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luis f. gago
Madrid
Domingo, 22 de abril 2018, 00:44
Cariacontecido y sin muchas ganas de hacer declaraciones compareció el técnico sevillista, Vicenzo Montella, en la rueda de prensa posterior a la final de la Copa del Rey. Lo primero que quiso hacer el italiano fue pedir disculpas a la afición sevillista desplazada. No solo ... por la goleada, sino porque el equipo no dio la talla en ningún tramo del encuentro. También quiso dejar claro que la responsabilidad del naufragio es colectiva, aunque él es el principal causante de lo acaecido en la noche del sábado. «Sé que ahora mismo muchos sevillistas están descontentos con nosotros y no va a ser fácil ganarnos su perdón», aseveró el transalpino con la voz entrecortada, toda vez que sabe que quizá haya dejado escapar una última oportunidad para intentar estar en la élite europea como entrenador. Su futuro en el Sevilla, tras el fiasco copero, está más lejos, aunque él prefiere «no hablar del tema», porque en sus palabras «todo llegará en su justo momento».
La nueva 'manita' cosechada por los andaluces esta temporada desde la llegada del ex preparador del Milan es una mueca más en el currículo de un entrenador que no ha sabido aterrizar con buen pie en la capital de Andalucía. «Creo que no hemos sabido meternos en el partido. Nos hemos sentido superado y hemos fracasado en el trabajo desarrollado durante la semana», declaró para inmediatamente dejar constancia de la necesidad de pasar página y tratar de conseguir la séptima plaza en la Liga, logrando de esta forma el objetivo de estar en Europa una temporada más.
Será clave saber si el equipo es capaz de recuperarse de un nuevo mazazo y para ello influirá mucho el aspecto físico de la plantilla. De nuevo se pudo comprobar ante el Barcelona que jugadores estaban cansados y las piernas no les respondías en algunas fases del duelo. Sin embargo, Montella sigue sin darle la importancia necesaria, porque considera que un «elemento más» de una serie de «catástrofes» que han conducido al Sevilla a hacer una campaña muy por debajo de lo esperado según el presupuesto que tenía este año.
Muy pocos futbolistas sevillistas salieron a dar la cara tras el partido. Uno de los que sí salió a dar explicaciones fue Jesús Navas. El canterano, de los que se les vio más afligidos sobre el césped tras la conclusión, habló en nombre de toda la plantilla pidiendo ante todo disculpas «a una afición enorme como la del Sevilla que no se merece lo que ha sucedido». Según el carrilero, el vestuario está «fastidiado» y solo pueden felicitar al Barça porque fueron «claramente superiores». David Soria, el portero que le ganó el pulso a Rico por decisión de Montella, estaba hundido. Lloraba y confesaba que jamás podrá olvidar esta noche tan amarga para los hispalenses.
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