Esta vez, tampoco. No es que Argentina llegase a la Copa América en su mejor momento. De hecho, ni siquiera estaba en la nómina de las grandes candidatas al título después de una época convulsa desde la salida de Jorge Sampaoli derivada de la enorme ... decepción del Mundial de Rusia, en medio de las críticas furibundas al seleccionador, Lionel Scaloni, y del ocaso de una generación que no parece encontrar relevo en una nueva hornada de mucho menos talento. En cualquier caso, de un equipo que tiene a Messi entre sus jugadores siempre se espera algo más, aunque sea un milagro deportivo.
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En esta ocasión, no se le puede achacar al resto del equipo que no estuviese a la altura del '10', sino que el rosarino estuvo gris, incluso por debajo de la tónica general de un equipo que consiguió solventar con algunos apuros la fase de grupos, mejoró su imagen ante Venezuela en cuartos y compitió pero no pudo con una selección brasileña superior hoy por hoy.
Lo cierto es que la albiceleste, una de las selecciones más laureadas del fútbol con dos Mundiales y catorce títulos de la Copa América, no prueba las mieles de un triunfo desde 1993, una losa terrible en un país que vive con pasión ilimitada este deporte y que esta vez clama contra el arbitraje del ecuatoriano Roddy Zambrano. «Tenemos bronca porque hicimos un gran partido para que termine de esta manera. Ellos no fueron superiores a nosotros. El segundo fue una contra, donde no nos cobran el penal. Se cansaron de cobrar boludeces en esta Copa América y hoy no fueron nunca al VAR», señaló Messi tras el partido.
Más allá del enfado, lo cierto es que al astro rosarino se le empieza a acabar el tiempo de alcanzar la gloria con Argentina después de cuatro Mundiales, con una final en 2014 ante Alemania en el Maracaná en la que la gloria se esfumó en la prórroga, y de cinco ediciones de la Copa América disputadas en las que se escaparon hasta tres finales, dos de ellas en los penaltis frente a Chile. A sus 32 años y pese a las dudas sobre su disposición a seguir defendiendo la albiceleste, Messi manifestó tras la derrota frente al gran rival su intención de continuar intentándolo, haciendo caso omiso a las duras críticas que ha recibido desde Argentina a lo largo de estos años.
«Me encontré muy bien con este grupo. Si tengo que ayudar, lo voy a hacer. Hay un lindo grupo para que crezca y si puedo ayudar desde donde me toque y acompañarlos, estaré», aseguró con rotundidad al '10', que en cualquier caso, será complicado que llegue más allá del Mundial de Catar en 2022. Para entonces, habrá cumplido los 35 y tendría que esperar dos años más para apurar hasta la Copa América de 2024 en Ecuador. Así, al rosarino le quedan dos balas para coronarse definitivamente de albiceleste: la primera de ellas en la Copa América del próximo verano, en la que además Argentina será anfitriona junto a Colombia, y la segunda y quizás última en Catar, en el que sería su quinto Mundial. De su mejor versión y de la evolución de futbolistas como Lo Celso, Paredes o Lautaro Martínez dependerán muchas de sus opciones.
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