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España ha encontrado el camino del gol de la forma más previsible, con una jugada por la banda de Nico, que ha acabado de la forma más inesperada, con gol en propia meta de Calafiori.
A diferencia de lo que sucedió ante Croacia en Berlín, con clara mayoría en las gradas de los de Modric (50.000 frente a 12.000), en Gelserkinchen las fuerzas están igualadas. Los hinchas españoles, en torno a 15.000, han disfrutado de lo lindo. Su equipo ha apabullado a Italia, ha ganado y no ha dejado opción al rival.
Tras el gol en propia meta la fiesta se ha disparado en el sector español del estadio del Schalke. Han comenzado de inmediato los gritos de Olé, olé cada vez que los de Luis de la Fuente se pasaban el balón unos a otros.
No han gustado en la zona italiana. La respuesta cada vez que escuchaban los Olé, olé han sido los silbidos. En todo caso, el ambiente entre las dos hinchadas ha sido de total confraternización durante toda la jornada.
La celebración sólo ha tenido un nombre propio en la grada entre los españoles, el del jugador del Athletic Nico Williams. Su partido ha sido soberbio. Y los hinchas lo han reconocido en dos ocasiones al corear Nico, Nico.
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