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La guerra civil entre los barones de la Federación Española de Fútbol (FEF) se dirimirá este lunes con la elección a presidente de un organismo cuyos tres últimos mandatarios (Ángel Villar, Luis Rubiales y Pedro Rocha) han sido inhabilitados en un período de tan solo siete años y pretende lavar su deteriorada imagen, aunque el sistema clientelar continúe vigente. Sin ningún aspirante externo, son tres los candidatos, todos ellos presidentes de federaciones territoriales y representantes del poder establecido, los que optan al cargo: Rafael Louzán (Galicia), Salvador Gomar (Comunidad Valenciana) y Sergio Merchán (Extremadura).
Son los únicos que han conseguido los 21 avales exigidos (el 15% de los votantes) para jugarse el triunfo en una carrera electoral puesta también en entredicho y bajo sospecha desde antes de empezar. Louzán (51 avales) está condenado por prevaricación cuando era presidente de la Diputación de Pontevedra, a expensas aún de resolución del Tribunal Supremo en febrero, mientras que Merchán (23 avales) era el plan b del dirigente gallego y de quienes más apuestan por el continuismo y ansían no romper con el turbio pasado.
Contra ellos emerge la figura de Gomar, que obtuvo 25 avales válidos y se enfrentará a dos barones que, antes de los comicios, han llegado a reunir casi la mitad de apoyo por parte de 141 asambleístas. Es sin embargo Louzán el candidato de consenso, el favorito, ya que el resto de votantes respaldaron a Merchán para no quedar retratados por decantarse por un inhabilitado para ocupar cargo público, que en caso de victoria y de sentencia posterior desfavorable del Supremo abocaría a la FEF a un nuevo escándalo y esperpento mundial.
En juego está la poltrona federativa para el período 2025-2028, a dos años de la organización del Mundial con Marruecos y Portugal y con un sueldo de 675.000 euros para liderar un presupuesto cercano a los 400 millones de euros, con el poder y las influencias que supone un puesto de tal envergadura. Sin embargo, de los tres antecesores caídos en desgracia, Villar pagó su imputación en la 'operación Soule', por una presunta trama de desvío de fondos públicos y privados; Rubiales su beso no consentido a Jenni Hermoso; y Rocha, repudiado al igual que Louzán por el Gobierno, fue defenestrado por haberse excedido en sus funciones cuando era presidente de la gestora de la FEF.
Ahora es el candidato oficialista sancionado para ocupar un cargo público durante siete años y que no podría representar a España ni en FIFA ni en UEFA, quien a priori encabeza la batalla entre esta terna también formada por el delfín de Rocha y por un aspirante de última hora que, sin embargo lleva en la junta directiva de la FEF desde hace seis años y ha decidido dar el paso, convencido de dar la sorpresa.
Rafael Louzán (Ribadumia, 57 años), máximo dirigente de la Federación Gallega desde diciembre de 2014 y miembro de la directiva de la FEF desde diciembre de 2019, ha sido presidente del Partido Popular en la provincia de Pontevedra durante 15 años y está apoyado por LaLiga. Fue condenado por la Audiencia de Pontevedra por conceder a una empresa una subvención de 86.311 euros para unas obras de mejora del campo de fútbol de Moraña que en su mayor parte ya estaban ejecutadas. Con el Consejo Superior de Deportes (CSD) y el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) al acecho, la amenaza de inhabilitación se cierne sobre este político, ya que los propios estatutos de la FEF imponen, entre los requisitos para formar parte de los órganos federativos, no estar inhabilitado para desempeñar cargos públicos, sin especificar si las sentencias deben ser firmes o no. Si ganase las elecciones y el Supremo desestimase su recurso de casación y ratificase su condena, el CSD le denunciaría ante el TAD y la FEF se vería obligada a convocar de nuevo elecciones.
Salvador Gomar (Valencia, 59 años) fue jugador en las categorías inferiores del Valencia y delegado del filial, el Mestalla, antes de convertirse en noviembre de 2018 en presidente de la Federación Valenciana. Su padre fue uno de los dirigentes más importantes del Valencia a finales de los 70 y principios de los 80. Niega que tras su candidatura esté Luis Rubiales. Fue denunciado por presunto acoso laboral por parte de una empleada de la Valenciana, pero la demanda ha sido archivada provisionalmente. Licenciado en Derecho, ha sido también presidente de la Liga de Fútbol Aficionado de la FEF y miembro del Comité de Fútbol Femenino y del Comité Ejecutivo de Fútbol Playa del organismo federativo. Se centra en «desjudicializar» la FEF y, «para que se hable solo de fútbol», ir de la mano con el Gobierno, que ha bendecido una candidatura que se ha lanzado a las elecciones para destrozar la pinza entre Louzán y Merchán.
Sergio Merchán (Almendralejo, 41 años) fue sustituto de Pedro Rocha en la Federación Extremeña y es un heredero que no tiene opciones a ganar los comicios. También fue futbolista en su juventud, de fútbol y de fútbol sala, antes de convertirse en seleccionador autonómico en diferentes categorías. En la federación de su comunidad entró a través del departamento de licencias y no tardó en dar el salto, en 2016, a secretario general, con Rocha en la presidencia. En junio de 2024 se convirtió en presidente de la Extremeña como único candidato, cuando el sucesor de Rubiales pasó a sentarse en la poltrona de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. El delfín del ya exdirigente cacereño fue el candidato elegido a dedo por los barones que apostaron por Louzán, antes de ser sacudidos por la marcha atrás dada por Gomar para lanzarse a la batalla electoral.
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