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Gales y Suiza comenzaron su andadura en la Eurocopa repartiéndose los puntos en un duelo en el que las jugadas de estrategia fueron determinantes.
El combinado galés, profundamente remozado respecto al que hizo historia hace cinco años alcanzando las semifinales del Europeo disputado en Francia cuando comparecía como una de las teóricas Ceinicientas, acudió al envite con el contragolpe como principal mantra ofensivo. Enfrente opositaba una Suiza sólida y compacta que prefería la pausa a la velocidad. Vladimir Petkovic dispone de jugadores de buen pie, aunque su rasgo distintivo es el orden.
Con los pasillos interiores sometidos a estricta vigilancia por ambos contendientes, la principal amenaza estaba en las bandas, con carrileros profundos capaces de sacar centros con veneno y rematadores poderosos aguardando en el área. Por esa vía llegaron las primeras ocasiones del pleito. Moore puso a prueba a Sommer con un cabezazo al que el notable guardameta del Borussia Mönchengladbach replicó sacando una mano de muchísimo mérito.
Los 'rossocrociati' contaban con puntas menos móviles que su rival británico, pero
Les vino bien el paso por vestuarios a los helvéticos para despejar la cabeza. Porque regresaron con otro aire y desequilibraron por fin el choque a la salida de un córner en el que Embolo se impuso sobre Roberts para cabecear a la red y quitarse el mal sabor de boca que le había dejado la formidable intervención de Ward en el mano a mano que ordenó el saque de esquina.
Gales
Ward; Roberts, Rodon, Davies, Mepham; Allen, Morrell, Ramsey (Ampadu, min. 92); James (David Brooks, min. 74), Bale, Moore
1
-
1
Suiza
Sommer; Elvedi, Schär, Akanji; Mbabu, Rodríguez, Freuler, Xhaka; Shaqiri (Zakaria, min. 65), Embolo, Seferovic (Gavranovic, min. 84)
Goles: 0-1: min. 49, Embolo; 1-1: min. 74, Moore.
Árbitro: Clément Turpin (Francia) : Mostró amarilla a Schär, Moore, Mbabu.
Incidencias: Partido correspondiente al grupo A en el Estadio Olímpico de Bakú.
La potencia del atacante del Mönchengladbach y el oficio de Seferovic atormentaban a Gales, a la que le había faltado ambición con el empate, pero que no tuvo más remedio que modificar el plan cuando se vio en desventaja. Comenzó a aparecer Bale, intrascendente en el primer tiempo, para dar cierto empaque a los ataques de los pupilos de Rob Page, el técnico al que las disputadas domésticas de Ryan Giggs han situado en el centro del tablero.
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El tanto del ariete del Cardiff elevó la moral de los 'dragones', que percutieron con peligro en busca de la victoria tras arrojar una imagen de inferioridad durante más de una hora. Bale comenzó a marcar diferencias, lo que representaba una pésima noticia para Suiza, que vio cómo se le anulaba un gol a Gavranovic por fuera de juego. A esas alturas, el litigio había incursionado en un intercambio de golpes en el que la victoria podía caer de cualquier lado. La que más cerca la tuvo fue Suiza con un testarazo de Embolo. Pero el marcador ya no se movió más y arrojó un saldo justo en atención a los méritos de unos y otros.
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