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«Nos han querido liquidar, pero no nos rendimos nunca y se la han tenido que comer con patatas. Se han puesto de lado de quienes han intentado desestabilizar al Barça y perjudicar al club. Lo seguiremos aguantando. No nos tumbarán fácilmente», proclamó este martes Joan Laporta en referencia a la oposición que reclamó su dimisión inmediata y amenazó con una moción de censura tras ser rechazadas las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor por parte de LaLiga y la Federación Española de Fútbol (FEF). «¿Alguno piensa que el presidente del Barça iba a dimitir por una decisión de LaLiga? ¿A alguien le entra en la cabeza?», preguntó retador el presidente del Barcelona, quien, crecido por la resolución del Consejo Superior de Deportes (CSD) y la conquista de la Supercopa, decidió contraatacar y presumir de gestión.
«Mucho tendrán que trabajar los desestabilizadores de fuera y de dentro para tumbarnos. Tendrán que trabajar mucho más si quieren desestabilizar a un club con más de 125 años de historia», apuntó Laporta, para quien «toda la documentación exigida» para que se concediesen las licencias a Dani Olmo y Pau Víctor «se presentó en tiempo (con el 31 de diciembre como fecha límite) y forma». «El hecho de que el CSD nos diera la cautelarísima y que haga referencia a la nulidad y a la falta de competencia del organismo que da las licencias (la Comisión de Seguimiento de LaLiga y la FEF) es importante. El recurso ha sido elogiado por juristas de prestigio. El equipo legal del club ha hecho un trabajo extraordinario», subrayó el máximo dirigente azulgrana, que arremetió contra los grupos de la oposición, liderados por el candidato en las últimas elecciones Víctor Font.
Según Laporta, sus detractores «han tenido una oportunidad de oro para demostrar que querían al Barça y la han desaprovechado». «Se han puesto del lado de unos medios de comunicación que han sido hostiles. Ahora están viendo que vamos por el buen camino, que estamos en la norma del 1:1 que nos permite fichar con normalidad y que tenemos un equipo competitivo. No sé dónde estaban, pero ahora han salido como setas. Pobre Barça si cae en manos de la oposición. Espero que aprendan, aunque no lo tengo claro», lanzó Laporta, para quien sus adversarios han atacado al Barcelona «desde el acoso».
«Se trataba de salvar al Barça de ataques por tierra, mar y aire», añadió quien negó una pésima gestión del 'caso Olmo' y, lejos de hacer autocrítica, se presentó de nuevo como víctima de otro escándalo mundial por actuar tarde y mal para conseguir la inscripción del máximo goleador de la Eurocopa ganada por España y gran fichaje azulgrana del verano. Según el presidente del club culé, «cuando el Barça vuelve a emerger, diversos actores, con sus apoyos mediáticos, aparecen para aportar un relato apocalíptico que no tiene que ver con la realidad». Con su discurso más populista, Laporta llegó a recordar ayer incluso la famosa frase que pronunció Diego Armando Maradona cuando el astro argentino fue cazado por dopaje: «El escudo no se mancha».
«He visto exceso de bilis. Algunos han destilado incluso odio, y eso es triste. Todos los que han actuado de manera vergonzosa se la han comido con patatas», insistió Laporta, quien dio las gracias «a los clubes que no se han posicionado en contra», como ha sido el caso del Real Madrid. «Podemos ser rivales en el campo, pero ir de la mano en otros asuntos», admitió en referencia a Florentino Pérez, mientras que considera «fuera de lugar» la postura de las entidades que se han pronunciado contra los intereses del Barcelona en el 'caso Olmo'. «Las normas son iguales para todos», llegó a decir. «También hay clubes que a veces han tenido impagos y no se les ha exigido lo que a nosotros. Parece que nos ponen pruebas diabólicas, pero las hemos superado con una organización robusta», presumió, a pesar de que el CSD dispone aún de tres meses para adoptar una decisión definitiva y las licencias concedidas a Dani Olmo y Pau Víctor solo tienen vigencia hasta abril.
Laporta intentó también justificar el polémico corte de mangas que realizó en Arabia Saudí cuando conoció que el CSD había concedió la polémica cautelarísima a Dani Olmo: «Tenía una euforia contenida. Habíamos logrado una cosa difícil contra todos y todas. Tuve una reacción. En ningún caso insulté a nadie, ni di patadas ni cogí a nadie por el cuello... Era una euforia contenida e indignación. Tenía en mente el sufrimiento». «La butifarra me gusta con alubias; las mentiras, con patatas», comentó con ironía.
Respecto a los acuerdos con dos empresas de Catar y Emiratos Árabes Unidos para la comercialización de los palcos VIPS del Camp Nou, sin desvelar el nombre de ninguna de ellas ni las condiciones de los contratos, dijo encontrarse «cómodo con los inversores» de estos países con los que antes garantizó que no tendría relaciones. «Habría que diferenciar lo que hace referencia al negocio y otros temas», admitió. «Los países del Golfo se están abriendo, la situación es diferente y hay que hacer cierto esfuerzo», destacó, pidiendo compresión.
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