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El positivo de Sergio Busquets por coronavirus y la activación de los consiguientes protocolos que determinaron el aislamiento inmediato de la selección española, el establecimiento de rutinas de trabajo individualizadas para que los convocados por Luis Enrique no mantengan contacto en ningún momento y ... la imposibilidad, por tanto, de que saltasen este martes al césped de Butarque para disputar el amistoso programado frente a Lituania concede un inesperado regalo a los integrantes del combinado sub-21 que recientemente cayó en semifinales del Europeo: su debut con la absoluta. Porque aunque son los pupilos de Luis de la Fuente los encargados de medirse al cuadro báltico en el feudo del Leganés, el duelo cuenta a todos los efectos como si fuese de la máxima categoría, por lo que sumarán su primera internacionalidad. Un dato que ha generado malestar en los clubes por sus repercusiones económicas.
No en vano, muchos de los 20 futbolistas citados por Luis de la Fuente tienen una cláusula en sus contratos que estipula el pago de una prima en caso de tomar la alternativa con La Roja que tendrán que abonar a raíz de su presencia en el amistoso contra Lituania. Un premio que se incluye como incentivo a la vez que como reconocimiento por lo que en circunstancias normales es una recompensa al trabajo bien realizado que motiva la llamada del seleccionador de turno pero que, en este caso, es el resultado de una carambola imposible de prever.
Si bien esos contratos son privados y, por tanto, es imposible determinar el número exacto de los jugadores a disposición de Luis de la Fuente que cuentan con esa prima, es evidente que el enfrentamiento con Lituania obligará a varios clubes a ejecutar la cláusula en momentos en los que cualquier gasto se vigila al detalle por la crisis económica derivada de la pandemia.
De los 20 convocados, Bryan Gil, el habilidoso extremo propiedad del Sevilla que jugó la última campaña en el Eibar en calidad de cedido, es el único que se ha estrenado con anterioridad con la absoluta -26 minutos en el partido ante Grecia disputado el 25 de marzo de este año en el Nuevo Los Cármenes y otros 45 en el encuentro frente a Georgia celebrado en el Dinamo Arena de Tiflis tres días después, ambos correspondientes a la fase de clasificación del Mundial de Catar-, por lo que para el resto será su primera vez.
A buen seguro que la recompensa económica figura en cualquier caso en un segundo plano para los integrantes de una convocatoria que, pese a ser citados a la carrera y estar muchos ya de vacaciones, no dudaron ni un segundo en acudir al llamamiento de Luis de la Fuente. Por encima de todo está el servicio a España. «Todos los jugadores se volcaron con nosotros desde el minuto uno», destacó el técnico riojano, que resaltó la ilusión de los jugadores y el cuerpo técnico ante el escaparate que supone el envite ante Lituania. Lo que está claro es que el 715º encuentro en la centenaria historia del combinado nacional es también uno de los que más ha descuadrado a los clubes por sus rocambolescas circunstancias.
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