Athletic y Granada acaban con los sueños de Alcoyano y Navalcarnero

Con un once vasco cargado de novedades, después de unas semanas sin tregua, marcadas por la Supercopa, la Liga y la propia Copa, el Alcoyano comenzó dominando. No se había cumplido apenas un minuto de encuentro cuando Ángel avisó con un disparo de zurda al poste. Se libró Jokin Ezkieta, que sin apenas margen para recuperarse del susto tuvo que intervenir para evitar el 1-0 de Mourad en un buen remate de cabeza.

Le costó y mucho al Athletic hacerse con el control del partido ante el verdugo del Real Madrid en Copa, muy bien plantado sobre el terreno de juego de El Collao. Solo a través del balón parado fue capaz el conjunto vasco de crear algo de peligro a José Juan, portero del Alcoyano y héroe ante el Madrid, mediante un testarazo de Unai Núñez bien blocado por el guardameta vigués.

Fue algo aislado para el Athletic, que siguió padeciendo ante el empuje local, primero con un remate de Juli al lateral de la red y luego ya con un auténtico golazo de falta de Carbonell, que con una buena ejecución con la zurda dejó sin respuesta a Ezkieta y le dio al Alcoyano el mando del duelo al descanso.

Marcelino, mosqueado con lo que estaba ocurriendo sobre el verde, dio entrada tras el receso a dos pesos pesados: Raúl García y Munian, y su Athletic reaccionó con el empate. La puso con precisión Lekue desde el costado derecho del ataque rojiblanco y Villalibre remató de cabeza a la red. Podría parecer que ahí se acababa la rebelión del Alcoyano, pero su histórica moral dicta lo contrario. Ya se adelantó el Madrid en El Collao y no le valió de mucho.

Por si acaso, Marcelino redobló la apuesta con la entrada de Williams y Dani García, otros dos fijos que empezaron esta vez en el banquillo ante la carga de minutos en las últimas semanas. La tuvo Munian, tras una buena triangulación con Yury y Raúl García, y Unai Núñez envió alto un cabezazo franco tras saque de esquina. El Athletic ya era dueño del partido, pero el 1-2 se resistía y con ello amenazaba la prórroga. Hasta que Munian golpeó con magisterio una falta lateral y Williams se adelantó a toda la defensa del Alcoyano y al propio José Juan para poner en franquía a los leones.

El '9' rojiblanco pudo sentenciar apenas unos minutos después, pero apareció el José Juan del duelo ante el Madrid para evitarlo. El Alcoyano seguía vivo y logró mantener la emoción hasta el final, pero no pudo mantener vivo el sueño en una edición que entre otras cosas, será recordada para siempre por el equipo de la legendaria moral.

La ilusión del Navalcarnero frente al Granada se vino demasiado pronto abajo y acabó con una contundente manita del equipo nazarí. El tanto de Germán Sánchez al cuarto de hora de juego tras un saque de esquina votado desde el perfil derecho comenzó a inclinar la balanza para el equipo de superior categoría. Cabeceó el central nazarí y se topó con Néstor Díaz, el portero local. No obstante, recogió el balón rechazado y esta vez sí, embocó a la red con pierna diestra.

Apenas unos minutos después, pudo sentenciar el conjunto andaluz, que se tomó el partido muy en serio, sin confianzas ante un rival de inferior categoría, sabedor de las sorpresas que depara la Copa para los teóricamente equipos superiores después de sufrir hasta la prórroga frente a la Cultural Leonesa en la ronda anterior. Acumulaba méritos el equipo de Diego Rodríguez, decidido a sentenciar por la vía rápida en la gran noche del Navalcarnero, verdugo del Eibar en dieciseisavos. En esas, Quini dibujó una jugada maradoniana por banda izquierda y tras dejar por el camino a un buen puñado de rivales, sirvió para Soro, que no perdonó. Corría apenas la media hora de juego y el Granada respiraba con tranquilidad, camino de los cuartos de final.

Justo después de la primera llegada de cierto peligro del Navalcarnero, cuando la entusiasta afición local comenzaba a ilusionarse con plantar cara todavía a todo un Primera, Fede Vico encarriló definitivamente el partido con el 0-3 de tremendo disparo. Sin apenas tiempo de reacción, Roberto Soldado también reclamó su parte del pastel con una gran vaselina para el 0-4. Sin contemplaciones.

Con semejante castigo al descanso, la segunda parte fue ya un trámite en lo deportivo. El Granada se permitió incluso firmar primero la manita a través de Foulquier y luego el definitivo 0-6 con una buena definición de zurda del depredador Jorge Molina para alcanzar su lugar entre los ocho mejores equipos de la Copa del Rey por segunda temporada consecutiva.