Seferovic, el delantero que salió del calabozo

El suizo aterrizó en San Sebastián con 21 años procedente de la Fiorentina a cambio de 2,5 millones de euros. Tuvo un estreno que hizo a los seguidores guipuzcoanos frotarse los ojos. Marcó 4 goles en su primer amistoso y protagonizó el tanto de la victoria en el debut liguero ante el Getafe. Parecía que una estrella había aterrizado en la competición nacional y hasta deslumbró en Europa. La Real viajaba a Lyon para enfrentarse al Olympique en la ida de la eliminatoria previa de la Champions. Los txuri-urdin ganarían por 0-2, el último gracias a una espectacular volea del suizo desde 30 metros de distancia.

Eso fue lo mejor que hizo Seferovic en España. Terminó la temporada con cuatro goles. Los dos mencionados en agosto, otro en noviembre en Liga frente a Osasuna y el último en diciembre ante el Algeciras en Copa. Participó en un total de 40 partidos, 21 de titular. A su fuerte carácter se le unieron las grandes lagunas en el juego.

En uno de los episodios más feos en la historia reciente del club donostiarra el delantero suizo fue capaz de estropear su propia fiesta de cumpleaños. Aunque ya era suplente, salió a festejar el aniversario. Le acompañaba su novia y los dos acabaron a altas horas de la noche enzarzados en algo más que una acalorada discusión. Tuvo que intervenir la Guardia Municipal, que activó el protocolo habitual ante la sospecha de un caso de violencia de género. Los dos fueron detenidos y permanecieron hasta la madrugada en los calabozos. Tras prestar declaración, el jugador quedó en libertad sin cargos pero la escena, que trascendió a la opinión pública, supuso el punto y final a su estancia en la Liga.

El 1 de agosto de 2014 fichó por el Eintracht de Frankfurt por 3,2 millones de euros. En su primer año en la Bundesliga firmó once goles y ocho asistencias. Su participación fue a menos en las dos siguientes temporadas y la salida al Benfica en verano del 2017 fue la mejor decisión de su carrera.

La referencia de los helvéticos se ha asentado en el fútbol portugués, pero como en toda su carrera, el rendimiento está siendo una auténtica montaña suiza. Primera campaña gris, segunda con 23 goles en la competición doméstica -llevó al equipo al título de Liga, siendo el máximo goleador del campeonato y nombrado el mejor jugador de la temporada en Portugal-, tercera otra vez con más sombras que luces y esta pasada campaña ha vuelto a superar la veintena de tantos: 22 en Liga -a un solo gol de los 23 de Pedro Gonçalves - y 4 en Copa.

Con la cabeza asentada, a sus 29 años Seferovic está mostrando en esta Eurocopa su versión más letal. «Siempre creí en él, incluso cuando otros dudaron», ha llegado a decir su seleccionador, Valdimir Petkovic. Capaz de dominar varios registros, marcó el primer gol en el partido que les enfrentó a Turquía en la última jornada de fase de grupos con un preciso disparo raso desde fuera del área y en los octavos de final, con dos cabezazos, dio vida a su selección para finalmente lograr la histórica clasificación a cuartos contra Francia. Hoy la defensa de España debe estar atenta para que Seferovic, en un abrir y cerrar de ojos, no se monte su propia fiesta.