entrenador, Roberto D'Aversa, después de que el preparador italiano propinase un cabezazo a un rival al término del partido que midió el domingo al conjunto de la región de Apulia con ... el Hellas Verona. «Después de los hechos ocurridos al final del partido Lecce-Verona, US Lecce anuncia que ha relevado al entrenador D'Aversa de sus funciones. Gracias al entrenador y a su personal por el trabajo realizado», reza el comunicado difundido por el club de la Serie A.

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Después de que el árbitro Daniele Chiffi señalase la conclusión del choque correspondiente a la vigesimoctava jornada de la Serie A, D'Aversa, enfurecido a causa de la derrota de su escuadra por 0-1, optó por irse hacia un delantero del Hellas Verona y propinarle un cabezazo en la cara que ensució el espectáculo y disparó la tensión en el Stadio Via del Mare. «Condenamos el gesto de D'Aversa. Es un acto contrario a los principios y valores del deporte», indicaba el Lecce a través de un comunicado difundido en sus redes sociales poco después de producirse el incidente. Unas palabras que ya hacían presagiar el despido del preparador.

«Ya en los últimos minutos antes del final del encuentro, hubo una serie de provocaciones. Quería evitar que descalificaran a mis jugadores o algo parecido, así que intervine. En ese momento Henry y yo entramos en contacto», se había defendido poco después D'Aversa, antiguo futbolista del Monza, la Sampdoria o el Pescara, entre otros equipos. «El gesto no fue agradable de ver, pero yo estaba allí con la intención de dividir a los demás. También porque siguió provocando incluso después de que terminara el partido», agregó el técnico, quien aseguró en cualquier caso que no había entrado en el rectángulo de juego «para darle un cabezazo» al delantero del Hellas Verona.

Un equipo a la deriva

«Puse mi cabeza sobre su cabeza, pero no fue un cabezazo al futbolista veronés, ni recibí ninguno de él. Fue un contacto físico, un mal ejemplo, una imagen antideportiva resultado de una gran tensión y adrenalina. No quiero que sean ni excusas ni atenuantes. Cometí un error y pido disculpas», incidió D'Aversa. «Me dejé llevar por el calor y perdí la claridad, pero no hasta el punto de golpear a otra persona», apostilló en un comentario que contradicen las imágenes.

La agresión al futbolista del Hellas Verona fue la gota que colmó el vaso de la paciencia en la directiva del Lecce, disconforme con la marcha de un equipo que ocupa la decimoquinta posición en la Serie A con 25 puntos, solo uno por encima de la zona que marca el descenso, y que venía de sumar cuatro derrotas y un empate en las cinco últimas jornadas.

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