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No gana para sustos el Real Madrid. Condenado a la prórroga por un grosero error de Camavinga y una imprudencia de Asencio cuando parecía tener controlado el partido merced a los tantos de Mbappé y de Vinicius, el equipo que dirige Carlo Ancelotti rozó otro cataclismo este jueves frente al Celta tras los goles de Bamba y de Marcos Alonso que insuflaron ánimo al cuadro vigués y volvió a demostrar una enorme indolencia que solo fue capaz de dejar atrás cuando se vio contra las cuerdas.
Las dianas de Endrick, por partida doble, y de Valverde en el tiempo suplementario sellaron el pase a cuartos de final de los blancos, que lejos de protagonizar esa fuerte reacción por la que imploraba su técnico tras la hecatombe en la Supercopa de España, fueron presa de los nervios, evidenciaron de nuevo tanto un alarmante desconcierto defensivo como una aún más preocupante ausencia de jerarquía y se llevaron otro merecido sofoco. Les falta fútbol, orden y compromiso. Solo la épica, personificada esta vez en la figura del episódico Endrick y el recurrente Valverde, les sirvió para seguir vivos en una Copa del Rey que no saca de penas a un bloque incapaz de corregirse excepto cuando le ve las orejas al lobo.
Acudió el Real Madrid bajo estado de excepción a un pleito en el que coqueteó con una condena severísima. Cansado de oficiar como parapeto de sus pupilos, Ancelotti remendó más de medio once respecto al que se estrelló ante el Barça en la Supercopa, recuperó el 4-3-3 que había orillado en los últimos tiempos, apeló al toque de Modric y Ceballos en busca de equilibrio y ordenó la ecuación de forma más razonable devolviendo a Tchouaméni al centro del campo. Ni por esas.
Real Madrid
Lunin, Lucas Vázquez, Asencio, Rüdiger, Fran García (Bellingham, min. 92), Modric (Valverde, min. 79), Tchouaméni, Ceballos (Camavinga, min. 70), Brahim (Arda Güler, min. 70), Mbappé (Endrick, min. 79) y Vinicius (Rodrygo, min. 106).
5
-
2
Celta
Iván Villar, Javi Rodríguez (Manquillo, min. 95), Starfelt, Marcos Alonso, Mingueza, Ilaix Moriba, Beltrán (Sotelo, min. 56), Carreira (Cervi, min. 75), Hugo Álvarez (Bamba, min. 67), Borja Iglesias (Fer López, min. 75) y Swedberg (Durán, min. 56).
Goles: 1-0: min. 37, Mbappé. 2-0: min. 48, Vinicius. 2-1: min. 83, Bamba. 2-2: min. 91, Marcos Alonso, de penalti. 3-2: min. 108, Endrick. 4-2: min. 112, Valverde. 5-2: min. 119, Endrick.
Árbitro: Munuera Montero (Comité Andaluz). Amonestó a Asencio, Iván Villar, Starfelt, Endrick y Giráldez.
Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey, disputado en el Santiago Bernabéu ante 64.764 espectadores.
Los pitos a Carletto antes del inicio del duelo y la música de viento que escuchó Tchouaméni cada vez que tocaba la pelota denotaban el ánimo crispado de una parroquia que no perdona la pésima imagen ofrecida en los clásicos. Con razón. El choque se presentaba como un juicio sumario, individual y colectivo, y al Real Madrid solo se ganó el favor de la corte gracias a un resultado engañoso.
Amenazó pronto el Celta con un remate al travesaño de Starfelt que venía a ofrecer nuevos argumentos al jurado para un veredicto inclemente, pero el Real Madrid ganó cuerpo y fue desgranando sus alegatos. Con menos músculo en la medular, el equipo de Ancelotti mejoró el trazo pero exhibió poco colmillo hasta que una acción polémica vino en su ayuda. De un posible derribo de Lunin a Swedberg se pasó a un golazo de Mbappé, que culminó la cabalgada por su coto de caza predilecto con un disparo inapelable mientras el Celta predicaba en el desierto por un presunto penalti que ni Munuera Montero ni el VAR percibieron. «Todo Ok, José Luis», debió escuchar el jiennense, objeto de tantas suspicacias previas en un bando como en otro.
Espantó fantasmas a la contra el prodigio de Bondy en la recta final de la primera parte y volvió a resultar decisivo en la reanudación originando una triangulación con Brahim y Vinicius que resolvió de forma magistral el brasileño para romper una sequía sin ver puerta que se prolongaba por espacio de casi un mes. Pero, pese al correctivo, mantuvo la fe el Celta, que aprovechó la ausencia de sentencia por parte del Real Madrid para enchufarse al marcador con goles de Bamba y de Marcos Alonso, metió en barrena al Real Madrid y le asomó a un precipicio del que solo salió a duras penas, casi de milagro y, como tantas veces pasa con los blancos, de modo inexplicable.
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