El orden contra la estética

Gareth Southgate aboga por el orden y la disciplina antes que por un juego más estético. Ha sufrido críticas por el estilo, teniendo en cuenta el talento que reúne entre sus jugadores más creativos. Pero el éxito se ha fundamentado, sobre todo, por la consistencia defensiva. Solo un gol en contra en seis partidos. El seleccionador inglés ha manejado diversas alternativas tácticas, pero posiblemente se decidirá por una línea de cuatro zagueros para contrarrestar a los delanteros italianos. Walker, Stones, Maguire y Shaw han sido indiscutibles en la zaga inglesa. Los centrales sufrirán con las transiciones italianas, aunque la velocidad de Walker ayudará a solventar muchos inconvenientes.

Phillips y Rice, inamovibles en el doble pivote, tendrán que esforzarse para neutralizar la superioridad técnica y numérica de la 'azzurra', con tres hombres en la zona interior. La endiablada velocidad de Sterling le ha convertido en el mejor socio de Harry Kane, reanimado en las eliminatorias definitivas, con cuatro goles. Mason Mount, es otro de los jugadores desequilibrantes del equipo. Talento, imaginación y último pase. Phil Foden, que ha perdido consistencia durante el torneo, y Saka competirán por un puesto en la banda. En punta, Harry Kane, siempre concluyente.

La espectacular trayectoria de la selección italiana, absolutamente persuadida de su potencial e invicta en los últimos treinta y tres partidos, invita al optimismo. ¿Qué Italia nos encontraremos en el partido definitivo? ¿La selección atrevida, osada, dominante, vertical y presionante de la primera fase? ¿O la que volvió a su viejo estilo cuando no pudo neutralizar con su presión la salida de juego de España?

La alineación de los transalpinos no parece generar demasiadas dudas. Mancini mantendrá su bloque, ha rotado pocos jugadores durante el campeonato. Donnarumma se comporta a sus veintidós años como un auténtico veterano. Tiene una enorme envergadura, es fiable, seguro y se convirtió en una pieza determinante en las sufridas victorias contra Bélgica y España. Muestra algunas dudas en el juego con el pie. El eje central de la zaga derrocha experiencia y carácter. Bonucci y Chiellini son los auténticos estandartes del equipo. Excelsos especialistas en la defensa del área, se muestran tremendamente efectivos en la presión frontal. Son más vulnerables con espacios a sus espaldas o cuando no encuentran referencias para el marcaje. El falso nueve que dispuso Luis Enrique desorientó a los zagueros italianos. Harry Kane puede realizar esa labor y luego aparecer en las zonas de remate.

En el lateral derecho se mueve Di Lorenzo, sólido, efectivo, sin permitirse demasiadas alegrías ofensivas. Emerson, fuerte y con gran proyección ofensiva, cubre la baja del lateral Spinazzola, una de las revelaciones de la Eurocopa.

En el centro del campo, Jorginho y Verrati se asocian para organizar el juego. Comparten sentido táctico, posicionamiento y equilibrio. Completa el centro del campo Barella, más efervescente, con mayor movilidad y resuelto para incorporarse al ataque.

En la banda derecha, Chiesa garantiza potencia y desborde. El delantero centro Immobile, en entredicho por su rendimiento, aporta desmarques y remate. Insigne, puro talento en el regate, se mueve por zonas interiores y permite la superioridad numérica en el centro del campo. Exquisitos ingredientes para una gran final.