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La FIFA cierra el paso a cualquier tentativa de Luis Rubiales de volver a ocupar un cargo directivo. El organismo que encabeza Gianni Infantino comunicó este lunes su decisión de inhabilitar al expresidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) durante tres años para el ... ejercicio de actividades relacionadas con el balompié, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, al considerar que el motrileño infringió el artículo 13 de su Código Disciplinario.
La decisión llega como consecuencia de los hechos acontecidos al término de la final del Mundial femenino celebrada el pasado 20 de agosto en el Estadio Australia de Sídney. Después de que España se proclamase campeona del mundo tras vencer a Inglaterra por 1-0, Rubiales se tocó los genitales en el palco de autoridades en presencia de la reina Letizia y la infanta Sofía y posteriormente, durante la entrega de medallas en el podio, besó en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso sin el consentimiento de esta.
Seis días después, la FIFA suspendía cautelarmente a Rubiales durante 90 días de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional, y este lunes decidió extender ese castigo durante tres años, aunque el mandatario dimitiese de sus cargos en la Federación Española de Fútbol y en la UEFA, donde ejercía como vicepresidente.
«Toda persona que atente contra la dignidad o la integridad de un país, una persona o un colectivo de personas empleando palabras o acciones despectivas, discriminatorias o vejatorias (por el medio que sea) por motivos de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, orientación sexual, lengua, religión, posicionamiento político, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o por cualquier otro estatus o razón será sancionada con una suspensión que durará al menos diez partidos o un periodo determinado, o con cualquier otra medida disciplinaria adecuada», reza el artículo en el que se ha basado la FIFA para inhabilitar a Rubiales.
Pese a la oleada de condenas que provocó su actuación, Rubiales trató de atrincherarse inicialmente en su cargo de presidente de la FEF, orquestando una asamblea el 25 de agosto en la que se negó a dimitir, arremetió contra el «falso feminismo» y reiteró que el beso a la futbolista del Pachuca fue consentido, un extremo negado por la atacante de La Roja. La actitud del dirigente provocó que las campeonas del mundo renunciasen a volver con el combinado nacional si continuaban los mismos dirigentes y elevó el pulso con el Gobierno en funciones.
El 6 de septiembre, Jenni Hermoso denunciaba a Rubiales ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional y se querellaba contra el granadino, a quien la FIFA había puesto ya contra las cuerdas con su decisión de suspenderle provisionalmente de sus funciones el 26 de agosto. Cuatro días después de la querella presentada por la máxima goleadora de la selección española, Rubiales, acorralado, arrojaba la toalla y anunciaba su dimisión como presidente de la FEF, renunciando también al cargo que ostentaba como vicepresidente de la UEFA.
Tras el dictamen de la FIFA conocido este lunes, Rubiales ya no podrá volver a ser presidente de la Federación Española de Fútbol, según el borrador de la nueva ley que regirá los procesos electorales anunciada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) el pasado 15 de septiembre y que está en fase de tramitación. El punto dos del artículo 17 de dicha normativa estipula que para poder ostentar este cargo, el candidato no podrá incurrir en «incapacidad, inelegibilidad o incompatibilidad, de acuerdo con lo previsto en la normativa de la correspondiente Federación Deportiva Española».
Deberá además «no estar inhabilitado para ocupar cargos directivos o de representación en el ámbito deportivo por resolución firme en vía administrativa dictada por el órgano disciplinario competente, ni estar inhabilitado para el desempeño de cargo público o de representación por sentencia judicial firme, ni estar inhabilitado en el ámbito deportivo por resolución definitiva de un Tribunal Deportivo, una federación nacional o internacional». Por eso, cualquier presidente que esté inhabilitado no podrá volver a ser presidente en el futuro, aunque cumpla la sanción impuesta por la FIFA, que finalizaría en octubre de 2026.
Horas después de conocerse la decisión de la FIFA, Rubiales anunció su intención de recurrirla y arremetió contra el organismo rector del fútbol mundial a través de un duro comunicado en el que reprochó tanto el fondo del dictamen como las formas. El expresidente de la FEF lamentó haberse enterado de su inhabilitación «por los medios de comunicación», aseguró sufrir un «linchamiento político y mediático» y acusó a la FIFA de actuar «sin fundamentos» y «sin explicar el motivo» de su decisión. Por último, el motrileño, que consideró vulnerada la presunción de inocencia, remarcó su intención de llegar «hasta la última instancia para que se haga justicia y resplandezca la verdad».
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