Una imagen de la grada de La Bombonera. AFP
Argentina

Se rebelan ante la prohibición de vender choripanes cerca de los estadios

El gobierno de Buenos Aires pretende bloquear las actividades vinculadas a los negocios de los barrabravas

COLPISA/AFP

Buenos Aires

Jueves, 7 de febrero 2019, 18:58

Una insólita prohibición de vender choripanes -los tradicionales emparedados de chorizos asados- en los alrededores de los estadios de fútbol en Buenos Aires, despertó este jueves una protesta de trabajadores y vendedores ambulantes en la capital argentina.

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Comprar en las pequeñas parrillas (asadores) callejeras y ... comerse un choripán de camino al estadio o dentro de él es un placer tan frecuente en el fútbol argentino como la costumbre heredada del mundo anglosajón de las palomitas en los cines.

Ahora el gobierno de la ciudad de Buenos Aires anunció que no habrá más permisos para los vendedores. Tampoco se podrán expender bebidas de ningún tipo dentro de un radio de 1.000 metros de los recintos deportivos e incluso hamburguesas o porciones de carne asada en sandwich, otra pasión de los argentinos.

La medida oficial anuncia que no autoriza «la elaboración y expenduría de productos alimenticios en las inmediaciones de los estadios de fútbol de la ciudad en los días y horarios en que se lleven a cabo eventos deportivos».

El argumento es evitar problemas «sanitarios» y bloquear actividades que suelen vincularse con los negocios de los barrabravas (hinchas violentos).

En franca oposición, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) convocó a un 'parrillazo' como protesta en la céntrica Plaza de la República, en torno al Obelisco.

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La movilización de los trabajadores se hizo bajo la consigna #SíAlChoripán y se extenderá a los campos donde se disputen partidos de la Superliga de primera y el resto de las categorías.

«Necesitaban una medida 'vendehumo' (distractiva) para hacer creer que combaten a los barrabravas y se meten con el laburo (trabajo) de quienes peor la pasan», dijo Gildo Onorato, de la CTEP. La recesión económica ha empujado a trabajadores informales a ganarse el pan en las calles.

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